La crisis rusa
Desde que comenz¨® la invasi¨®n de Ucrania, las tropas enviadas por Putin han avanzado muy poco. Y por una raz¨®n muy simple: los rusos no quieren pelear y se dir¨ªa que tienen mucha raz¨®n
Desde que Vladimir Putin inici¨® el ataque a Ucrania, en febrero de 2022, hace diecis¨¦is meses, la situaci¨®n cr¨ªtica del ej¨¦rcito ruso est¨¢ en evidencia. Ahora ha estallado la rebeli¨®n de los mercenarios del grupo Wagner, en gran parte, al parecer, presos comunes y pol¨ªticos que pasaron a formar parte de este conglomerado en filas libres y, bajo la conducci¨®n de Yevgueni Prigozhin, jugaron un papel importante en la toma de Bajmut, en Ucrania, y en otras campa?as en las que han asistido a las fuerzas regulares del ej¨¦rcito ruso. El grupo Wagner tuvo un enfrentamiento con el ministro de Defensa, el general Sergu¨¦i Shoig¨², lo que produjo una grave crisis en la relaci¨®n de los mercenarios con el gobierno de Putin. Los mercenarios, estacionados la mayor parte en una base rusa en Ucrania, se desplazaron a la ciudad de Rostov, en Rusia, donde tomaron el Estado Mayor del ej¨¦rcito y luego amenazaron con avanzar hasta Mosc¨², pero, al parecer, fueron disuadidos por el l¨ªder de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko. Cuando estaban a unos 200 kil¨®metros de la capital rusa y todo hac¨ªa pensar que tendr¨ªa lugar un gran enfrentamiento con el ej¨¦rcito, s¨²bitamente dieron marcha atr¨¢s. Desde entonces, una precaria paz se ha instalado en el pa¨ªs, y, ¨²ltimamente, Putin ha prometido respetar a quienes se han instalado en Bielorrusia o integrarse a las fuerzas armadas rusas mediante contratos que su gobierno respetar¨¢.
Rusia ha avanzado muy poco en la ocupaci¨®n de Ucrania. Y por una raz¨®n muy simple: los rusos no quieren pelear y se dir¨ªa que tienen mucha raz¨®n. ?Qu¨¦ se le ha perdido a Rusia en ese pa¨ªs extranjero que Putin quiere ocupar? Es verdad que, en el pasado, Ucrania fue parte de Rusia. Pero con este criterio el mundo entero estar¨ªa reclamando los viejos l¨ªmites y habr¨ªa guerras por doquier. La historia de las naciones ha sido una constante modificaci¨®n de fronteras entre pa¨ªses por razones de fuerza. Lo incre¨ªble es la pasividad de la poblaci¨®n rusa: a pesar de que hay se?ales de que los rusos no est¨¢n comprometidos con una guerra que no sienten como suya, son muy pocas las voces cr¨ªticas con la decisi¨®n de Putin de invadir y ocupar Ucrania. Los soldados, s¨ª, se han negado a pelear y por eso los rusos se han topado con una realidad inesperada, es decir que sus supuestos enemigos, los ucranios, les oponen una resistencia leonina. Esto ha sorprendido al mundo entero y, desde luego, una parte importante del ¨¦xito de la resistencia ucrania se debe al apoyo de la OTAN a Ucrania, que ha sido sistem¨¢tico y espectacular.
La rebeli¨®n de los mercenarios ha sido un s¨ªntoma de la crisis que vive el r¨¦gimen de Putin y de las graves dificultades que atraviesa la invasi¨®n de Ucrania. Aunque moment¨¢neamente apaciguada, da la impresi¨®n de que la rebeli¨®n, u otra parecida por parte de sectores militares descontentos, podr¨ªa revivir. El hecho de que por lo menos un general, Sergu¨¦i Surovikin, haya sido arrestado por su complicidad con las huestes de Prigozhin indica que dentro del ej¨¦rcito regular hay disidentes de alto nivel. La organizaci¨®n Wagner es la ¨²nica que hasta ahora pelea y toma lugares que pertenecen a los ucranios. Sin ellos, la invasi¨®n se le complicar¨¢ a Rusia todav¨ªa m¨¢s. Putin ha propuesto a los mercenarios integrarse a las filas del ej¨¦rcito y recibir un sueldo y vacaciones como soldados. Hasta que escribo este art¨ªculo, los soldados de la legi¨®n Wagner todav¨ªa no se han pronunciado. Y se espera que den una respuesta, en la que seguramente habr¨¢ versiones distintas e inc¨®modas.
