Un Primero de Mayo para repartir la riqueza
Para CCOO y UGT, la mejora de los salarios y de las condiciones laborales impulsa a que las empresas intenten mejorar su productividad por v¨ªas distintas al ajuste salarial y la precariedad en el empleo
Este a?o, el Primero de Mayo se celebra en un momento de gran importancia social y econ¨®mica para el futuro de nuestro pa¨ªs. Por primera vez en d¨¦cadas, Espa?a puede afrontar los retos del futuro del modelo productivo y laboral desde una perspectiva diferente a la de un pa¨ªs perif¨¦rico en el entorno europeo. Las transiciones energ¨¦ticas y digitales, aceleradas tras la invasi¨®n rusa de Ucrania, van a modificar la forma de suministrar energ¨ªa, y eso supone una transformaci¨®n del modelo productivo que debemos aprovechar para reindustrializar el pa¨ªs.
Pero de forma previa tenemos que asumir el reto de mejorar los salarios, contener los precios y distribuir los beneficios que est¨¢n acumulando las empresas. Las empresas imputaron los costes de la guerra a los precios al consumo, deteriorando seriamente los salarios reales de millones de personas. Ahora que esos costes se han moderado, los precios de productos b¨¢sicos no se moderan. La consecuencia, que desvelan los datos de la Agencia Tributaria, es que los m¨¢rgenes empresariales se disparan, mientras el consumo de los hogares se contrae. Los sindicatos somos muy conscientes de que lograr que prime la distribuci¨®n de la renta m¨¢s equitativa, la que se da entre el trabajo y el capital en la negociaci¨®n colectiva, es fundamental para lograr un pa¨ªs m¨¢s inclusivo, pero tambi¨¦n para avanzar en la modernizaci¨®n de nuestra estructura productiva.
No es poco lo logrado. Los acuerdos cerrados con el Gobierno en el marco de la concertaci¨®n social han permitido que m¨¢s de 10 millones de pensionistas, m¨¢s de dos millones de perceptores del salario m¨ªnimo o tres millones de empleadas y empleados p¨²blicos, hayan visto protegidos sus ingresos reales.
Tambi¨¦n lo ha logrado la parte m¨¢s organizada y sindicalizada de la clase trabajadora gracias al binomio presi¨®n-negociaci¨®n en los convenios: los datos de convenios registrados nos dicen que 2.734.119 personas (el 30% de las que ten¨ªan en 2022 su convenio renovado y vigente) hab¨ªan tenido visto incrementado su salario en el 5%. Pero tambi¨¦n es cierto que una buena parte de las personas trabajadoras de nuestro pa¨ªs sufren una importante merma de sus salarios reales, porque sus sueldos han subido de media bastante menos que la inflaci¨®n. Corregir esta situaci¨®n es la gran prioridad sindical en este a?o 2023.
Para CCOO y UGT, la mejora de los salarios y en general de las condiciones laborales impulsa a que las empresas intenten mejorar su productividad por v¨ªas distintas al ajuste salarial y la precariedad en los puestos de trabajo. Y ese impulso es funcional al gran reto que tiene ahora Espa?a: avanzar en una especializaci¨®n productiva vinculada a la estrategia de competencia por creaci¨®n de valor, fomento de la innovaci¨®n y aprovechamiento de todas las potencialidades del capital humano de los trabajadores que le permita reducir los diferenciales que todav¨ªa tenemos con las econom¨ªas europeas ¡°guiadas por la innovaci¨®n¡±.
Como la tozuda realidad ha demostrado, las tradicionales f¨®rmulas neoliberales de empobrecer a la clase trabajadora para recuperar competitividad v¨ªa costes laborales, facilitando el despido, precarizando la contrataci¨®n y rebajando los salarios, ahondan nuestra especializaci¨®n en sentido contrario. En actividades de poco valor a?adido, que generan poca riqueza y una baja productividad, empobrecen al conjunto del pa¨ªs y generan desigualdad.
En esta secuencia de crisis que hemos sufrido desde el a?o 2020 se han ca¨ªdo muchos mantras y dogmas. Se ha reducido la temporalidad en t¨¦rminos hist¨®ricos producto de una reforma laboral pactada, se ha intervenido el mercado laboral con una socializaci¨®n temporal de rentas ante la crisis de la pandemia ¡ªa trav¨¦s de los Expedientes de Regulaci¨®n Temporal de Empleo?¡ª, y se ha incrementado un 47% el SMI. El resultado es que tenemos la tasa de personas afiliadas a la Seguridad Social m¨¢s alta de la historia de nuestro pa¨ªs. Ni rastro del apocalipsis que pronosticaban quienes ahora se dedican a cuestionar las estad¨ªsticas oficiales, porque ¨¦stas dicen claramente: el rey (neoliberal) iba desnudo. Los mantras, mantras son.
