La tilde de solo: ?ha generado la RAE inseguridad ortogr¨¢fica?

Una peque?a raya inclinada sobre una o, la tilde de solo, ha provocado un debate social, entre el drama y la hilaridad, que, aunque parezca no tener demasiada importancia m¨¢s all¨¢ del propio debate, puede tener consecuencias en la vida cotidiana de algunos sectores de la poblaci¨®n. Por ejemplo, a la hora de evaluar ex¨¢menes, de corregir textos o de definir criterios editoriales. Recientemente, la empresa Ferrovial ha insinuado que en Espa?a hay inseguridad jur¨ªdica, pero, con tanto revuelo en torno a la tilde, ?hay tambi¨¦n inseguridad ortogr¨¢fica?

En estos momentos existe cierta incertidumbre ante el uso de la tilde, asunto sobre el que se han ofrecido diferentes versiones. A saber: lo que dice la Ortograf¨ªa de 2010 de la Real Academia de la Lengua (RAE). Lo que dicen los tuits oficiales de la misma RAE. O lo que dicen algunos acad¨¦micos, con el prominente tildista Arturo P¨¦rez-Reverte a la cabeza, que augur¨® en la citada red social que el pleno que se celebra este jueves ser¨¢ ¡°tormentoso¡±, despu¨¦s de que la semana pasada se acordara introducir una peque?a aclaraci¨®n ¨Dque no modificaci¨®n¨D en la redacci¨®n de la norma vigente para subrayar que se deja ¡°a juicio del que escribe¡± la posibilidad de tildar esas palabras en caso de ambig¨¹edad, algo que ya considera la Ortograf¨ªa de 2010. Si un estudiante va a examinarse, ?a qui¨¦n debe hacer caso? ?Bajo qu¨¦ criterios actuar¨¢n los correctores?

¡°Creo que ning¨²n profesor bajar¨ªa tres puntos a un alumno que escriba la tilde en solo cuando equivale a solamente. Por lo dem¨¢s, creo que los profesores son, en general, respetuosos con lo que determina la RAE, como lo es el Ministerio de Educaci¨®n y Formaci¨®n Profesional¡±, explica Jos¨¦ Manuel Bar, secretario de Estado de Educaci¨®n. Eso s¨ª, todo depende de cada centro educativo y de cada profesor. En el ministerio apuestan por un modelo competencial para la ense?anza de la ortograf¨ªa: es decir, prefieren que se aprenda mediante la lectura y la escritura que mediante el estudio memor¨ªstico de las reglas.

As¨ª se entiende que, con la desaparici¨®n de esta tilde en medios de comunicaci¨®n y libros de texto, esa regla se transmite de forma natural a las nuevas generaciones. Tal vez los m¨¢s j¨®venes vean la tilde de la discordia como algo exc¨¦ntrico. Los libros de texto eliminaron las tildes desde la Ortograf¨ªa de 2010, cuya doctrina se fue difundiendo. En EL PA?S, el Libro de Estilo, que rige la escritura en el peri¨®dico, dice que no se debe colocar la tilde a la palabra solo (¡°Se omitir¨¢ ese rasgo gr¨¢fico en los textos y titulares informativos¡±), pero que en los textos de opini¨®n se deja a la decisi¨®n del firmante. La Fundaci¨®n del Espa?ol Urgente (Fund¨¦u) ya advert¨ªa en 2011, bas¨¢ndose tambi¨¦n en la Ortograf¨ªa del a?o anterior, que la tilde no era necesaria en ning¨²n caso. Aunque s¨ª admisible en casos de ambig¨¹edad.

Seg¨²n opina el secretario de Estado, hay unas faltas m¨¢s graves que otras, y la citada tilde, de considerarse falta, deber¨ªa considerarse leve. En el caso de las pruebas para el acceso a la Universidad, popularmente conocidas como Selectividad, el criterio tambi¨¦n depende de cada comunidad aut¨®noma y de cada universidad. ¡°Hay criterios m¨¢s estrictos que otros, por eso tenemos grupos de trabajo que intentan unificarlos¡±, explica Bar.

En la Universidad Complutense de Madrid, los alumnos de la ling¨¹ista Shima Salameh, pertenecientes a ¨¢mbitos como la comunicaci¨®n, el periodismo o la publicidad, en los que la lengua es crucial, sacaron en clase el tema de la controvertida tilde, a cuenta de la pol¨¦mica en redes sociales. ¡°Ante la confusi¨®n, soy muy tajante: tienen que buscar la informaci¨®n de las fuentes originales¡±, dice Salameh. ¡°Tienen que aprender a diferenciar el ruido de la informaci¨®n ver¨ªdica¡±.

En este caso, seg¨²n se?ala la profesora, esa informaci¨®n ver¨ªdica es la asentada en la Ortograf¨ªa de 2010. No se tilda solo, pero se permite en contextos de ambig¨¹edad, que son muy escasos. ¡°Si no hay ambig¨¹edad, es una falta¡±, zanja Salameh. Cuenta tambi¨¦n que en ex¨¢menes, como los de acceso a la universidad, las faltas se penalizan con d¨¦cimas (0,2 puntos, 0,25 puntos, etc¨¦tera), que dependen tambi¨¦n del tipo de falta y de la frecuencia, aunque todas estas cuestiones var¨ªan seg¨²n el departamento. En ocasiones, si una falta se repite, solo se penaliza en su primera aparici¨®n. ¡°La penalizaci¨®n es algo que los estudiantes tienen asumido¡­ y puede llevar al suspenso¡±, aclara la ling¨¹ista.

