La Espa?a abandonada
Los lectores escriben sobre la falta de oportunidades en algunos territorios del pa¨ªs, las malas formas de los diputados, la ausencia de referencias al S¨¢hara Occidental y el retorno a los valores de las familias convencionales
Antes que vaciada o despoblada, hay una Espa?a que fue abandonada. Hablamos de Espa?a vac¨ªa, despoblada, vaciada; y estos t¨¦rminos son ciertos, pero expresan solo una idea parcial, en realidad, son eufemismos. Se refieren al vac¨ªo, a la despoblaci¨®n, a la huida que se ha ido produciendo en muchos lugares de nuestro pa¨ªs. El uso de aquellos t¨¦rminos evita u oculta las causas que han provocado el abandono:...
Antes que vaciada o despoblada, hay una Espa?a que fue abandonada. Hablamos de Espa?a vac¨ªa, despoblada, vaciada; y estos t¨¦rminos son ciertos, pero expresan solo una idea parcial, en realidad, son eufemismos. Se refieren al vac¨ªo, a la despoblaci¨®n, a la huida que se ha ido produciendo en muchos lugares de nuestro pa¨ªs. El uso de aquellos t¨¦rminos evita u oculta las causas que han provocado el abandono: la falta de presupuestos y de servicios, la falta de ni?os y escuelas, la falta de transporte, la falta de oficinas de banco y cajeros, la falta de conexi¨®n a internet, los vertidos nocivos pr¨®ximos a algunas poblaciones, etc¨¦tera. Tendremos que concluir, sin remedio, que el abandono es previo a la despoblaci¨®n; que un lugar empieza a vaciarse cuando sus habitantes detectan y padecen los s¨ªntomas del abandono por parte de las administraciones. Hablamos de la Espa?a, de la gente, atormentada por el abandono, y nos duele esa Espa?a donde se est¨¢ produciendo el vac¨ªo y la despoblaci¨®n. Hablemos entonces de la Espa?a abandonada.
Manuel Huerta Anta. Vigo (Pontevedra)
Escarmentar y escarnecer
Terminado este teatro tan malo en el Parlamento. Me he quedado con las palabras de un diputado: ¡°Tenemos que volver a hablarnos de una manera educada y ocuparnos de los problemas a resolver¡±. El porcentaje de se?or¨ªas que demuestran claramente no conocer los verbos ¡°escarmentar¡± y ¡°escarnecer¡± es muy alto. Estas personas nunca podr¨¢n justificar lo que est¨¢n haciendo en el Parlamento.
Eric Campfens Fopma. Caspe (Zaragoza)
Mutis por el foro
En el reciente debate sobre la moci¨®n de censura, el candidato Ram¨®n Tamames pregunt¨® varias veces al presidente Pedro S¨¢nchez las razones de su giro en la hist¨®rica posici¨®n de Espa?a sobre el S¨¢hara Occidental y el apoyo al derecho del pueblo saharaui a decidir su futuro. Tambi¨¦n se lo preguntaron el l¨ªder de Vox, Santiago Abascal; la presidenta de Ciudadanos, In¨¦s Arrimadas; Ana Oramas, de Coalici¨®n Canaria, y N¨¦stor Rego, del BNG. El presidente S¨¢nchez, sin embargo, no contest¨® a ninguno. Guard¨® un mutismo absoluto sobre el asunto probablemente m¨¢s importante de la pol¨ªtica exterior espa?ola.
Luis Portillo Pasqual del Riquelme. Madrid
El retorno de la familia convencional
Leo mucho en redes sociales, ya que fuera de internet apenas tiene visibilidad, el t¨¦rmino rojipardo. Se refiere a sujetos que dicen ser de izquierdas, pero comparten presupuestos pol¨ªticos con la derecha m¨¢s tradicional. Se ajustan a un patr¨®n que en una gran mayor¨ªa de familias son la generaci¨®n que les toca vivir peor que los padres en cuanto a salario y calidad de trabajo. En cuanto a la redistribuci¨®n de la riqueza tienen un pie en la izquierda, pero tienen ideas sobre inmigraci¨®n y la familia, por ejemplo, que se acercan m¨¢s a valores reaccionarios y pr¨®ximos a la derecha. Despu¨¦s de la sexta moci¨®n de censura de la democracia y con unas elecciones generales a la vuelta de la esquina, creo notar por comentarios en medios p¨²blicos que la existencia de ese grupo denominado rojipardo est¨¢ aflorando y con un claro objetivo: el retorno a la familia convencional.
Mar¨ªa Luisa Alonso Alcal¨¢. Zaragoza