Qu¨¦date t¨² la pol¨ªtica¡
Nuestros cargos p¨²blicos tienen m¨¢s tentaciones para corromperse que en otros pa¨ªses porque tienen m¨¢s poder para decidir sobre contratos, subvenciones o expedientes. Y los corruptores lo saben
¡y d¨¦jame a m¨ª el Estado ?Record¨¢is lo que llegamos a discutir en la pandemia si ten¨ªamos que quedarnos en casa y cerrar los colegios o seguir con la vida normal? ?Si era mejor el ¡°intervencionismo¡± de S¨¢nchez o el ¡°neoliberalismo¡± de Ayuso?
Pues resulta que, si comparamos el exceso de mortalidad en Europa en el periodo 2020-22, vemos que el tipo de pol¨ªtica seguido importa poco. Entre las naciones con menos fallecidos est¨¢ la ultraliberal Suecia (donde los centros educativos permanecieron abiertos y hay personas que jam¨¢s usaron mascarilla) y las m¨¢s restrictivas Dinamarca o Alemania. Lo que une a esos pa¨ªses no es una pol¨ªtica antipand¨¦mica ni una ideolog¨ªa de gobierno concreta, sino la calidad de sus instituciones: sus Estados aplican la pol¨ªtica que sea con eficiencia e imparcialidad. Las naciones con m¨¢s decesos (Eslovaquia, Polonia, Chipre) tambi¨¦n han seguido pol¨ªticas diferentes, pero tienen en com¨²n una baja calidad institucional.
Espa?a tiene unas instituciones p¨²blicas mediocres, a la misma distancia de Noruega que de Bulgaria. Y en algunos indicadores empeoramos ligeramente, como el de Transparencia Internacional, donde ocupamos la posici¨®n 35? del mundo, al lado de Botsuana y Cabo Verde. A unos les parecer¨¢ anecd¨®tico y a otros grosero, pero deber¨ªa preocuparnos a todos, porque estas clasificaciones son usadas por las agencias de calificaci¨®n de cr¨¦dito de un pa¨ªs. S¨ª, Pa¨ªses Bajos est¨¢ por delante de nosotros. Y, no, no es por la pol¨ªtica (fiscal o la que sea) de S¨¢nchez. Es por el Estado y la incapacidad de todos los partidos por reformarlo.
Los casos Kitchen y Tito Berni se despachan tambi¨¦n como una cuesti¨®n pol¨ªtica, pero la culpa no es de unos partidos podridos (PSOE o PP), sino de unas instituciones estatales defectuosas. Nuestros cargos p¨²blicos (ministros, consejeros, alcaldes o generales de la Guardia Civil) tienen m¨¢s tentaciones para corromperse que en otros pa¨ªses porque tienen m¨¢s poder para decidir sobre contratos, subvenciones o expedientes. Y los corruptores lo saben.
La soluci¨®n es f¨¢cil: repartir el poder de decisi¨®n entre personas con intereses distintos, como partidos de la oposici¨®n o funcionarios independientes. Pero quienes pueden acordar esa reforma prefieren no perder un ¨¢pice de poder y atacar con toda la furia al partido rival. Qu¨¦ grandes hombres y mujeres de Estado tenemos. @VictorLapuente
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.