Una apuesta segura

Despu¨¦s de la Ortograf¨ªa de 2010, algunos autores ind¨®mitos (incluso acad¨¦micos) siguieron utilizando la tilde, como Javier Mar¨ªas, Arturo P¨¦rez-Reverte, Luis Mateo D¨ªez o Pere Gimferrer. La controversia dentro de la Academia se da, sobre todo, entre escritores, a favor de la tilde, y ling¨¹istas que consideran sentimentales los criterios de los escritores y, por tanto, est¨¢n en contra. ¡°Los creadores no pretendemos tener la ¨²ltima palabra, pero solo faltar¨ªa que nosotros no pudi¨¦ramos escribir lo que nos diera la gana¡±, dijo Javier Mar¨ªas a EL PA?S en 2020. Pero los escritores tienen que lidiar con sus editoriales (y viceversa).

?Qu¨¦ ocurre en esos casos? ¡°En Alfaguara, siguiendo la recomendaci¨®n actual de la RAE, dejamos en manos de los autores determinar qu¨¦ usos del adverbio solo y de los pronombres demostrativos son potencialmente ambiguos en sus libros y, por tanto, qu¨¦ casos se tildan y cu¨¢les no¡±, se?alan desde el equipo de edici¨®n de la editorial, que, curiosamente, publica a muchos de los autores proclives a la tilde antes citados.

El colectivo de los correctores de textos es otro de los afectados por estas incertidumbres. ¡°Los correctores tenemos como fin limpiar, normalizar y dignificar, somos el intermediario entre el texto y el lector. Yo, si veo la tilde en solo, la marco como falta de ortograf¨ªa y lo consulto con el autor del texto¡±, explica Antonio Mart¨ªn, socio y gerente de la academia C¨¢lamo & Cran, famosa por formar a correctores. A priori, falta. Seg¨²n Mart¨ªn, eso s¨ª, la decisi¨®n final es del autor, o del editor, si es que tiene unas normas predefinidas para los libros de su editorial. Lo que le parece preocupante son las decisiones unilaterales de la RAE y que no se busque el consenso con las otras 21 academias del espa?ol que forman parte de la Asociaci¨®n de Academias de la Lengua Espa?ola (ASALE). ¡°Es un debate antiguo, que viene desde 1870¡­ Ahora han vuelto a mover el avispero, pero no hay ning¨²n cambio real¡±, dice el gerente.

Respecto a los estudiantes, ¡°la regla que les doy es: ¡®Si no tildas nunca, nunca te equivocas¡¯. Esa es la norma y los profesores tienen que respetarla¡±, explica el acad¨¦mico Salvador Guti¨¦rrez Ord¨®?ez, director del departamento de Espa?ol al D¨ªa. En cuanto a las ambig¨¹edades, la Ortograf¨ªa dice as¨ª: ¡°Dado que tales casos son muy poco frecuentes y que son f¨¢cilmente resueltos por el contexto, a partir de ahora se podr¨¢ prescindir de la tilde en el adverbio solo y los pronombres demostrativos, incluso en los casos de posible ambig¨¹edad¡±. En otra parte de la obra se lee: ¡°A partir de ahora se podr¨¢ prescindir de la tilde en estas formas, incluso en casos de doble interpretaci¨®n¡±. De ah¨ª que no poner la tilde sea una apuesta segura.

En el otro lado, ?se podr¨ªa penalizar al que escribe por tildar? ¡°La Academia, desde 1959, recomienda no usar la tilde cuando solo equivale a solamente. Se tolerar¨ªa si el que escribe percibe ambig¨¹edad. Puesto que es opci¨®n del que escribe percibir la ambig¨¹edad, no veo c¨®mo podr¨ªan penalizar a nadie por usarla¡±, explica la acad¨¦mica In¨¦s Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez. Los profesores de instituto consultados por la acad¨¦mica prefieren no usarla nunca, con el fin de no generar confusi¨®n en los alumnos. ¡°Pero entiendo que tampoco pueden penalizar su uso, siempre y cuando haya ambig¨¹edad¡±, dice Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez, ¡°por supuesto, si no se percibe ambig¨¹edad, poner la tilde es una falta¡±.

¡°La tilde opcional abre la puerta a ponerla a otros adjetivos usados como adverbios¡±, continua la acad¨¦mica. ¡°Por ejemplo: ¡®El pianista toc¨® l¨¦nto¡¯. Eso crea una irregularidad innecesaria y compleja de explicar en las normas de ortograf¨ªa¡±. Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez quiere acabar recordando que la RAE no puede modificar la norma previa de la tilde, solo aclararla, puesto que no hay abierto un proceso de reforma de la Ortograf¨ªa de 2010. Para ello se necesitar¨ªa el consenso entre todas las academias de la lengua espa?ola, incluyendo las de los pa¨ªses latinoamericanos.