La f¨¢brica de la ignorancia
La invisibilizaci¨®n de los riesgos asociados a la producci¨®n y manipulaci¨®n de encimeras de piedra artificial es clave para entender la actual remergencia de la silicosis en Espa?a
El pasado 30 de enero, el Juzgado de lo Penal n¨²mero 2 de Vigo conden¨® al gerente y administrador de Cosentino S.A. por cinco delitos de lesiones graves por imprudencia grave al no haber facilitado a la empresa Granitel suficiente informaci¨®n sobre los riesgos y peligrosidad a la salud derivados de la manipulaci¨®n de su producto Silestone (sentencia 35/2023). La misma sentencia conden¨® al administrador ¨²nico de Granitel por los mismos delitos junto a otro contra los derechos de los trabajadores por las graves omisiones cometidas en materia de prevenci¨®n de riesgos laborales. Los hechos probados podr¨ªan ser asimilados a pr¨¢cticas de generaci¨®n de ignorancia de los riesgos sanitarios causados por la manipulaci¨®n de los aglomerados de cuarzo.
Los aglomerados de cuarzo, tambi¨¦n conocidos como piedra artificial, son materiales sint¨¦ticos que contienen elevadas concentraciones (m¨¢s del 80%) de s¨ªlice cristalina compactados mediante resinas y con colorantes a?adidos (org¨¢nicos e inorg¨¢nicos como metales). El principal riesgo patog¨¦nico reside en su alto contenido en s¨ªlice cristalina (cuarzo y cristobalita), que es el agente causal de la silicosis, de enfermedades inmunomediadas (como la artritis reumatoide o la esclerodermia sist¨¦mica) y del c¨¢ncer de pulm¨®n.
Los aglomerados fueron introducidos en el mercado a principios de los a?os 1990 y su consumo creci¨® durante el boom de la construcci¨®n, reemplazando en gran parte a las piedras naturales como el m¨¢rmol y el granito en la fabricaci¨®n de encimeras de cocina y ba?os, y en revestimientos y pavimentos. Ello ha implicado un incremento del riesgo de exposici¨®n a s¨ªlice cristalina en las plantas de fabricaci¨®n de aglomerados, en los talleres en los que se manipulan las encimeras y en la edificaci¨®n residencial en la que se instalan. Este incremento del riesgo ha provocado una grave remergencia de la silicosis en nuestro pa¨ªs, evidenciada por la multiplicaci¨®n del n¨²mero de casos reconocidos como enfermedad profesional desde 2007 y por el crecimiento de los procesos asistenciales por esta causa.
Desde comienzos de siglo, la denominada agnotolog¨ªa estudia los procesos de construcci¨®n de la ignorancia en las sociedades contempor¨¢neas. Las ciencias humanas y sociales han identificado las diferentes estrategias empleadas por los que han sido designados como ¡°mercaderes de la duda¡±: maniobras deliberadas de ocultaci¨®n de informaci¨®n sobre los da?os a la salud y el medio ambiente de ciertos productos o procesos productivos; fabricaci¨®n de incertidumbres sobre esos da?os mediante la financiaci¨®n de investigaciones cient¨ªficas que responden a los intereses de las industrias productoras, mecanismos a los cuales se a?aden la llamada ¡°undone science¡± (ciencia sin hacer) para responder a esos mismos intereses; o consecuencias de una organizaci¨®n econ¨®mica, social y pol¨ªtica que contribuye a invisibilizar y fragmentar el conocimiento cient¨ªfico sobre los riesgos. El elenco de ejemplos estudiados es amplio, desde la negaci¨®n del car¨¢cter cancer¨ªgeno del amianto a la subestimaci¨®n del calentamiento global, pasando por la ocultaci¨®n de los da?os a la salud del tabaco.
La mirada desde la agnotolog¨ªa al caso de los aglomerados de cuarzo permite constatar el empleo de algunas de estas estrategias a nivel espa?ol e internacional. Como acredita la sentencia, Cosentino no inform¨® suficientemente pronto ni claramente a Granitel de los riesgos que conllevaba la manipulaci¨®n del Silestone, siendo conocedora de los mismos desde al menos el a?o 2000. Adem¨¢s, diversas informaciones period¨ªsticas, entre ellas la publicada por este medio el pasado 7 de febrero, han se?alado que la empresa pact¨® indemnizaciones para los afectados de silicosis de su f¨¢brica vinculadas a la firma de acuerdos de confidencialidad. De ser cierta, esta pr¨¢ctica habr¨ªa contribuido a invisibilizar parcialmente los riesgos ante la administraci¨®n laboral y sanitaria, ya que al menos una parte de esos acuerdos se habr¨ªan firmado antes del reconocimiento del afectado como enfermo profesional.
