?Y si vascos y catalanes suman?
Los movimientos que, dentro de un Estado, defienden los derechos de una comunidad concreta tienen mala fama
Caer¨¢n mejor o peor, pero pr¨¢cticamente nadie piensa que los nacionalismos catal¨¢n y vasco sumen a la democracia espa?ola. Para la derecha, los partidos pol¨ªticos perif¨¦ricos restan mucho. Y, para la izquierda, incluso la m¨¢s condescendiente, ser¨ªan neutros: no son una amenaza para la convivencia en libertad, pero, si desaparecieran de forma natural PNV, ERC o Junts, tampoco perder¨ªamos mucho, ?no?
Este ha sido tambi¨¦n el enfoque tradicional entre los acad¨¦micos. Los movimientos que, dentro de un Estado, defienden los derechos de una comunidad concreta, definida por una cultura, un idioma, una historia o una combinaci¨®n m¨¢s o menos cabal o rocambolesca de todo eso, tienen mala fama. Tras la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, los expertos subrayaban que la democracia progresaba m¨¢s r¨¢pido en aquellos pa¨ªses en los que no exist¨ªan divisiones ¨¦tnicas, como Polonia, Hungr¨ªa o Rep¨²blica Checa. Un pueblo grande y libre. Por el contrario, donde no hab¨ªa uno, sino varios pueblos, como Eslovaquia, Bulgaria, Rumania y, por supuesto, la antigua Yugoslavia, la democracia parec¨ªa encallarse, cuando no degenerar en cruentos conflictos basados precisamente en esas grietas ¨¦tnicas.
Sin embargo, tras varias d¨¦cadas de experiencia democr¨¢tica, esta visi¨®n sobre los movimientos pol¨ªticos ¨¦tnicos est¨¢ invirti¨¦ndose. Como apunta Jan Rovny, investigador en Sciences Po, hoy los retrocesos democr¨¢ticos m¨¢s notables se producen en los pa¨ªses donde no existen esos partidos ¨¦tnicos o nacionalistas perif¨¦ricos. Polonia, Hungr¨ªa o Eslovenia, que cumplen con el ideal de una ¨²nica naci¨®n en t¨¦rminos ¨¦tnicos, culturales y pol¨ªticos, y sus ciudadanos no votan a nacionalismos minoritarios, han sufrido una importante ca¨ªda de los derechos civiles y pol¨ªticos. Por el contrario, las democracias ¨¦tnicamente m¨¢s ¡°impuras¡±, como Estonia, Letonia, Bulgaria o Eslovaquia, se mantienen en mejor forma.
Parece ser que los nacionalismos ¨¦tnicos o perif¨¦ricos, una vez son conscientes de que deben operar en un Estado en el que inexorablemente son y ser¨¢n una minor¨ªa (y ese reconocimiento les puede costar tiempo; lo estamos viendo en Espa?a con muchos independentistas), persiguen pol¨ªticas para poner coto al poder de la mayor¨ªa. Su objetivo primordial es evitar un gobierno absolutista en la capital del pa¨ªs.
?Y si en Espa?a sucede algo parecido? ?Y si vascos y catalanes suman? @VictorLapuente
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