Muros migratorios
El vallado de fronteras de la UE que promueve el nacionalpopulismo ni resuelve ni humaniza el problema
Ocho a?os despu¨¦s de la gran crisis migratoria de 2015, la Uni¨®n Europea sigue sin encontrar una forma de encarar el problema comunitario m¨¢s divisorio y enquistado. Tras a?os de negociaciones frustradas, par¨¢lisis y bloqueos, en septiembre de 2020 la Comisi¨®n Europea lanz¨® la propuesta de un nuevo pacto sobre migraciones y asilo que debe propiciar un marco com¨²n de gesti¨®n previsible y fiable. Este plan deber¨ªa estar ya aprobado, pero en lugar de avanzar en su concreci¨®n, se ha abierto un nuevo ¨¢ngulo de confrontaci¨®n en torno a si deben levantarse murallas en las fronteras exteriores de Europa y qui¨¦n debe financiarlas, lo que equivale a un peligroso giro conceptual y un retroceso en la propia idea de Europa.
La propuesta de varios pa¨ªses del Este, liderados por el grupo de Visegrado (Eslovaquia, Hungr¨ªa, Polonia y Rep¨²blica Checa), para que se destinen fondos comunitarios a la construcci¨®n de vallas y muros exteriores es la ¨²ltima expresi¨®n de la creciente fractura entre dos visiones antag¨®nicas. Por un lado, la de quienes defienden la idea de una Europa fortaleza y conciben la inmigraci¨®n como una amenaza para la econom¨ªa, la identidad o la cultura europea. Y por otro, la de quienes la ven como un fen¨®meno propio del mundo globalizado que hay que gestionar ante todo con respeto a los derechos fundamentales, pero tambi¨¦n como un factor m¨¢s para afrontar los problemas derivados de la declinante demograf¨ªa europea.
En la ¨²ltima reuni¨®n de jefes de Estado y de Gobierno de la UE se acord¨® movilizar ¡°fondos europeos sustanciales¡± para ¡°infraestructuras¡± que permitan reforzar las fronteras de los pa¨ªses m¨¢s afectados por los flujos migratorios. Es una f¨®rmula de compromiso para evitar la palabra valla o muro, pero que no deja de ser una concesi¨®n a una concepci¨®n de Europa retr¨®grada y excluyente. La idea de un muro exterior infranqueable es la soluci¨®n m¨¢gica y falsa que proponen quienes, desde posiciones xen¨®fobas y ultranacionalistas, est¨¢n interesados en presentar a los extranjeros como una amenaza que llega en forma de oleadas invasivas.
Pero la eficacia de las vallas es m¨¢s simb¨®lica que real. Cuando una ruta migratoria se sella f¨ªsicamente, se abre otra en otro lugar. Resulta inimaginable, por fara¨®nica y desmesuradamente costosa, adem¨¢s de indeseable, una muralla continua en todo el per¨ªmetro europeo. Pero ni siquiera as¨ª lograr¨ªa disuadir a quienes huyen de la guerra o del hambre. Espa?a tiene 21 kil¨®metros de muralla alambrada en Ceuta y Melilla, que en este caso se justifica por tratarse de un enclave, pero ni siquiera cuando estaba reforzada por un sistema cruel de concertinas afiladas, disuad¨ªa a muchos de intentarlo. Espa?a decidi¨® eliminarlas en 2019, pero continuaron en el lado marroqu¨ª, y ello no ha impedido que casi 2.300 inmigrantes cruzaran la frontera en 2022 y que se produjeran tragedias como la ocurrida en junio en la verja de Melilla, en que varias decenas de inmigrantes murieron aplastados.
En estos momentos hay ya m¨¢s de 2.000 kil¨®metros de vallas y muros en diferentes puntos de la frontera exterior europea. Nada ha impedido que en 2022 se registraran m¨¢s de 330.000 entradas ilegales en la Uni¨®n, un 64% m¨¢s que en 2021 y la cifra m¨¢s alta desde 2016. La llegada de refugiados e inmigrantes es un fen¨®meno de enorme complejidad cuya gesti¨®n m¨¢s eficaz y humanitaria no pasa por medidas simples, adem¨¢s de ineficaces, sino por un enfoque integral y solidario, atento a m¨²ltiples frentes como el que propone el pacto sobre migraciones y asilo. Afrontarlo es una prioridad de Bruselas y la presidencia semestral de Espa?a desde el 1 de julio pudiera ser el marco propicio para aprobarla.
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