El debate y los liliputienses
No criticando severamente a su socio por sus derivas, el PP cree que gana el voto ¨²til de la derecha, pero pierde el voto d¨²ctil del centro
Sobre la mesa del debate electoral yac¨ªan anoche, como hologramas liliputienses, los cientos de miles de votantes de centro que dudan entre S¨¢nchez y Feij¨®o. ?Por qui¨¦n se decantar¨¢n el 23-J?
Hasta hace un mes, nadie dudaba que los pescar¨ªa el PP. No porque el espa?ol o la espa?ola media se decanten naturalmente hacia la derecha, pues el PSOE ha gobernado m¨¢s a?os que el PP. Tampoco porque ese elector se despreocupe de los resultados de las pol¨ªticas o est¨¦ abducido por la derecha medi¨¢tica. La mayor¨ªa de la poblaci¨®n valora positivamente las medidas econ¨®micas y sociales de este Gobierno. Pero las elecciones no van sobre los rendimientos pasados, sino sobre las expectativas futuras. Y el votante centrista desconf¨ªa de las eventuales cesiones que S¨¢nchez tuviera que hacer a ciertos socios parlamentarios. Que la gobernabilidad del pa¨ªs dependa de partidos que no creen en Espa?a es dif¨ªcil de asumir para esos electores de centro y s¨®lo lo aceptar¨¢n si es un mal menor. Y no lo ha sido hasta que los pactos PP-Vox han cristalizado. Sin embargo, ahora que las cartas de los acuerdos a nivel auton¨®mico y local entre las derechas est¨¢n sobre la mesa, las consecuencias de apoyarse en Vox a nivel nacional no parecen tan inocuas.
Si la influencia de los independentistas en el Gobierno nacional genera un riesgo (lev¨ªsimo o grav¨ªsimo, en funci¨®n de los miedos de cada uno) de ruptura constitucional, la entrada de Vox puede ocasionar algo peor: incertidumbre. El ¡°y estos, ?qu¨¦ van a hacer?¡±. Un partido que, a nivel local, pide retirar obras de Lope de Vega y Virgina Woolf y se opone a la proyecci¨®n de la pel¨ªcula Lightyear, porque aparecen dos mujeres bes¨¢ndose, ?Qu¨¦ no ser¨¢ capaz de ejecutar desde un ministerio?
Ll¨¢malas puntillosas, pero las personas de centro aman las libertades. Durante mucho tiempo, les dijimos que la cultura de la cancelaci¨®n y lo pol¨ªticamente correcto era de izquierdas, pero han descubierto que quien censura es la derecha. De EE UU, donde los republicanos no proh¨ªben los rifles de asalto, pero s¨ª las canciones de Dolly Parton o los cuentos sobre dos ping¨¹inos gays que cr¨ªan a un polluelo, a Valdemorillo.
No criticando severamente a su socio por estas derivas, el PP cree que gana el voto ¨²til de la derecha, pero pierde el voto d¨²ctil del centro. El de los liliputienses vol¨¢tiles que solidifican todas las mayor¨ªas. @VictorLapuente
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.