Esta forma de generaci¨®n de ignorancia habr¨ªa facilitado que Cosentino, adem¨¢s, defendiera un discurso p¨²blico sobre la seguridad de su producto y del proceso productivo desarrollado en su propia f¨¢brica, y trasladara toda la responsabilidad al sector de los marmolistas por no haber implementado medidas adecuadas de prevenci¨®n en sus talleres.
La realidad es tozuda y los 95 partes de silicosis como enfermedad profesional de trabajadores de dicha empresa comunicados entre 2019 y el 30 de noviembre de 2021 ¡ªuna cifra equivalente a los mineros diagnosticados de silicosis de primer grado en HUNOSA en el trienio 1975-1977¡ª se compadecen mal con dicho discurso. Entre los factores estructurales que producen ignorancia hay que se?alar la compleja normativa que regula la informaci¨®n que suministran los fabricantes de productos compuestos, la naturaleza administrativa e imperfecta de los registros p¨²blicos que dificultan conocer el alcance epidemiol¨®gico del problema o la singularidad de nuestro sistema de protecci¨®n social que posibilita que las mutuas colaboradoras puedan devenir agentes de invisibilizaci¨®n del problema, al ser los responsables del reconocimiento de los casos a la vez que del pago de las prestaciones.
Aunque existe pleno consenso sobre la responsabilidad patog¨¦nica de las elevadas concentraciones de s¨ªlice cristalina, conviene no olvidar que los efectos da?inos de otros componentes de los aglomerados podr¨ªan incrementar la acci¨®n de la s¨ªlice adem¨¢s de desencadenar un ¡°efecto c¨®ctel¡± (es decir, una toxicidad espec¨ªfica de la mezcla de sustancias, en la cual el todo es m¨¢s que la suma de sus partes). Entre el 5 y el 15% de la composici¨®n del Silestone corresponde a resina de poli¨¦ster polimerizada, que es empleada como aglomerante.
La investigaci¨®n realizada por el Grupo de Estudio de Silicosis del Hospital Universitario Puerta del Mar (C¨¢diz), uno de los referentes mundiales en la investigaci¨®n sobre los riesgos de los aglomerados, ha confirmado adem¨¢s la presencia de metales como el aluminio. Una presencia confirmada tambi¨¦n mediante biopsia en el centro de los n¨®dulos silic¨®ticos de los trabajadores de marmoler¨ªas que manipularon esas encimeras. Tanto el aluminio como las nano y micro part¨ªculas de poli¨¦ster tienen conocidos efectos inflamatorios pulmonares y, en el caso de estas ¨²ltimas, se a?aden sus efectos sobre el sistema inmune.
La sumatoria de estos elementos es, junto a los cambios f¨ªsico-qu¨ªmicos que entra?an los procesos de transformaci¨®n y manipulaci¨®n del material, la que podr¨ªa explicar la particular gravedad y rapidez en la progresi¨®n cl¨ªnica de la silicosis por aglomerados de cuarzo. Esto justifica la necesidad expresada por los afectados y los sindicatos de potenciar la investigaci¨®n m¨¦dica. Hist¨®ricamente, ¨¦ste ha sido un terreno propicio para que grandes corporaciones industriales desplieguen sus capacidades de financiar estudios m¨¦dicos orientados a crear incertidumbres y a posponer el logro de consensos cient¨ªficos sobre los riesgos a la salud y el medioambiente de sus productos.
En marzo de 2022, la Consejer¨ªa de Salud y Familias andaluza anunciaba la creaci¨®n en C¨®rdoba del Centro Andaluz de Enfermedades Respiratorias de Origen Laboral (CAEROL). Adem¨¢s de la Consejer¨ªa y de la Universidad de C¨®rdoba forman parte del citado centro el Servicio Andaluz de Salud y Cosentino. El Gobierno andaluz parece no haber advertido el conflicto de inter¨¦s que supone la participaci¨®n de Cosentino en el estudio de un problema de salud que ha contribuido a crear. La OMS ha adoptado una posici¨®n clara ante conflictos similares, desaconsejando la colaboraci¨®n con industrias como las tabaqueras que pudieran ¡°blanquear¡± su imagen asoci¨¢ndola a una acci¨®n positiva de salud p¨²blica. As¨ª, Philip Morris ha sido obligada recientemente a salir del accionariado de la empresa canadiense que desarrolla una vacuna contra la COVID-19. Contrarrestar la f¨¢brica de la ignorancia pasa ineludiblemente por apoyar la investigaci¨®n independiente con financiaci¨®n p¨²blica.
Catherine Cavalin es soci¨®loga, investigadora permanente del CNRS (Par¨ªs) y Alfredo Men¨¦ndez Navarro es catedr¨¢tico de Historia de la Ciencia en la Universidad de Granada
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