Ojal¨¢ el Gobierno topase alguna vez con la Iglesia
Evitar la confrontaci¨®n con los obispos fue inteligente y estrat¨¦gico, con una democracia asentada, no se entiende por qu¨¦ el Estado los sigue tratando con tanta deferencia

¡°Con la iglesia hemos dado, Sancho¡±, dice Don Quijote en el cap¨ªtulo IX de la segunda parte, cuando el hidalgo y su escudero avanzan a tientas por del Toboso, una noche cerrada, en busca del alc¨¢zar de Dulcinea. Aclara Francisco Rico, en la edici¨®n de la RAE, que esta l¨ªnea de di¨¢logo, ¡°con la variante topado por dado, se ha convertido en frase proverbial para indicar un enfrentamiento con cualquier clase de autoridad¡±. Dicen los cervantistas que no tiene doble sentido ni ¨¢nimo anticlerical: Don Quijote solo constata que se ha dado de morros contra el muro de la Iglesia.
Es su sentido literal, no el sobad¨ªsimo proverbial, lo que le devuelve la pertinencia como comentario de actualidad: el Gobierno ha dado con los bienes inmuebles de la Iglesia, que se hab¨ªa propuesto gravar, y no solo no lo ha conseguido, sino que ha desgravado los del resto de religiones. Una jugada maestra que aplauden desde el Vaticano hasta Dharamsala, donde el Dal¨¢i Lama saca la lengua en se?al de gratitud.
Bien es cierto que ahora la Iglesia cat¨®lica paga unos impuestos que antes no abonaba, pero se sigue ahorrando el IBI, pese a ser uno de los mayores propietarios de edificios de Espa?a. Si posees un inmueble consagrado al rezo a cualquier dios, est¨¢s eximido de las obligaciones fiscales que no perdona a quien lo usa para impartir conferencias sobre laicismo. De la ofensiva contra el monote¨ªsmo, a la promoci¨®n del polite¨ªsmo. Caf¨¦ para todos, como dec¨ªan los padres de la Constituci¨®n.
Entiendo que hubo unos a?os en que evitar la confrontaci¨®n con los obispos fue inteligente y estrat¨¦gico, pues garantiz¨® que muchos derechos sociales se aprobasen sin su hostilidad furiosa, pero casi medio siglo despu¨¦s de 1978, con una democracia asentada, no se entiende por qu¨¦ el Estado los sigue tratando con tanta deferencia. Tampoco hay que confrontarse con ellos, pero ser¨ªa muy saludable que se les tratara como al resto de ciudadanos e instituciones c¨ªvicas. Ni m¨¢s ni menos. Y eso, a veces, exige darse contra sus muros y mandar de vez en cuando a un recaudador de impuestos, y tal vez tambi¨¦n inspectores educativos e incluso fiscales especiales que se ocupen de las historias de abusos. Son cuestiones en las que el Estado no suele negociar, tan solo env¨ªa, por correo certificado, notificaciones oficiales y sanciones. Ojal¨¢ el Gobierno topase con la Iglesia alguna vez, en lugar de ponerse a sus pies.
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