La India es imprescindible
El pa¨ªs con m¨¢s poblaci¨®n del mundo resulta decisivo como contrapeso a China y puede ser clave para la paz en Ucrania
Si la demograf¨ªa es el destino, el de la India ser¨¢ muy relevante en el futuro. Seg¨²n las cuentas de Naciones Unidas, desde este mes de abril superar¨¢ ya a China como el pa¨ªs m¨¢s poblado del mundo, con cerca de 1.430 millones de habitantes, dato al que hay que a?adir para comprender su significado una pir¨¢mide de poblaci¨®n muy joven y una tasa de fecundidad todav¨ªa alta, en comparaci¨®n con el envejecimiento chino y el declive poblacional producido por su pol¨ªtica de hijo ¨²nico. Si entre China e India suman un tercio de los habitantes del mundo, entre ambos pa¨ªses acumular¨¢n en 2023 la mitad del crecimiento econ¨®mico del planeta, con una notable diferencia porcentual en favor de la India, situada en cabeza del crecimiento asi¨¢tico y quinta econom¨ªa mundial desde 2022, por delante del Reino Unido.
En un momento de serias dudas sobre la reorganizaci¨®n de las cadenas de producci¨®n globales, como resultado de las tensiones geopol¨ªticas con Rusia y China, la India se est¨¢ convirtiendo en alternativa de localizaci¨®n de muchas plantas de producci¨®n para multinacionales, como es el caso destacado de Apple. Junto a las ventajas del precio de la mano de obra, se trata de un pa¨ªs pr¨¢cticamente angl¨®fono y con un buen nivel educativo, especialmente en el campo tecnol¨®gico, y una creciente clase media abierta al mundo. A estas ventajas competitivas se suma la democracia federal y sus instituciones liberales, en especial el sistema judicial de matriz brit¨¢nica, una garant¨ªa comparativa de pluralismo respecto a China, a pesar de la deriva populista y nacionalista hind¨² del partido en el poder, el Bharatiya Janata Party, del car¨¢cter cada vez m¨¢s restrictivo de su democracia mayoritaria y ¨¦tnica hind¨² y de las crecientes actitudes discriminatorias con las minor¨ªas, especialmente la musulmana. Delhi practica una pol¨ªtica exterior tambi¨¦n de tintes nacionalistas, inspirada en un pasado idealizado y que puede parecer un calco de los ensue?os putinistas y trumpistas. Pesan en su actitud exterior los estrechos lazos hist¨®ricos con la Uni¨®n Sovi¨¦tica y el legado de su liderazgo fundacional del Tercer Mundo, con lo que se ha convertido en el pa¨ªs m¨¢s representativo del llamado sur global, empe?ado en la equidistancia en la guerra de Ucrania, incluso en un cierto apaciguamiento de Vlad¨ªmir Putin, y comprometido con la idea de una multipolaridad que f¨¢cilmente se traduce en actitudes antioccidentales.
Al formar la India parte del Quad ¡ªcon Jap¨®n, Australia y Estados Unidos¡ª, cabe esperar una progresiva p¨¦rdida del magnetismo que ejercen las organizaciones inspiradas por China y por su agresiva pol¨ªtica de inversiones de la nueva Ruta de la Seda, correlato de la creciente presencia naval china en los oc¨¦anos ?ndico y Pac¨ªfico. La amenaza de China y de Pakist¨¢n, pa¨ªses aliados entre s¨ª con los que la India ha librado ya varias guerras, gravita permanentemente sobre sus fronteras y conduce a debilitar el prurito de una v¨ªa india singular y favorece en cambio una tendencia natural al acercamiento a Estados Unidos, Jap¨®n y la Uni¨®n Europea.
Es obligado por tanto contar con la India como contrapeso a las ambiciones expansivas chinas en todos los campos, el econ¨®mico por supuesto, pero tambi¨¦n el de la diplomacia internacional y sobre todo la seguridad. La presidencia india del G-20 este a?o, muy condicionada por la guerra de Ucrania, est¨¢ poniendo a prueba la capacidad de su Gobierno para trascender la propaganda interior que el primer ministro Narendra Modi extrae de las cumbres internacionales y para convertirse ¨¦l mismo en un agente comprometido en los esfuerzos para conseguir la paz.
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