Confucio ante la encrucijada de PP y VOX
A la pregunta de si el partido de Feij¨®o debe gobernar con la formaci¨®n de Abascal o rechazar su apoyo, la respuesta es muy simple: siempre lo primero, sobre todo cuando la alternativa sea quedarse en la oposici¨®n
Como bien es sabido, el Partido Popular (PP), claro vencedor de las ¨²ltimas elecciones regionales y municipales, tendr¨¢ que pactar con Vox en docenas de municipios y en al menos cuatro comunidades aut¨®nomas: Arag¨®n, Extremadura, Murcia y la Comunidad Valenciana.
Sabiendo esto, el todav¨ªa presidente Pedro S¨¢nchez, en lo que algunos han visto m¨¢s un suicidio que un ¨®rdago pol¨ªtico, decidi¨® disolver las Cortes con la esperanza de ver como la negociaciones entre PP y Vox para formar gobiernos regionales y locales movilizar¨¢n a los votantes de izquierda y puede que incluso desmovilicen al votante moderado del centro-derecha. No cabe duda que el PP se hace la misma pregunta. Por esto es importante saber qu¨¦ es lo que ha sucedido en otros casos en los que un partido de centroderecha se vio obligado a gobernar, ya en coalici¨®n ya con el simple apoyo parlamentario, de un partido populista de derecha radical.
Un estudio reciente presentado en la Universidad de Nottingham, y que incluye m¨¢s de 45 casos, examina exactamente este tema: ?como la participaci¨®n, ya sea como compa?ero de coalici¨®n o simplemente aportando apoyo parlamentario, o no en el gobierno puede llegar a moderar o no el discurso de este tipo de partidos populistas de derecha radical? Teniendo en cuenta que las conclusiones de este estudio tienen una aplicaci¨®n inmediata al caso espa?ol, entonces podemos intentar predecir que puede llegar a pasar en aquellas regiones y municipios donde el PP tendr¨¢ que gobernar con la ayuda de Vox.
Sin bien es posible que el PP pueda contar con la abstenci¨®n de la oposici¨®n en algunos municipios y regiones, como ya se ha confirmado va a suceder en Cantabria, en la mayor¨ªa deber¨¢ gobernar con el apoyo expl¨ªcito o impl¨ªcito de Vox. Las implicaciones para el PP son claras: la formaci¨®n de coaliciones de gobierno con Vox dar¨¢ munici¨®n a la izquierda de cara a las pr¨®ximas elecciones generales. Aunque la denominada ¡°alerta antifascista¡± no parece haber dado resultado ni en Castilla-Le¨®n, donde el PP puede llegar a gobernar en la mayor¨ªa de las capitales de provincia, ni en Andaluc¨ªa o Madrid, donde el PP ha logrado ganar sendas mayor¨ªas absolutas a pesar de haber gobernado con el apoyo de Vox.
Al contrario de los primeros trabajos cient¨ªficos dedicados a analizar como la participaci¨®n gubernamental afecta el discurso de los partidos populistas de derecha radical y que parec¨ªan indicar un efecto moderador, los estudios m¨¢s recientes muestran que ese no es el caso. De hecho, tal y como demuestra el caso de los Aut¨¦nticos Finlandeses, quienes formaron parte de la coalici¨®n de gobierno en Finlandia entre 2015 y 2017, su discurso nacionalista y antiinmigratorio no se moder¨®. Es m¨¢s, su experiencia gubernamental les permiti¨® aprender ciertas t¨¢cticas comunicativas a fin de poder seguir impulsando estos temas de una manera m¨¢s aceptable y menos controvertida.
Ello contrasta con los efectos observados en aquellos casos donde partidos populistas radicales de derecha simplemente se dedicaron a brindar su apoyo parlamentario al partido del gobierno. Tal y como demuestra el caso del Partido del Pueblo Dan¨¦s, que ha llegado a prestar sus esca?os al bloque de centro-derecha liberal en varias ocasiones desde principios de siglo, el discurso de estos partidos no s¨®lo se volvi¨® m¨¢s radical que cuando estaba en la oposici¨®n, sino que lleg¨® incluso a contagiar al principal partido del gobierno, el Partido Liberal, en materia de endurecimiento de las pol¨ªticas migratorias y de b¨²squeda de asilo.
Eso s¨ª, dejar a Vox en la oposici¨®n, como en Cantabria, no es algo que le convenga mucho al PP. As¨ª, tal y como se revela tambi¨¦n en el ya mencionado estudio, es en este rol que los partidos populistas de derecha radical se sienten m¨¢s c¨®modos dado que les permite mantener su posici¨®n antielitista y de protesta natural. Es m¨¢s, es en estos casos cuando el discurso nacionalista y autoritario de Vox se radicalizar¨¢, llev¨¢ndole a obtener importantes ganancias electorales como ha sucedido en Murcia, donde el PP s¨®lo ha logrado recuperar los votantes de un Ciudadanos a la deriva.
En resumen, y teniendo en cuenta las experiencias europeas de otros partidos populistas de derecha radical, la mejor opci¨®n para Vox es, all¨ª donde el PP pueda gobernar con otros socios, permanecer en la oposici¨®n. Ello le permitir¨¢ continuar desarrollando su discurso populista, aprovech¨¢ndose de los errores del PP y seguir haciendo m¨¦ritos para convertirse en la principal alternativa al PSOE. Si esto no es posible, entonces pasar a formar parte de un gobierno de coalici¨®n se presenta como su mejor opci¨®n, pues con ello no s¨®lo podr¨¢ beneficiarse de los despojos del poder (v.g. financiaci¨®n, patronazgo, visibilidad medi¨¢tica,), sino que tambi¨¦n podr¨¢ hacer suyos aquellos logros pol¨ªticos que le favorezcan, al tiempo que seguir distanci¨¢ndose de la pol¨ªticas gubernamentales del PP que no le gusten. Lo que no debe nunca hacer es, tal y como se ha visto en Madrid y Andaluc¨ªa, quedarse a medias. Es ¨¦sta adem¨¢s, como hemos visto, la peor opci¨®n, dado su car¨¢cter polarizador, para el funcionamiento del sistema democr¨¢tico en Espa?a.
Todo lo contrario que para el PP, para quien la opci¨®n de un simple apoyo parlamentario parece ser la m¨¢s conveniente dado que no s¨®lo le permite contrarrestar el discurso ¡°antiextrema derecha¡± de la izquierda, sino tambi¨¦n beneficiarse de la radicalizaci¨®n de Vox, a fin de presentarse como una derecha moderada y de gobierno responsible. A la pregunta de si el PP debe gobernar con Vox o rechazar su apoyo, la respuesta es muy simple: siempre lo primero, sobre todo cuando la alternativa sea quedarse en la oposici¨®n. En estas circunstancias no llegar a un acuerdo de gobierno con Vox ser¨¢ visto como una traici¨®n que s¨®lo puede beneficiar al partido de Santiago Abascal.
En resumen, y a pesar de la imagen que se pueda dar en el extranjero, la opci¨®n menos mala para PP y Vox es la de un gobierno de coalici¨®n. S¨®lo as¨ª podr¨¢n resolver antes de las elecciones de julio la verdadera encrucijada en la que actualmente se encuentran. Y es que como ya lo dej¨® escrito el gran fil¨®sofo chino Confucio: ¡°la persona que persigue dos conejos no atrapa ninguno¡±.
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