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Los padres no est¨¢n preparados para que sus hijos a¨²n ni?os declaren contra toda evidencia f¨ªsica que han nacido en el cuerpo equivocado
Lo malo de la batalla cultural entre concepciones del mundo y visiones de la identidad en nuestras democracias es que no solo sucede en el terreno te¨®rico sino que se cobra v¨ªctimas colaterales en el pr¨¢ctico. Por ejemplo, la mitolog¨ªa trans no afecta ¨²nicamente a los deslumbrados por las zapatetas verbales de Paul B. Preciado o a sus detractores, sino a maestros y sobre todo padres preocupados por la educaci¨®n. La mayor¨ªa de esos padres, que afortunadamente para su salud mental no han seguido cursos sobre ideolog¨ªa de g¨¦nero, creen que hay dos sexos y que eso establece desde la cuna no una ley moral sino una base biol¨®gica. Ya saben que cuando lleguen a la adolescencia sus v¨¢stagos tendr¨¢n que afrontar las delicadas (y tambi¨¦n deliciosas, por qu¨¦ no) incertidumbres del deseo er¨®tico. Pero no est¨¢n preparados para que a¨²n ni?os declaren contra toda evidencia f¨ªsica que han nacido en el cuerpo equivocado (?), que quieren otro v¨ªa la cirug¨ªa y la qu¨ªmica y que en tal disparate les apoya la autoridad de la ley... y sobre todo la imitaci¨®n de la moda del d¨ªa. ?Qu¨¦ deben hacer los padres, a los que no motiva el odio delincuente a nadie sino el valiente amor a quienes tienen obligaci¨®n de proteger?
Los profesores de psicolog¨ªa Errasti y P¨¦rez ?lvarez, que publicaron el a?o pasado Nadie nace en el cuerpo equivocado (y padecieron escraches y amenazas de las que nunca afectan a embaucadores como Preciado) sacan ahora Mam¨¢, soy trans (ed. Deusto), un prontuario para orientar a los padres en el laberinto afectivo y legal que puede llegar hasta la denuncia por cumplir su deber familiar en las comunidades m¨¢s re?idas con el sentido com¨²n. Un libro ¨²til para ayudar a quienes se sienten responsables hasta que esta ley obtusa sea derogada.
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