Muerte en Cisjordania
La presi¨®n de la ultraderecha dispara las alarmas sobre una intervenci¨®n militar masiva de Netanyahu en la zona
La sombra de una operaci¨®n militar israel¨ª a gran escala se cierne sobre Cisjordania despu¨¦s de las ¨²ltimas muertes de israel¨ªes y palestinos en lo que constituir¨ªa un doloroso paso atr¨¢s en la situaci¨®n de relativa paz en el territorio ocupado por Israel desde 1967. El Gobierno de Benjam¨ªn Netanyahu ¡ªuna coalici¨®n con un poder in¨¦dito de los partidos ultranacionalistas, xen¨®fobos y anti¨¢rabes, y m¨¢s a la derecha que nunca¡ª, adem¨¢s de haber sumido al pa¨ªs en una peligrosa crisis institucional por su intento todav¨ªa en marcha de asalto a la independencia del poder judicial, ha permitido que se eleve la tensi¨®n en Cisjordania a extremos no vistos desde hace d¨¦cadas. El territorio se est¨¢ sumiendo en una dram¨¢tica espiral de acci¨®n-reacci¨®n que, de no ser frenada, tendr¨¢ como resultado indefectible, al igual que ha sucedido en el pasado, la p¨¦rdida de vidas humanas.
Las agresivas incursiones el lunes del ej¨¦rcito israel¨ª en Yen¨ªn, bajo control de la Autoridad Palestina, dejaron cinco palestinos muertos en un ataque de m¨¢s de nueve horas: un helic¨®ptero militar abri¨® fuego, en un hecho que no se produc¨ªa desde la Segunda Intifada (2000-2005). En enero murieron en una sola operaci¨®n militar, de nuevo en Yen¨ªn, otros 10 palestinos; un mes m¨¢s tarde fueron 11 en Nablus, en la incursi¨®n m¨¢s letal en Cisjordania desde 2005. El martes fueron cuatro israel¨ªes ¡ªotros cuatro resultaron heridos¡ª las v¨ªctimas de un atentado perpetrado por la organizaci¨®n terrorista Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam, perteneciente a Ham¨¢s, en el asentamiento jud¨ªo de Eli. Ha sido este ¨²ltimo episodio el que ha dado alas a varios ministros del Gobierno israel¨ª y l¨ªderes del movimiento colono para volver a presionar a Netanyahu y que ordene una gran operaci¨®n militar terrestre en ese escenario. Se trata del segundo atentado m¨¢s grave del a?o sufrido por ciudadanos israel¨ªes, tras la muerte el pasado enero en un asentamiento en el t¨¦rmino de Jerusal¨¦n de otras siete personas en una sinagoga.
Los riesgos de aceleraci¨®n del conflicto aumentan con llamamientos como el hecho por un aliado clave de Netanyahu, su ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, que ha demandado aplicar la pena de muerte a los culpables de las muertes de israel¨ªes, que se retome la pol¨ªtica de asesinatos selectivos a¨¦reos y que el Ej¨¦rcito entre por tierra y a gran escala en una importante zona de Cisjordania. Ese mensaje de enfrentamiento total es en parte ret¨®rico y dirigido al propio electorado, principalmente a los nacionalistas religiosos que viven en los asentamientos m¨¢s ideologizados, pero corre el riesgo de calar tanto entre el conjunto de la poblaci¨®n israel¨ª como entre la palestina y terminar¨ªa suponiendo un grave retroceso de al menos 20 a?os. Y aunque es cierto que la ocupaci¨®n israel¨ª de Cisjordania es un problema enquistado desde hace m¨¢s de medio siglo, lo vivido una y otra vez ense?a precisamente lo que debe evitarse para no aumentar el derramamiento de sangre. El portavoz de la Presidencia de la Autoridad Palestina, Nabil Abu Rudeina, ha demandado una intervenci¨®n internacional, y en especial la de Estados Unidos, para ¡°detener inmediatamente la locura de Israel¡±. Sin esperar esa intervenci¨®n, y dada la naturaleza democr¨¢tica de Israel ¡ªaunque ¨¦l trate de socavarla¡ª, Netanyahu est¨¢ obligado a un ejercicio de contenci¨®n y a frenar cualquier tipo de medida que acabe engendrando nuevos da?os irreparables tanto a la poblaci¨®n israel¨ª como a la palestina, de la que, de acuerdo con las leyes internacionales, Israel es responsable como potencia ocupante.
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