Huelga de sue?os
El paro masivo de actores y guionistas de Hollywood puede lograr un hist¨®rico apag¨®n del entretenimiento global
La industria del entretenimiento de Hollywood se ve abocada a una paralizaci¨®n casi total de su producci¨®n despu¨¦s de que el sindicato de actores, el m¨¢s numeroso del negocio, votara el jueves a favor de una huelga indefinida total como medida de presi¨®n para renegociar los convenios con las grandes productoras. El sindicato SAG-AFTRA agrupa a m¨¢s de 160.000 profesionales, desde locutores o especialistas de acci¨®n hasta estrellas millonarias, de los cuales unos 65.000 que dan la cara en cine y televisi¨®n est¨¢n llamados a la huelga. La protesta coincide con la que mantiene el Sindicato de Guionistas, con m¨¢s de 11.500 profesionales en huelga total desde el pasado mayo reclamando mejoras salariales. Los actores no iban a la huelga desde hac¨ªa cuatro d¨¦cadas. La ¨²ltima vez que pararon al tiempo los dos gremios fue hace 60 a?os. Un acuerdo para mejorar el convenio de los directores el pasado junio evit¨® que los tres grandes sindicatos coincidieran en huelga a la vez. Hollywood est¨¢ incendiado. Las repercusiones son globales porque sus productos son globales, parte inextricable de nuestra vida diaria. La enorme proyecci¨®n p¨²blica de su trabajo permite, adem¨¢s, ver en el conflicto una ambici¨®n de convertirse en paradigma de la lucha contra la precarizaci¨®n del trabajo creativo como consecuencia de la digitalizaci¨®n.
Los actores centran sus exigencias en una mejor remuneraci¨®n base y, sobre todo, por las ventas secundarias del producto. Tras la era del DVD, estamos en un cambio de ¨¦poca. Gracias al streaming, una tecnolog¨ªa no tan desarrollada en la anterior negociaci¨®n colectiva, en 2017, las productoras pueden exprimir el producto de forma global, eterna, instant¨¢nea y ubicua, as¨ª como volver a vender todo su cat¨¢logo cuantas veces quieran. Otro punto de fricci¨®n es conseguir un marco de garant¨ªas contra el abuso de la inteligencia artificial, que amenaza con sustituir partes del trabajo de actores y guionistas por igual. Los profesionales de cualquier industria intelectual se pueden reconocer estos d¨ªas en los temores de los trabajadores de Hollywood.
Frente a lo que pueda parecer en un negocio tan dependiente de la creatividad individual, Hollywood existe como industria en parte gracias a que est¨¢ fuertemente sindicalizado. En SAG-AFTRA est¨¢n desde secundarios en paro hasta Meryl Streep, y lo mismo sucede en todos los gremios, desde directores hasta electricistas. Su gigantesca producci¨®n y la riqueza que genera, no solo en el sur de California, ser¨ªa inexplicable sin cientos de miles de profesionales de clase media de los que nadie ha o¨ªdo hablar. La era de la digitalizaci¨®n amenaza seriamente con demoler ese ecosistema y condenarlos a la precariedad o el estrellato. Esta huelga no es solo para una subida de sueldos, sino para garantizar el equilibrio de poder entre estudios y trabajadores.
La actriz Fran Drescher (conocida por La ni?era) dijo al anunciar la huelga: ¡°El mundo nos mira. Lo que nos pasa a nosotros est¨¢ pasando en todos los trabajos. Cuando los patronos convierten la bolsa y la codicia en su prioridad, y se olvidan de qui¨¦nes son los trabajadores esenciales para que la m¨¢quina funcione, tenemos un problema¡±. Gracias a su enorme predicamento social, los actores pueden conectar con un consumidor acostumbrado en los ¨²ltimos a?os a recibir entretenimiento de calidad instant¨¢neo en su tel¨¦fono m¨®vil, sin ser consciente de que detr¨¢s de ese chiste o esa escena sobrecogedora que recordar¨¢n toda la vida hay personas que hacen la compra y pagan el alquiler. Con su huelga, los actores de Hollywood ponen su rostro al servicio de una historia global, con la que el p¨²blico puede empatizar, que nos mantiene en vilo y de la que nadie puede intuir el final.
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