Por si fuera poco, los fondos de recuperaci¨®n Next Generation ponen a disposici¨®n de nuestro pa¨ªs una ingente cantidad de recursos econ¨®micos p¨²blicos que adem¨¢s pueden movilizar recursos adicionales privados. En el pr¨®ximo periodo se deben desplegar estos fondos con m¨¢s intensidad. La transformaci¨®n en la forma de producir, distribuir, dotarse de energ¨ªa, formarse de forma permanente, etc. requiere de pol¨ªticas p¨²blicas sofisticadas. Y tambi¨¦n requiere de poder organizado de las y los trabajadores para contribuir a que estas transiciones sean justas. Lejos del Estado m¨ªnimo que vaticinaban y promov¨ªan los neoliberales, necesitamos reforzar el papel p¨²blico para el devenir de la econom¨ªa. No habr¨¢ transformaciones de pa¨ªs y de su modelo productivo sin un papel proactivo y eficaz de los poderes p¨²blicos. Tampoco lo habr¨¢ sin un rol relevante de la organizaci¨®n de trabajadores y empresas. Si las transiciones se hacen contra la gente, no son viables.
?De verdad quiere afrontar CEOE estos escenarios de oportunidades, retos, pero tambi¨¦n riesgos, desde una creciente conflictividad social? ?De verdad el bloqueo de un acuerdo salarial que contribuya a distribuir los beneficios que todos los datos dicen que acumulan las empresas, es una opci¨®n para una clase empresarial que piense en el medio y en el largo plazo?
Necesitamos un marco normativo adecuado para afrontar estas transformaciones. Desarrollar las funciones propias de los agentes sociales y de las Administraciones P¨²blicas en un nuevo contexto. Es necesario renovar un Estatuto del Trabajo que renueve la regulaci¨®n de nuevas formas de organizaci¨®n de la actividad, donde no podemos permitir que la econom¨ªa de plataforma pueda actuar como caballo de Troya del derecho laboral. El control de la organizaci¨®n del trabajo, la apropiaci¨®n de los datos, la determinaci¨®n de los algoritmos que definen condiciones laborales¡ forman parte de los retos del sindicalismo del siglo XXI. Emplazamos al mundo empresarial m¨¢s inteligente a acometer ese tr¨¢nsito.
El Estado debe acomodar sus recursos, sus medios t¨¦cnicos y humanos para ser un actor clave, un ¡°Estado emprendedor¡±, que fortalezca las oportunidades de reindustrializar el pa¨ªs y minimice los riegos de exclusi¨®n social y territorial.
Por eso tenemos que fortalecer el sindicalismo en nuestro pa¨ªs. Somos la garant¨ªa de los avances sociales. Tambi¨¦n es por eso que la extrema derecha nos ataca y nos tiene en el punto de mira. Saben que somos la garant¨ªa de continuar avanzando y el basti¨®n de no retroceder.
Tenemos que hablar del precio del despido. En Espa?a a¨²n es demasiado f¨¢cil y barato despedir. Continuar reduciendo la brecha salarial de g¨¦nero entre hombres y mujeres. Asegurar la transici¨®n justa de la econom¨ªa, creando puestos de trabajo verdes. Situar la prioridad en la vivienda asequible, y la defensa de los servicios p¨²blicos de calidad.
Quienes solo aspiran a que nada p¨²blico funcione, a la privatizaci¨®n de negocios en mercados cautivos y un Estado m¨ªnimo, est¨¢n hoy fuera de la centralidad europea. El mundo ha cambiado mucho en tres a?os y el neoliberalismo hoy es un fracaso zombi que camina a caballo del ruido, el bulo, la mentira y el odio.
Las brechas de desigualdad, el deterioro de expectativas de vida y condiciones materiales para la misma, abonan el terreno de la demagogia. Disuelven democracias. No se pueden gobernar las transiciones que vienen desde el reaccionarismo que las niega. Y ese reaccionarismo se nutre de desconfianzas, miedos, b¨²squeda de culpables d¨¦biles. Mejoremos salarios tambi¨¦n para protegernos como sociedad. Reforcemos servicios p¨²blicos para reivindicarnos como comunidad. Eso tambi¨¦n se juega este Primero de Mayo.
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