?Qui¨¦n abandona a la clase media?
Un grupo social importante, aunque precarizado, sigue poniendo y quitando gobiernos y la percepci¨®n que tiene sobre el trato que recibe ser¨¢ clave en este a?o electoral
?Qui¨¦n abandona a la clase media? No hay sentimiento que atormente m¨¢s en una democracia que la sensaci¨®n de que la pol¨ªtica es para otros y que a nosotros nadie nos atiende. La clase media estar¨¢ precarizada, pero sigue poniendo gobiernos. Por eso, combatir la idea de abandono ser¨¢ una de las claves de este a?o electoral, desde Do?ana hasta la ley de vivienda, con primera parada el 28-M.
Y es que el temor a ser ignorado por la pol¨ªtica rinde cuenta del momento pol¨ªtico actual. En una econom¨ªa donde muchos ciudadanos llegan con apuros a final de mes, la sed de que ¡°alguien haga algo¡±, de que los poderes p¨²blicos intervengan, cotiza al alza. Su punto ¨¢lgido se produjo ante la excepcionalidad de la pandemia y redobl¨® con la crisis de inflaci¨®n abriendo el grifo del gasto ante las necesidades del contexto. Culmina ahora que el Gobierno ha abierto la mano para limitar precios de los alquileres, como s¨ªmbolo de un Estado cada vez m¨¢s presente.
Si bien, la sed intervencionista corre el riesgo de volverse una especie de nuevo ¡°opio del pueblo¡± si acaba provocando efectos indeseados. La ley de vivienda necesitar¨¢ tiempo para ser valorada ¡ªtambi¨¦n en sus aspectos positivos¡ª, aunque algunos expertos como J. Garc¨ªa Montalvo han advertido del riesgo de que el control acabe expulsando oferta y subiendo los precios. La izquierda deber¨ªa saber que la frustraci¨®n puede volverse la emoci¨®n m¨¢s cercana al abandono, si el compromiso de seguir construyendo m¨¢s parque p¨²blico no se mantiene firme en el tiempo.
Aunque ni el propio Partido Popular puede sustraerse ya de la ola expansiva que llama a implicarse en ciertos mercados. Nadie quiere aparecer como el culpable de abandonar a las familias a su suerte: hasta Alberto N¨²?ez Feij¨®o propone avales p¨²blicos a los j¨®venes compradores de viviendas. La ley estatal tambi¨¦n supone un desaf¨ªo a los barones del PP si, m¨¢s all¨¢ de cuestionar la norma, tampoco dan salida a un problema transversal como alquilar un techo asequible.
El caso es que la noci¨®n de abandono es uno de los arietes m¨¢s sutiles de la derecha liberal contra Pedro S¨¢nchez. Es la estrategia de echar a pelear al pen¨²ltimo contra el ¨²ltimo de la sociedad. Acusando a la izquierda de legislar para ¡°ganar votos¡± entre las rentas humildes, Isabel D¨ªaz Ayuso ven¨ªa espoleando una sensaci¨®n de agravio frente a esos trabajadores que no est¨¢n al nivel del ingreso m¨ªnimo vital o el salario m¨ªnimo, pero siguen teniendo sueldos muy bajos.
Parte de esa cr¨ªtica debe ser recogida por la izquierda. La percepci¨®n de estancamiento entre la clase media ¡ªque por grueso existe, aunque est¨¦ empobrecida¡ª es una constante desde hace a?os, y de ello solo se sale apostando por la transformaci¨®n econ¨®mica y el crecimiento de la productividad. Se percibe una relaci¨®n entre los bajos salarios y esa demanda creciente de un Estado cada vez m¨¢s protector o asistencial.
Sin embargo, hay parte de falacia en la idea del liberal abandono. Los servicios p¨²blicos siguen siendo de facto la principal pol¨ªtica que el Estado destina para aliviar los bolsillos ciudadanos. Desde la sanidad, pasando por el colegio o la universidad hasta transporte, un contribuyente com¨²n goza de esas prestaciones gracias a un Estado de bienestar que se nutre de impuestos. No es de extra?ar que quienes menos creen en lo p¨²blico obvien ese detalle de sus discursos.
Y quiz¨¢s uno de los ejemplos m¨¢s paradigm¨¢ticos del sentimiento de abandono irrumpe con la sequ¨ªa. La pol¨ªtica apoyada por el PP y Vox en Andaluc¨ªa para ampliar terrenos de regad¨ªo busca presentarse ante los agricultores de Huelva como salvadores de su pesar econ¨®mico. El hecho es que la Junta se ha lavado las manos al obviar que la autorizaci¨®n del acceso al agua depende del Gobierno: el malestar pasa de administraci¨®n, con apariencia de culpa.
?Qui¨¦n abandona a la clase media? Las comunidades aut¨®nomas siguen siendo el principal eje de las pol¨ªticas sociales en Espa?a, cubriendo desde la salud hasta la educaci¨®n y ahora tambi¨¦n con el reto de la vivienda. Los ciudadanos dar¨¢n una primera opini¨®n este 28-M en las urnas, en medio de un clima de recelo ante el crecimiento del coste de la vida. Pero a la larga, los problemas estructurales de nuestra econom¨ªa volver¨¢n a llamar a la puerta. Peor que sentirse abandonado ser¨ªa acabar desconectando de la esperanza en la pol¨ªtica.
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