Diversidad y respeto
Los lectores escriben sobre la crispaci¨®n en el Congreso de los Diputados, la investigaci¨®n sobre los abusos sexuales en la Iglesia, la precariedad laboral y los errores gramaticales orales
El esperpento representado en cada sesi¨®n del Congreso de los Diputados, donde lo hura?o, el desacuerdo y los malos modos son lo habitual, son una clara manifestaci¨®n de la dispersi¨®n pol¨ªtica y social que abunda en nuestras calles. El ego¨ªsmo atroz, el desinter¨¦s por lo com¨²n, el alejamiento por cualquier apuesta social colectiva son, a mi entender, rasgos definitorios de nuestra actual sociedad. No es que los humanos carezcamos de sensibilidad por lo universal. No es que la apat¨ªa nos suma en el aislacionismo. Es, creo, que la dispersi¨®n en torno a cualquier cosa es tan potente y contumaz que, o bien nos enfrenta, o nos retrae y nos incomunica. Son tantas y tan variadas las posturas, son tan enconadas sus defensas, que dif¨ªcilmente nace el acuerdo. Por eso considero que la aceptaci¨®n de la diversidad, as¨ª como el respeto por el pr¨®jimo son claves de cualquier respuesta; elementos sustanciales para la participaci¨®n y la construcci¨®n de lo colectivo, en lo que andamos tan necesitados.
Enrique L¨®pez de Turiso. Vitoria-Gasteiz
Gracias por investigar
A EL PA?S y singularmente a sus redactores ??igo Dom¨ªnguez y Julio N¨²?ez corresponder¨ªa con toda justicia el debido reconocimiento y homenaje por la inmensa labor de destapar los innumerables casos de estupros, abusos y violaciones llevados a cabo en Espa?a por sacerdotes de diferentes congregaciones, con m¨¢s m¨¦rito a¨²n dada la reticencia o directa oposici¨®n de la Iglesia a facilitar datos o a negar evidencias. Yo fui una v¨ªctima de estos depredadores y ya EL PA?S dio cuenta de mi caso. Ser¨ªa interesante saber cu¨¢ntas v¨ªctimas han fallecido esperando la debida reparaci¨®n de la Iglesia, siempre morosa en sus tiempos y cuant¨ªas.
Alfonso Caparr¨®s Valderrama. Rinc¨®n de la Victoria (M¨¢laga)
Situaci¨®n ca¨®tica
Despu¨¦s de 19 a?os viviendo en Finlandia, he decidido cerrar etapa y regresar a Espa?a para estar m¨¢s cerca de mi familia. Es sorprendente lo poco valorado que se siente uno cuando a pesar de tener una titulaci¨®n superior y haberse labrado una carrera profesional en el sector muse¨ªstico a base de pico y pala (hablo figuradamente) en un pa¨ªs donde no se regala nada, ahora, en el de uno, no se tenga el menor pudor en ofrecer un salario rid¨ªculo sin tener en cuenta ni experiencia ni cualificaci¨®n. S¨¦ que muchos se sentir¨¢n de la misma manera¡ por supuesto que contaba con que no vinieran a buscarme a la puerta hordas de generosos empresarios o reconocidas instituciones necesitadas de personal capacitado (no vivo en una utop¨ªa paralela), pero la situaci¨®n es mucho m¨¢s ca¨®tica de la que yo dej¨¦ all¨¢ por el 2004.
Manuel ?ngel L¨®pez Ruise?or. Helsinki (Finlandia)
Gente que ¡®prevee¡¯
Mientras siguen batallando sobre una tilde, nadie presta atenci¨®n a quienes preveen. Llamaba la atenci¨®n cuando un fresco Pablo Iglesias nos contaba que aqu¨ª nadie prevee, pero ahora se ha generalizado. Mientras tanto, a las personas que prevemos, nos chirr¨ªan los dientes porque nadie hace una denuncia p¨²blica de esta falta gramatical oral. Por favor, acad¨¦micos y acad¨¦micas de la RAE, pongan su atenci¨®n en esto, de gran importancia, por su efecto de contagio.
Lola Pereira. Salamanca
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