?Qui¨¦n ha ganado el debate entre Pedro S¨¢nchez, Santiago Abascal y Yolanda D¨ªaz? Nuestros analistas opinan
Los columnistas de EL PA?S valoran las palabras de los l¨ªderes del PSOE, Vox y Sumar, que se han enfrentado en el ¨²ltimo debate de la campa?a para el 23-J
A dos d¨ªas del fin de la campa?a electoral para el 23-J, Pedro S¨¢nchez (PSOE), Santiago Abascal (Vox) y Yolanda D¨ªaz (Sumar) confrontaron sus programas en RTVE en el ¨²ltimo gran debate antes de los comicios del domingo. El presidente del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, rechaz¨® la invitaci¨®n a este encuentro, planteado inicialmente como un debate a cuatro. Los l¨ªderes hablaron durante 90 minutos sobre econom¨ªa, pol¨ªticas sociales y pactos de Estado y postelectorales. La ¨²ltima encuesta de 40dB. para EL PA?S y la Cadena SER, publicada el lunes, estimaba que el PP ganar¨ªa las elecciones con 135 esca?os, el PSOE obtendr¨ªa 110, Vox quedar¨ªa en el tercer puesto con 38 y Sumar conseguir¨ªa 36 sillones en el Congreso de los Diputados. ?Qui¨¦n ha ganado el debate? Elvira Lindo, Ignacio Peyr¨®, Berna Gonz¨¢lez Harbour, Jordi Amat, Najat el Hachmi y Cristina Monge, columnistas de EL PA?S, analizan el desempe?o de los candidatos y dan sus conclusiones sobre el encuentro.
Elvira Lindo: ¡°Yolanda D¨ªaz: gan¨® la vehemencia¡±
Yolanda D¨ªaz se ha ido creciendo a lo largo de la campa?a y el mi¨¦rcoles por la noche ha sido bendecida por el br¨ªo que la ilumina en esta recta final. Esa energ¨ªa inagotable y positiva es la que aplauden los votantes que han asistido a sus m¨ªtines o se manifiestan a trav¨¦s de las redes sociales. No se ha arrugado ante las cabriolas populistas de Abascal, que utiliza la libertad de los violadores como rayo paralizador, y se ha retratado como la feminista batalladora e integradora que es, sin entrar en el barro que resta y excluye. Pero tambi¨¦n valoro la palabra sensata y formal de S¨¢nchez, que ha confiado siempre en mujeres brillantes, y eso es un valor en s¨ª mismo. Hab¨ªa una sinton¨ªa entre los socios de Gobierno que transmit¨ªa seguridad a los espectadores, algo que en algunos momentos de la pasada legislatura se ech¨® en falta. Creo que Abascal, curiosamente, proyectaba por momentos una imagen c¨®mica, tal vez porque sus principios radicalmente reaccionarios quedaban desnudos ante personas tan contrarias. No llegaremos a saber si Feij¨®o no asisti¨® por no ser asociado a Abascal o por temor a la vehemente D¨ªaz, a la que conoce muy bien. Y desde luego ha ganado Televisi¨®n Espa?ola. Un aplauso para sus profesionales.
Ignacio Peyr¨®: ¡°S¨ªsifo contra el D¨²o Din¨¢mico¡±
Si un debate a dos tiene la emoci¨®n de un duelo a primera sangre, es f¨¢cil que un debate a tres degenere en el tedio de una partida de bridge. Aqu¨ª, al menos, no ha faltado la pimienta: cuando lo llaman debate de perdedores es porque lo tienen todo por ganar. De partida, S¨¢nchez buscaba enterrar un debate p¨¦simo con uno solvente; D¨ªaz, hacer la campa?a que ¡ªentre planchas y sand¨ªas¡ª a¨²n no hab¨ªa hecho; Abascal, adue?arse del altavoz de la derecha. En cuanto a Feij¨®o, de aplicarle la m¨¢xima de Christian Bobin ¡ª¡°la mejor manera de conocer a alguien es por su ausencia¡±¡ª, no dej¨® buena impresi¨®n. No en vano, el Gobierno de coalici¨®n se ha transformado en una pinza S¨¢nchez-D¨ªaz que ha modulado mejor que el D¨²o Din¨¢mico frente a un Abascal que nunca hall¨® su tono. As¨ª, el bloque de la izquierda ha sabido atacar, defenderse y ayudarse, mientras que a Abascal le ha resultado un trabajo sis¨ªfeo llevar la representaci¨®n de la derecha. S¨ª, el candidato de Vox ha servido para zurrar a Feij¨®o por persona interpuesta, pero en el PP pueden estar m¨¢s tranquilos tras ver a Abascal boicotear su propia candidatura con gran ¨¦xito. Ha ganado la pinza S¨¢nchez-D¨ªaz.
