El teatro de Bukele

Acto 1. El presidente anuncia un hecho ins¨®lito.¡±Cerramos el 10 de mayo de 2023 con 0 homicidios a nivel nacional. Con este, son 365 d¨ªas sin homicidios, todo un a?o¡±. El Salvador, uno de los pa¨ªses m¨¢s violentos del mundo, tomado por el terror de las pandillas, logra lo impensable durante d¨¦cadas. ?Motivo de celebraci¨®n? Claro. ?A qu¨¦ coste? ?C¨®mo se ha llegado hasta aqu¨ª? Veamos un ejemplo de la ley Bukele.

Acto 2. Cinco d¨ªas despu¨¦s un agente de polic¨ªa es asesinado. El presidente saca el arsenal de odio tuitero. ¡°Los pandilleros que a¨²n quedan en nuestro pa¨ªs acaban de asesinar a uno de nuestros h¨¦roes. Pero ah¨ª no dir¨¢n nada las ONG de ¡°derechos humanos¡±, ellos solo velan por los derechos de los criminales. ?Ven por qu¨¦ debemos continuar con el r¨¦gimen de excepci¨®n hasta terminar por completo con esta peste? Este cobarde asesinato no quedar¨¢ impune. Los haremos pagar caro lo que hicieron¡±. Poco despu¨¦s, como quien no quiere ni puede controlar su odio, descarga de nuevo: ¡°Que sepan todas las ONG de ¡°derechos humanos¡± que vamos a arrasar con estos malditos asesinos y sus colaboradores, los meteremos en prisi¨®n y no saldr¨¢n jam¨¢s. No nos importan sus reportajes lastimeros, sus periodistas prepago, sus pol¨ªticos marionetas, ni su famosa ¡°comunidad internacional¡±, que jam¨¢s se preocup¨® por nuestra gente. Sanaremos nuestro pa¨ªs y eliminaremos esta peste por completo. Ll¨¦vense sus recetas fracasadas para otro lado¡±.

Acto 3. Diez d¨ªas despu¨¦s. El presidente, tuitero en jefe de El Salvador, retuitea un mensaje de la Polic¨ªa en el que muestra a los tres supuestos asesinos del agente, arrodillados con sendos chalecos antibalas. Y a?ade: ¡°Prometimos que pagar¨ªan caro por el asesinato de nuestro h¨¦roe. Destruimos su clica, arrestamos a sus compa?eros, arrestamos a su l¨ªder, y hoy, arrestamos a los tres asesinos. Nunca m¨¢s volver¨¢n a causar terror en nuestro pa¨ªs.

La cuenta de Twitter de Nayib Bukele es un ejemplo de c¨®mo gobierna el pa¨ªs centroamericano desde que lleg¨® al poder: mano dura para combatir a los violentos, algo que nadie discutir¨ªa si no fuese porque a base de perpetuar el r¨¦gimen de excepci¨®n ha hecho y deshecho la institucionalidad del pa¨ªs; odio, mucho odio hacia quien lo critica o no comulga con lo que hace, especialmente ONG y periodistas, sobre los que vierte cualquier tipo de campa?a para quitarles prejuicio. Y arrogancia, mucha arrogancia de quien se siente intocable; es el presidente mejor valorado de toda Am¨¦rica Latina y considerado un ejemplo a seguir por algunos de los l¨ªderes, mayoritariamente de extrema derecha y contrarios a cualquier avance social, que emergen con fuerza en las encuestas de distintos pa¨ªses. As¨ª, un sector de la pol¨ªtica colombiana ve en Bukele el mejor ant¨ªdoto contra Gustavo Petro; ante las nuevas elecciones en Ecuador los candidatos claman por su mano de hierro o tambi¨¦n en Guatemala, desgobernado por una clase pol¨ªtica in¨²til, la soluci¨®n parece ser bukelizar el pa¨ªs.

Entre los tres actos anteriores, en la cuenta de Twitter de Bukele hay espacio tambi¨¦n para diversos giros dram¨¢ticos, quiz¨¢s c¨®micos, como su ¨ªmpetu por vanagloriarse de los seguidores del bitcoin que visitan El Salvador o el nombramiento de un comisionado de derechos humanos, un colombiano experto en hackeos que, en la semblanza de su empresa dice: ¡°No hay computador, disco duro, celular o tarjeta SIM que se le resista al abogado Andr¨¦s Guzm¨¢n Caballero que, al mejor estilo de los famosos sabuesos de la serie CSI y por medio de las evidencias digitales, ha esclarecido los casos m¨¢s oscuros de la justicia en el pa¨ªs¡±. Lo que El Salvador de cero asesinatos a costa de cualquier cosa claramente necesita.