El Ausente, derrotado
El ticket Yolanda-Pedro, como se llamaban, funcion¨®, bien engrasado: hurgaron con eficacia en la historia y acuerdos de la pareja PP-Vox
Sali¨® derrotado el Ausente: Feij¨®o. Porque se excluy¨®, primer rev¨¦s autoinfligido. Pues si solo de los dos grandes partidos puede salir el presidente, solo un bloque de varios, el de izquierdas o el de derechas puede armar la base de una mayor¨ªa y gobernar.
Las izquierdas se presentaron unidas, emp¨¢ticas y coordinadas. Y el bloque de derechas, autolesionado, con solo una de sus dos patas. La m¨¢s sobreactuada. La cojera visibiliz¨® que las poltronas interesan m¨¢s que los principios, y los intereses particulares m¨¢s que los valores.
Y el Ausente tambi¨¦n perdi¨® porque al no comparecer demostr¨® que sin ¨¦l, todo debate democr¨¢tico es m¨¢s f¨¢cil, m¨¢s ordenado, m¨¢s audible y respetuoso: lo contrario de su cara a cara con Pedro S¨¢nchez. Hasta Santiago Abascal defendi¨® sus posiciones anticonstitucionalistas, antimediambientales, antiderechos de la mujer y de la diversidad sexual, interrumpiendo menos que el l¨ªder del PP.
Este tampoco consigui¨® que su eventual vicepresidente le reportara el dividendo de prefigurar una cohabitaci¨®n azul-negra arm¨®nica: se avizora espinosa por el grado de brutalidad de sus recetas. Hizo diana el presidente al inferir que le daba ¡°verg¨¹enza comparecer junto a su socio¡±.
El ticket Yolanda-Pedro, como se llamaban, funcion¨®, bien engrasado. Demostr¨® algo que se suele destacar demasiado poco: que si se repite un Gobierno de coalici¨®n progresista, no ser¨¢ el mismo que el de socialistas y podemitas que ahora termina su trayectoria. Ser¨ªa una novaci¨®n.
Cambia el estilo del socio menor, enfatizando el pactismo en vez del maximalismo en solitario; cambia la ret¨®rica, reduci¨¦ndose la llamada a la confrontaci¨®n perpetua; cambia la relaci¨®n con el ciudadano: se preocupa de aferrarse a sus problemas para resolverlos ¡ªcomo insisti¨® una Yolanda D¨ªaz muy proactiva¡ª antes que de denunciarlos. Un Gobierno PSOE-Sumar emitir¨ªa mucho menos ruido.
Pues bien, la primera gran pista de ese posible nuevo patr¨®n de gobernanza se verific¨® en este debate tripartito. S¨¢nchez y D¨ªaz hurgaron con eficacia en la historia y acuerdos de la pareja PP-Vox. En su sociedad ¨ªntima, m¨¢s all¨¢ de la distinta intensidad que afloren en la sa?a de derogaciones, recortes y ataques a derechos.
As¨ª, en turnos casi intercambiables, la pareja de izquierdas abund¨® en la coincidencia de azules y negros a la hora de votar contra las leyes econ¨®mico-sociales: ingreso m¨ªnimo vital, aumentos del salario m¨ªnimo interprofesional, reforma laboral. Y recordando, como hizo S¨¢nchez, que el PP lo hizo con peor estilo, pues busc¨® el voto de dos tr¨¢nsfugas navarros, en el viejo estilo del tamayazo corrupto.
Y a las de ampliaci¨®n de derechos, de la mujer, de las minor¨ªas. Con el estrambote de su actual censura a manifestaciones culturales que no son de su agrado en las autonom¨ªas que controlan en comandita.
Ante este trazo decisivo del debate, qued¨® casi en an¨¦cdota el continuo varapalo a los datos retorcidos que propon¨ªa Abascal apelando a los desgraciados espa?oles que sufren ¡°ruina¡± total: se le repas¨® con el recurso a su voto contra todas las mejoras de ingresos de pensionistas, trabajadores y vulnerables. Y luego tuvo cabida la reducci¨®n de la inflaci¨®n del 10% al 1,9% en cerca de un a?o; las vacas tuberculosas que promociona Vox en Castilla y Le¨®n...
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