Silla vac¨ªa rumbo al ¡®Titanic¡¯
En democracia, los aspirantes suelen ser los m¨¢s interesados en los debates y, los presidentes, los m¨¢s reacios. En un cambio de papeles sorprendente, Feij¨®o se ha situado en la posici¨®n mental de un ganador y rechaza la mayor¨ªa de los que le han planteado
He aqu¨ª algo que N¨²?ez Feij¨®o deber¨ªa tener en cuenta en estos tiempos tan vol¨¢tiles. Una de las propiedades del gas es que no tiene volumen propio, sino que ocupa el del contenedor en que se encuentre. Por ello dejar la silla vac¨ªa en los debates electorales es una invitaci¨®n a que los dem¨¢s ocupen el espacio vacante.
El propio Pedro S¨¢nchez, hoy en la lona, est¨¢ corrigiendo estos d¨ªas la ausencia que ha practicado en el pasado de unos plat¨®s que otros llenaron para denigrarle. Hoy sale al ring a pelear a pecho descubierto y descubre que le resulta m¨¢s rentable que anunciar un regalillo al d¨ªa como en la campa?a anterior, cuando sus promesas de Interra¨ªl para j¨®venes o cine a dos euros para mayores cayeron como zanahorias poco apetitosas. No somos burros con arn¨¦s y un descuento para un viaje no va a cambiar nuestro voto.
Hoy, la campa?a se ha dado la vuelta y esa es la baza que juega a favor del PSOE. El PP que se centr¨® en vapulear los pactos con Bildu es el que est¨¢ pactando con la ultraderecha en todo el mapa de Espa?a, con la diferencia de que Bildu no est¨¢ en ning¨²n gobierno. El PP que acusaba a S¨¢nchez de mentir est¨¢ rompiendo su palabra cada d¨ªa: desde el pacto para gobernar con Vox en Extremadura despu¨¦s de negarlo con alharacas hasta la aceptaci¨®n de la reforma laboral que tanto hab¨ªa condenado. Y el PP que apostaba por derogar el sanchismo ya est¨¢ comulgando con alguno de sus legados. Los hay muy buenos.
En democracia, los aspirantes suelen ser los m¨¢s interesados en los debates y, los presidentes, los m¨¢s reacios. En un cambio de papeles sorprendente, Feij¨®o se ha situado en la posici¨®n mental de un ganador y rechaza la mayor¨ªa de los que le han planteado. No quiere arriesgar pero, al no hacerlo, se est¨¢ arriesgando. Porque esa silla vac¨ªa que quedar¨¢ en los debates de RTVE o de EL PA?S y la SER no es una c¨¢psula sellada en la que vuelas por el espacio sin que penetre nada del exterior, sino que se parecer¨¢ m¨¢s bien al submarino que quiso llegar al Titanic.
En las fiestas, en las bodas y en las comuniones no quedan sillas vac¨ªas aunque falte el t¨ªo abuelo que no se habla con su cu?ada. Al final nadie echa de menos a ese cascarrabias que prefiri¨® perd¨¦rselo. El espacio lo llenan los dem¨¢s. Con sus ideas, sus versiones y, sobre todo, sus cr¨ªticas a tu ausencia y tus contradicciones. Le pondr¨¢n verde.
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