En todo caso, el que sale muy perjudicado de esta crisis es el propio Putin, quien hasta ahora gobernaba Rusia con mano de hierro y cre¨ªa que la invasi¨®n de Ucrania ser¨ªa un simple paseo de las tropas rusas. Esta crisis se ha resuelto provisionalmente, pero es obvio que lo ocurrido tendr¨¢ consecuencias para el presidente ruso porque se ha quebrado su imagen de invencibilidad (lo cual explica en cierta forma las purgas que ha iniciado entre los militares). No es imposible que la presi¨®n del ej¨¦rcito lo obligue a dejar el cargo y hundirse en la oscuridad, como otros l¨ªderes. Porque es la jerarqu¨ªa militar quien ha salido ganando en esta situaci¨®n, por lo menos en el corto plazo, a tal punto que el ministro de Defensa, que hizo su reaparici¨®n en la filas del ej¨¦rcito luego de unos d¨ªas de ausencia, ha quedado como un ¡°h¨¦roe¡±. ?l es el verdadero triunfador de esta peque?a crisis, que parece haberlo afirmado en su estricto control de las fuerzas armadas.
Se saben tan pocas cosas de la Rusia de Putin que apenas a tientas se puede advertir lo que all¨ª ocurre. En todo caso, lo que ten¨ªa que ocurrir ha ocurrido. Y quien se ha debilitado y sale malherido es el presidente de Rusia. Putin ha visto su enorme poder contestado por un ej¨¦rcito de mercenarios, de manera que su idea de que la invasi¨®n de Ucrania iba a fortalecer su poder, no s¨®lo en Rusia sino ante el resto del mundo, ha sido desmentida por la realidad. Est¨¢ atrapado en un laberinto sin salida. Hay quienes creen que Ucrania ser¨¢ objeto de la perdici¨®n de Putin, o, al menos, de un debilitamiento de su poder. No es f¨¢cil advertir la oposici¨®n que existe en Rusia de la poblaci¨®n civil, pero los indicios son que la mayor parte de la gente no est¨¢ entusiasmada con la idea de conquistar Ucrania, y hay s¨ªntomas de una oposici¨®n que, por rala que sea, se ha manifestado de tanto en tanto.
Pero volvamos a lo esencial. En Rusia no hay libertad y la gente tiene dificultades para expresarse y manifestarse. Los mercenarios han actuado de una manera ins¨®lita, devolviendo a la poblaci¨®n civil una actitud cr¨ªtica, gracias a su desaf¨ªo abierto al ministro de Defensa, encargado de conducir la guerra. Si estos mercenarios hubieran triunfado, pobre Ucrania. Pero da la impresi¨®n de que, as¨ª como han avanzado, est¨¢n dispuestos a retroceder y tal vez, a aceptar la propuesta de Putin de integrarse al ej¨¦rcito.
Es la primera vez, desde que Putin ocupa el poder, hace cerca de un cuarto de siglo, que lo desaf¨ªan abiertamente y que lo amenazan con lo que hubiera sido una guerra civil. Es posible que los mercenarios no representen demasiado rigor, pero, al menos, ellos han ocupado muchos pueblos en la Ucrania que codicia Putin, a diferencia de un ej¨¦rcito en el que la mayor de las caracter¨ªsticas eran la pasividad y la indiferencia. Ellos, mediante su falta de entusiasmo, han sido los m¨¢s l¨²cidos, porque no ten¨ªa sentido perder la vida, o quedar inv¨¢lidos, por una causa obviamente perdida. ?Escuchar¨¢ el amo de Rusia estas advertencias? Por su discurso, da la impresi¨®n de que Vladimir Putin sigue en sus trece. Pero todo ha cambiado desde que el batall¨®n de mercenarios se levant¨® en armas y amenaz¨® a la federaci¨®n. El millonario que ha formado esa legi¨®n y que responde al nombre de Yevgeny Prigozhin es una figura de tr¨¢nsito que probablemente desaparezca en las fosas de las que proceden buena parte de sus mercenarios. Pero la semilla est¨¢ all¨ª, sembrada de una manera que los profetas nunca pudieron imaginar, a trav¨¦s de una conspiraci¨®n que tiene por autores, sobre todo, a habitantes de las c¨¢rceles que vendieron su arrogancia en busca de unas migas de libertad, de la que ahora se aprovechan. Ojal¨¢ Rusia aprenda la lecci¨®n y, con Putin a la cabeza o quien lo reemplace, emprenda de una vez las negociaciones que reclama el mundo entero y devuelva a los ucranios el derecho de disfrutar de su pa¨ªs.
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