La herramienta que puede transformar la estrategia europea de desarrollo exterior
Es el momento de que Espa?a solicite al Banco Central Europeo que se pronuncie sobre la posibilidad de recanalizar nuestros excedentes de Derechos Especiales de Giro para combatir la pobreza
Los banqueros centrales y los ministros de finanzas de todo el mundo se dieron cita este abril en Washington D. C. en las Reuniones de Primavera del FMI y el Banco Mundial. Su objetivo no era f¨¢cil: lidiar con la crisis de la deuda, dise?ar c¨®mo continuar financiando la agenda global de desarrollo al tiempo que atienden crisis mayores ¡ªcomo reconstruir Ucrania¡ª, transitar hacia energ¨ªas limpias y prepararse ante futuras pandemias. Conjugar estos intereses es complicado en circunstancias normales, pero la situaci¨®n econ¨®mica mundial lo hace a¨²n m¨¢s desafiante. Con el aumento de los tipos de inter¨¦s y la disminuci¨®n de los ingresos fiscales, el capital privado no fluye hacia los mercados emergentes del mundo, mientras que los presupuestos para la ayuda al desarrollo de muchos Gobiernos siguen menguando.
Sin embargo, existe una herramienta a nuestro alcance: los Derechos Especiales de Giro (DEG). Este es el peculiar pero poderoso ¡°activo de reserva¡± que el FMI cre¨® en la d¨¦cada de 1960 y que los Estados pueden canjear por d¨®lares, euros, yenes, libras y yuanes para invertirlos como deseen. En 2021, el FMI aprob¨® la emisi¨®n de 650.000 millones de d¨®lares en nuevos DEG, la mayor de su historia, lo que elev¨® el total mundial disponible a casi un bill¨®n de d¨®lares en DEG. El desaf¨ªo radica en que el FMI asigna estos DEG en relaci¨®n con el tama?o de la econom¨ªa de cada pa¨ªs: es decir, los pa¨ªses m¨¢s ricos ¡ªque son los que no necesitan hacer uso de estos derechos¡ª reciben la inmensa mayor¨ªa de de los DEG y las econom¨ªas en v¨ªas de desarrollo ¡ªque son quienes m¨¢s se pueden beneficiar¡ª, una parte m¨ªnima.
En 2021, los pa¨ªses del G-20 dieron un paso al frente al comprometerse a redirigir 100.000 millones de d¨®lares en DEG a estas econom¨ªas. Para conseguirlo, el FMI estableci¨® el Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad (RST, por sus siglas en ingl¨¦s), al que los pa¨ªses ricos prestar¨ªan sus excedentes de DEG. Al mismo tiempo, el FMI anunci¨® una nueva estrategia para financiar el Fondo para la Reducci¨®n de la Pobreza y el Crecimiento (PRGT, por sus siglas en ingl¨¦s), el principal veh¨ªculo de pr¨¦stamos sin intereses del FMI para los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, que funciona de la misma manera que el Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad.
El RST y el PRGT son excelentes iniciativas, pero son demasiado peque?os. En total, el RST tiene como objetivo recaudar 44.000 millones de d¨®lares en DEG de los pa¨ªses ricos. El PRGT, 19.000 millones. Esto significa que, en el mejor de los casos, el RST y el PRGT solo podr¨ªan absorber 63.000 millones de d¨®lares en DEG; apenas llegar¨ªan a algo m¨¢s de la mitad del compromiso del G-20. Tambi¨¦n ser¨ªan incapaces, por su volumen, de alcanzar los objetivos m¨¢s ambiciosos de canalizar los casi 1.000.000 millones de d¨®lares en DEG existentes. Esta realidad pone de relieve que necesitamos un nuevo mecanismo financiero, uno capaz de canalizar estos fondos.
Desafortunadamente, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, indic¨® que no se permitir¨ªan nuevas formas de redireccionar los DEG. Seg¨²n explic¨®, estas iniciativas ¡°no ser¨ªan compatibles con el marco jur¨ªdico de la UE¡±. Dado que los mecanismos existentes para redireccionar los DEG, el RST y el PRGT son incapaces de absorber el compromiso de canalizar 100.000 millones de d¨®lares en DEG del G-20 y dada la necesidad financiera y pol¨ªtica de la participaci¨®n de los pa¨ªses europeos, es hora de que el BCE reeval¨²e su posici¨®n.
La oposici¨®n del BCE es problem¨¢tica por dos grandes razones. En primer lugar, los pa¨ªses de la zona euro bajo la jurisdicci¨®n del BCE tienen, colectivamente, el impresionante montante de 200.000 millones de d¨®lares en DEG, m¨¢s del 20% del total global. En segundo lugar, estos pa¨ªses de la zona euro, con Espa?a a la cabeza, son algunos de los actores m¨¢s progresistas en la econom¨ªa global. En t¨¦rminos financieros, el peso de la zona euro hace que no pueda haber una canalizaci¨®n global significativa de DEG sin la aprobaci¨®n del BCE; en t¨¦rminos pol¨ªticos, ning¨²n pa¨ªs podr¨¢ liderar ese agenda sin la autorizaci¨®n del BCE, puesto que no se espera que ning¨²n actor fuera de la eurozona se atreva a dar ese paso antes.
Existe, sin embargo, una soluci¨®n para redireccionar los DEG que har¨ªa que el BCE lo hiciera muy f¨¢cilmente: un bono denominado en DEG. Este bono podr¨ªa emitirlo una instituci¨®n como el Banco Mundial y comprarse en DEG por un pa¨ªs, lo que transferir¨ªa efectivamente los DEG del pa¨ªs rico al banco, que podr¨ªa convertir esos DEG en d¨®lares y euros para prestar a los pa¨ªses pobres. Esta estrategia permitir¨ªa tambi¨¦n canalizar estos fondos hacia bancos multilaterales de desarrollo de regiones especialmente importantes para la acci¨®n exterior espa?ola, como el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Africano de Desarrollo, el Banco Europeo de Reconstrucci¨®n y Desarrollo o el Banco Europeo de Inversiones.
Los pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo tienen en sus manos un recurso que no necesitan pero que ser¨ªa clave para dar uno de los mayores impulsos en la historia de las pol¨ªticas globales de desarrollo. Como presidente del Comit¨¦ Monetario y Financiero Internacional del FMI y pr¨®ximo presidente del Consejo de la UE, Espa?a se encuentra en una posici¨®n ¨²nica para liderar la agenda de los DEG, defender la viabilidad del bono DEG y lograr el apoyo del BCE. Hay demasiado en juego, no podemos dejar pasar esta oportunidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.