Cuidado con las falsas ilusiones
Es razonable suponer que Ucrania recupere una gran parte, pero no la totalidad, de los territorios ocupados, y que la voluntad de Occidente de seguir prestando apoyo militar y financiero se debilite con el tiempo
Las falsas ilusiones son lo que gu¨ªa el pensamiento occidental sobre Rusia. Lo que no debe ser, no puede ser. Cuando Yevgueni Prigozhin lanz¨® su intentona golpista, un experto tras otro proclam¨® el principio del fin de Vladimir Putin. Se habl¨® de grietas. Cuando Prigozhin acept¨® un acuerdo al cabo de 24 horas y retir¨® sus tropas, esto constituy¨® una verg¨¹enza m¨¢s para Putin.
Una valoraci¨®n m¨¢s serena es que este episodio probablemente no va a tener mucha incidencia a corto plazo, y que podr¨ªa afectar o no a la posici¨®n de poder de Putin. Es m¨¢s, desde una perspectiva occidental, no est¨¢ nada claro si debemos pensar en el fin de Putin como una promesa o como una amenaza.
La inmensa mayor¨ªa de los intentos de golpe de Estado fracasan y, a la larga, no tienen ninguna consecuencia. Pero dos intentonas rusas s¨ª la tuvieron. El levantamiento moscovita de 1905, orquestado por Lenin, no ten¨ªa ninguna posibilidad de ¨¦xito. Pero fue el comienzo de la insurrecci¨®n m¨¢s estrat¨¦gica de la era moderna. Tuvieron que pasar 12 a?os m¨¢s hasta la revoluci¨®n de octubre de 1917.
En 1991, los militares de la l¨ªnea dura dieron un golpe de Estado contra Mija¨ªl Gorbachov. Tambi¨¦n fracas¨®, pero hizo caer a Gorbachov y a la Uni¨®n Sovi¨¦tica ese mismo a?o. A continuaci¨®n, Rusia vivi¨® un periodo de occidentalizaci¨®n. Muchos rusos no guardan buenos recuerdos de aquella ¨¦poca. El Gobierno ruso se embarc¨® en un programa de liberalizaci¨®n fallido que acab¨® con la aparici¨®n de los oligarcas. El reciente documental de la BBC Trauma Zone retrata bien los fracasos pol¨ªticos de aquel periodo. La d¨¦cada termin¨® con Putin como primer ministro en 1999 y presidente en 2000.
Muchos en Occidente esperan otra historia de triunfo de la democracia. Creo que esto es muy ingenuo, sobre todo teniendo en cuenta lo que ocurri¨® en la d¨¦cada de 1990. Si Putin cayera, lo m¨¢s probable es que le sustituyera otro miembro de la l¨ªnea dura o un politbur¨®.
Tambi¨¦n veo falsas ilusiones en los comentarios y an¨¢lisis sobre la guerra en Ucrania. Los l¨ªderes militares, en cambio, tienden a ser m¨¢s cautos y menos propensos a los sesgos cognitivos. Los documentos del Pent¨¢gono filtrados en febrero y marzo afirmaban que exist¨ªa una ¡°moderada confianza¡± en que la guerra de Ucrania se dirig¨ªa a un punto muerto. Estos documentos ofrecen la evaluaci¨®n m¨¢s matizada de la realidad sobre el terreno que he le¨ªdo. Me sorprender¨ªa mucho que la situaci¨®n haya cambiado a pesar del inicio de la tan esperada contraofensiva ucrania. El general de brigada Christian Freunding, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas alemanas, tambi¨¦n advert¨ªa recientemente contra el exceso de optimismo sobre la contraofensiva de Ucrania a pesar de algunos ¨¦xitos iniciales. En otra entrevista reciente, Freunding afirmaba que Ucrania necesitar¨ªa una superioridad de entre 3:1 y 5:1 para recuperar los territorios ocupados, cosa que no tiene.
Una derrota rusa total, una que en la propia Rusia se considerara una derrota, ser¨ªa sin duda un desastre para Putin. Es posible que no sobreviviera a esto. Pero un resultado binario de esta guerra no es lo m¨¢s probable. Si la valoraci¨®n del Pent¨¢gono de una guerra prolongada es correcta, la continuaci¨®n de las entregas de armas y el apoyo financiero ser¨¢ crucial. Si Estados Unidos redujera su apoyo a Ucrania despu¨¦s de las pr¨®ximas elecciones presidenciales, la carga recaer¨ªa sobre los pa¨ªses europeos.
No hay forma de que puedan asumirla. El Instituto de Kiel para la Econom¨ªa Mundial elabora el Rastreador de Apoyo a Ucrania, que muestra que Estados Unidos ha proporcionado 71.000 millones de euros en ayuda total, seguido de Reino Unido con 9.700 millones y Alemania con 7.300 millones. La diferencia es enorme. Nos encontrar¨ªamos en ese escenario si Joe Biden perdiera frente a Donald Trump. Incluso si Biden ganara, no est¨¢ nada claro que se mantuviera el actual nivel de apoyo.
La mayor¨ªa de los pa¨ªses occidentales se enfrentan a ajustes fiscales y a prioridades financieras contrapuestas. A partir del a?o que viene, los pa¨ªses de la zona euro tendr¨¢n que acatar otra vez las reglas fiscales, suspendidas desde el inicio de la pandemia. Vuelve la austeridad. Este es el entorno pol¨ªtico menos propicio para las transferencias cuasi permanentes de miles de millones de euros en ayuda militar.
El menor inter¨¦s de los medios de comunicaci¨®n por la guerra es otra se?al preocupante. En Reino Unido, la guerra de Ucrania fue desplazada de las portadas la semana pasada por el desastre del Titan y las elevadas cifras de inflaci¨®n. Es dif¨ªcil mantener el inter¨¦s de la opini¨®n p¨²blica en una guerra de trincheras en la que la historia d¨ªa a d¨ªa no cambia mucho. Lo mismo sucedi¨® en Afganist¨¢n. Los primeros en perder inter¨¦s fueron los medios de comunicaci¨®n. El per¨ªodo transcurrido desde el apoyo entusiasta a Ucrania hasta la falta generalizada de inter¨¦s ha sido extraordinariamente corto.
Bas¨¢ndonos en la imperfecta informaci¨®n de que disponemos, es razonable suponer que el escenario b¨¦lico m¨¢s probable es que Ucrania recupere una gran parte, pero no la totalidad, de los territorios ocupados, y que la voluntad de Occidente de seguir prestando apoyo militar y financiero se debilite con el tiempo. Tambi¨¦n en Rusia se habla ahora en los medios de comunicaci¨®n controlados por el Estado de un posible acuerdo, posiblemente a principios del pr¨®ximo a?o, antes de las elecciones estadounidenses y rusas. Y Putin tiene que preocuparse por la fatiga de combate. No se trata de un pron¨®stico, sino de un escenario algo m¨¢s plausible que el final feliz occidental.
Por otro lado, debemos recordar que la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn en 1989 desencaden¨® una transici¨®n hacia la democracia liberal en algunas partes del antiguo imperio sovi¨¦tico, pero tambi¨¦n un retroceso hacia el autoritarismo en otras. Tambi¨¦n fue el a?o de la masacre de la plaza de Tiananmen. Tengan cuidado con las falsas ilusiones. Y cuidado con lo que desean.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.