Otro crimen de guerra
La devastaci¨®n causada por la rotura de la presa de Nova Kajovka complica la contraofensiva ucrania
La destrucci¨®n de la presa de Nova Kajovka, con independencia de su autor¨ªa, es un acto de guerra, quiz¨¢s el de mayor envergadura despu¨¦s de la invasi¨®n, altamente significativo para la evoluci¨®n de la contienda, y de largas y duras consecuencias para la amplia regi¨®n inundada del cauce inferior del r¨ªo Dni¨¦per. Tal como ha se?alado el secretario general de la ONU, Ant¨®nio Guterres, la guerra es la causa de esta cat¨¢strofe de dimensiones b¨ªblicas que se ha abatido sobre Ucrania como resultado de la acci¨®n militar. Aunque todav¨ªa no hay suficientes datos ni pruebas materiales que corroboren las sospechas sobre la autor¨ªa, la primera responsabilidad de la rotura de la presa pertenece a quien ha invadido el pa¨ªs y atacado, ocupado o destruido muchas de sus infraestructuras.
Rusia y Ucrania se han acusado mutuamente de la demolici¨®n de la presa y de la central hidroel¨¦ctrica mediante explosivos. Queda descartado el accidente e incluso un ataque con misiles o artiller¨ªa terrestre, insuficientes para provocar una rotura de tales caracter¨ªsticas. Solo el previo minado de la instalaci¨®n pod¨ªa producir la demolici¨®n en un momento tan exacto como es el inicio de la contraofensiva terrestre ucrania, con el resultado de frenar de golpe cualquier posibilidad de avance sobre Crimea, al menos hasta que no se recupere el territorio inundado, las carreteras e incluso la firmeza de los campos que permita de nuevo el desplazamiento de los blindados. Si Putin ha podido ganar alguna batalla sin discusi¨®n, esta podr¨ªa ser la de la presa de Nova Kajovka, con incalculables efectos destructivos sobre la econom¨ªa ucrania, sus centros urbanos, su agricultura, su poblaci¨®n desplazada e incluso el medio ambiente, acci¨®n reconocida como crimen de guerra por todos, incluso por el representante de Rusia en el Consejo de Seguridad (aunque la haya atribuido a Ucrania). La ofensiva ucrania deber¨¢ adaptarse a la geograf¨ªa surgida de la inundaci¨®n y dirigirse al frente oriental, donde ya se hab¨ªan producido las primeras escaramuzas, como peque?os avances en Bajmut, con los que se estaba revirtiendo la correlaci¨®n de fuerzas favorable a Mosc¨². Adem¨¢s de modificar sus planes de combate, Kiev deber¨¢ dedicar muchas energ¨ªas a la salvaci¨®n de la poblaci¨®n aislada por la inundaci¨®n y a continuaci¨®n a la atenci¨®n de las necesidades de los millares de desplazados.
Las dificultades en el campo ucranio ser¨¢n de escaso consuelo para el campo putinista, donde persisten las divisiones y las exhibiciones de ineptitud, demostrada en la persistencia de las infiltraciones de saboteadores en territorio ruso y en la falta de coordinaci¨®n con los contingentes rusos desplegados en la orilla izquierda del Dni¨¦per, obligados a replegarse a toda prisa en cuanto comenz¨® la inundaci¨®n. Los portavoces del ej¨¦rcito ruso hab¨ªan reconocido la existencia de una amplia ofensiva por cinco puntos distintos del largo frente de 900 kil¨®metros e incluso realizado abultadas evaluaciones escasamente cre¨ªbles sobre la destrucci¨®n de tanques de procedencia occidental y de centenares de bajas ucranias, inmediatamente desmentidas por el propio Yevgeny Prigozhin, el jefe de las milicias de Wagner. Pero es cada vez m¨¢s intensa la tensi¨®n dentro del campo ruso entre Wagner y el Ministerio de Defensa ruso, no tan solo por el protagonismo en el campo de batalla, sino tambi¨¦n por la asignaci¨®n de responsabilidades ante los continuos fracasos militares. De momento, el Kremlin solo consigue ¨¦xitos en el arte brutal del explosivo, sea lanzado sobre las ciudades, sea colocado previamente en infraestructuras, como puede ser el caso de la presa destruida.
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