Berna Gonz¨¢lez Harbour: ¡°Dos galaxias muy lejanas¡±
El cara a cara de S¨¢nchez y Feij¨®o la semana pasada acumul¨® tantas interrupciones y mala educaci¨®n que los tres que se enfrentaban esta vez ¡ªS¨¢nchez, D¨ªaz y Abascal¡ª optaron por ser comedidos y respetuosos en extremo, hasta el punto de que el propio moderador les tuvo que animar a la viveza y a agotar sus tiempos. La ausencia del l¨ªder del PP marc¨® desde el principio la cojera de un debate que no logr¨® remontar ni superar el desequilibrio entre un ultramontano Abascal como ¨²nico representante de la derecha y dos l¨ªderes, Yolanda D¨ªaz y Pedro S¨¢nchez, que abundaron en los logros de su gesti¨®n y los planes para luchar contra el cambio clim¨¢tico, por el empleo, la igualdad y la defensa de los derechos. Fueron dos bandos desiguales, dos paralelas condenadas a no encontrarse jam¨¢s, dos galaxias lejanas donde ni el ox¨ªgeno que se respira es com¨²n. Aunque la l¨ªder de Sumar se mostr¨® m¨¢s combativa tras una campa?a que se inici¨® m¨¢s plana, Abascal no se arredr¨®. Y finalmente triunf¨® la sensaci¨®n de que los tres estaban deseando salir de all¨ª para volver a lo suyo. Feij¨®o, seguramente y por desgracia para la democracia, se alegr¨® de no estar.
Jordi Amat: ¡°Espa?a puede ser esto¡±
No es ¨²nicamente que la ausencia del candidato popular haya impuesto una dial¨¦ctica clara y constante entre Vox y los defensores del Gobierno de coalici¨®n. Es que la calculada decisi¨®n que tom¨® Alberto N¨²?ez Feij¨®o, democr¨¢ticamente cuestionable, ha dejado a la sociedad espa?ola sin la exposici¨®n p¨²blica de una alternativa moderada. S¨¢nchez ha podido escenificar su rol presidencial y desde el momento en que Yolanda D¨ªaz, s¨®lida, pregunt¨® a Santiago Abascal por el n¨²mero de agricultores en nuestro pa¨ªs y el regionalista no supo qu¨¦ responder, qued¨® claro que los datos se iban a imponer en el debate. Si desde el bloque de la derecha solo se escuch¨® el raca-raca, la denuncia de ¡°tribunales de excepci¨®n para hombres¡± o se escupi¨® el p¨¢nico racista sobre los barrios humildes, al elector le tocaba asumir que esa visi¨®n es compartida por un ausente que ha optado por no querer confrontar en aspectos tan relevantes como los que se han abordado, desde la agenda feminista o medioambiental al Estado del bienestar o el despliegue de la 'ley de la vivienda'. La opci¨®n conservadora se ha quedado sin una defensa civilizada a cuatro d¨ªas de las elecciones generales.
Najat El Hachmi: ¡°Yolanda D¨ªaz: escudera sobre tacones¡±
El debate no fue a cuatro sino a dos: Santiago Abascal y Yolanda D¨ªaz, solo que el l¨ªder de Vox ningune¨® sistem¨¢ticamente a la de Sumar. D¨ªaz le hablaba, le arrojaba a la cara hechos, le hac¨ªa preguntas directas, pero Abascal la ignoraba para dirigirse a S¨¢nchez. Ni cuando se trat¨® de feminismo, de cuyas reivindicaciones el ultraverde hizo una apropiaci¨®n indebida, se dign¨® a reconocer a su interlocutora. Tal falta de respeto aguijone¨® a D¨ªaz y le sac¨® una mala leche mucho m¨¢s veros¨ªmil que las exageradas sonrisas que intentan camuflar lo que sigue penalizando: que se nos vea enfadadas. Tambi¨¦n se impuso porque S¨¢nchez deleg¨® en ella la tarea de enfrentarse a Abascal y eso que la gallega jug¨® toda la noche con una desventaja evidente: de los tres candidatos, era la ¨²nica que no pod¨ªa permitirse el lujo de tener la planta de los pies entera en el suelo. Lo que demuestra que el marco general sigue exigiendo acatar las normas de subordinaci¨®n incluso a aquellas que se presentan en la arena como muro de contenci¨®n ante un partido ultramachista como Vox.
Cristina Monge: ¡°La izquierda sale fortalecida¡±
El debate empez¨® ofreciendo una buena noticia: el cambio clim¨¢tico ha entrado en la agenda pol¨ªtica y ha ocupado buena parte del bloque econ¨®mico. Lo ha hecho, adem¨¢s, evidenciando dos formas de entender la crisis clim¨¢tica: la de quienes son conscientes de la emergencia y plantean modelos, ligeramente diferentes, de afrontar la transici¨®n energ¨¦tica y quienes la niegan, como hace la ultraderecha en Europa y tambi¨¦n en Espa?a. Los bloques de izquierda y derecha se dejaron ver a lo largo de todo el debate. Se confirma as¨ª que esta campa?a va de bloques. Por la derecha, Abascal fue el ¨²nico con voz, una voz en un tono m¨¢s suave de lo habitual, consciente de que no pod¨ªa asustar ni ahuyentar a quienes dudan entre votarle a ¨¦l o al ausente PP. Su discurso fue previsible. Hizo gala de los argumentos habituales del populismo de extrema derecha con una proclama del pueblo contra las ¨¦lites: ¡°Sus datos econ¨®micos no llegan a la gente¡±, exclam¨®. Por las izquierdas, la complicidad se vio desde el momento en que los tres entraron f¨ªsicamente al plat¨®. Competencia de guante blanco y apenas unas reivindicaciones de m¨¢s ambici¨®n de D¨ªaz a S¨¢nchez, sin que este quisiera polemizar. El bloque de la izquierda sale fortalecido, y el de la derecha con m¨¢s presencia de Vox. Las urnas dir¨¢n, pero los tres hablaron a sus votantes y lograron mantener su estrategia.
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