La TIA
Si se sigue aferrado a Twitter es por esos momentos de risa. Y, tambi¨¦n, por las extra?as explosiones de amor que, como estrellas fugaces, dan sentido a la vida. Gracias, Francisco Ib¨¢?ez
A veces en las redes sociales resuena un consenso que te pilla a contrapi¨¦. Acostumbrados a tanto insulto, tanta mala hostia y tanta pol¨ªtica ¡ªperro sanxe es el mejor meme de los ¨²ltimos tiempos nacido en ellas¡ª cuesta creer que de repente irradien amor. Cientos de usuarios hurgando por una vez en su lado m¨¢s tierno e ¨ªntimo y cont¨¢ndolo sin un ¨¢pice de veneno, a calz¨®n quitado. Ese es el efecto que ha tenido en Twitter la muerte del dibujante Francisco Ib¨¢?ez, creador de Mortadelo y Filem¨®n.
En mi timeline, que ya me disculpar¨¢n, pero soy catalana, y en Twitter seguimos pr¨¢cticamente instalados en el oto?o de 2017, las cuentas del independentismo m¨¢s excluyente y las del espa?olismo m¨¢s fervoroso han hecho un par¨¦ntesis inimaginable para alabar el legado de Ib¨¢?ez. Ni una referencia a si el dibujante entreten¨ªa a millones de personas en catal¨¢n o en castellano. Con el lagrimal a reventar, hay que darse desganados golpecitos en la mejilla para comprobar que no es un sue?o.
Con enorme tristeza desde Penguin Random House Grupo Editorial comunicamos que esta ma?ana ha fallecido en Barcelona el gran dibujante e historietista Francisco Ib¨¢?ez. + pic.twitter.com/Fr9N1hm25R
— Penguin Espa?a ?? (@penguinlibros) July 15, 2023
Que seguro que si busco, encuentro, como nos dec¨ªan nuestros mayores. Pero no es cuesti¨®n de trabajar en la desilusi¨®n. De atascarse en los tuits que nunca se escribieron. O en esas respuestas ponzo?osas al desliz candoroso del trol m¨¢s despiadado. Ib¨¢?ez form¨® el universo infantil de miles de personas, que ayer le dieron las gracias colmando Twitter de afecto. Adultos que siguen guardando y coleccionando los tebeos que nos ense?aron que la TIA, los T¨¦cnicos de Investigaci¨®n Aeroterr¨¢quea, son nuestros mejores servicios de inteligencia. Tambi¨¦n los propios. ?En qu¨¦ secci¨®n trabaja usted? En la TIA de EL PA?S.
Una TIA con misiones brillantes en la era postproc¨¦s, con polic¨ªas infiltrados en camis¨®n. El ¨²ltimo caso es el de una joven agente empotrada en los movimientos sociales e independentistas de Girona, destapado por el semanario La Directa. La mujer fingi¨® una relaci¨®n sentimental de dos a?os, seg¨²n ha denunciado su expareja, que asegura que vivi¨® bajo el mismo techo con quien cre¨ªa que era el amor de su vida. ¡°Esto de la polic¨ªa infiltrada es muy gordo, tanto desde el punto de vista humano como, sobre todo, de calidad democr¨¢tica¡±, escribe el gestor cultural Xavier Fina, en un tuit resumen de la opini¨®n de parte del p¨²blico. Al otro lado del foso se re¨²nen quienes apodaron Rabocop a otro polic¨ªa que entabl¨® relaciones sexuales y afectivas con varias mujeres del movimiento libertario de Barcelona para sonsacarles informaci¨®n.
El uso despiadado de la franqueza que se teje bajo las s¨¢banas navega por todos los l¨ªmites legales. Cinco mujeres se han querellado contra el polic¨ªa de Barcelona. Y el hombre de Girona, ?scar C., tambi¨¦n prepara su denuncia. Una crueldad que solo puede taponarse con humor. ¡°Si eres de la CUP, nunca hab¨ªas tenido facilidad para el flirteo y desde 2017 no paras de joder, tengo malas noticias para ti¡±, escribe Gargotaire, algo as¨ª como garabateador, con una socarroner¨ªa imposible en Twitter. ¡°Pues yo soy indepe de pura cepa, y ni as¨ª¡±, le sigue Forat Negre (agujero negro), de los pocos que entra en la broma. ¡°Qu¨¦ me vas a contar¡±, zanja el otro.
Hay pocas cosas m¨¢s sanas que re¨ªrse de las desgracias que nos acechan. Porque si, como dice La Pous, la educadora social Alba Fern¨¢ndez, nos ponemos en serio a repasar la que hemos armado por nuestros rid¨ªculos fracasos amorosos, faltar¨ªa espacio en el universo, en el metaverso y en cualquier otra dimensi¨®n a¨²n por descubrir. Si se sigue aferrado a Twitter es por esos momentos de risa. Y, tambi¨¦n, por las extra?as explosiones de amor que, como estrellas fugaces, dan sentido a la vida. Gracias, Francisco Ib¨¢?ez.
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