Si Pedro S¨¢nchez jam¨¢s hubiera existido
El presidente del Gobierno ha entendido que Espa?a cierra este 23-J un ciclo pol¨ªtico, con independencia del resultado que arrojen las urnas
Pedro S¨¢nchez se enfrenta a algo m¨¢s que a una posible derrota este 23-J. Algunos tienen ya los pu?ales en alto para afirmar que ¡°se ha cargado al PSOE, tal y como lo conoc¨ªamos¡±, si el Partido Popular gana las elecciones. Y la verdad es que nuestro pa¨ªs habr¨ªa sido distinto si S¨¢nchez jam¨¢s hubiera existido, pero no como quiere creer la derecha: quiz¨¢s ni el PSOE habr¨ªa resistido en 2016, ni los llamados ¡°enemigos de Espa?a¡± ir¨ªan hoy de capa ca¨ªda.
Es la tesis alternativa a la de un S¨¢nchez terrible: el presidente que logr¨® salvar a un PSOE a la deriva, hace ocho a?os, al negarse a la abstenci¨®n mediante su ¡°no es no¡± contra Mariano Rajoy. Algunos han querido olvidar en este tiempo aquel contexto de p¨¢nico a la pasokizaci¨®n, como en Grecia, del miedo entre los socialistas a la gran coalici¨®n. Pero fue el darwinismo pol¨ªtico de quien venci¨® al viejo aparato del partido en 2017, y situ¨® a una formaci¨®n de m¨¢s de 140 a?os de historia en el nuevo tiempo de la Espa?a post 15-M, lo que noque¨® la estela del entonces pujante Pablo Iglesias, al impedirle el sorpasso.
As¨ª que S¨¢nchez no es parte de la crisis del PSOE, sino que precisamente fue su ¨²ltima bala, un ¨²ltimo revulsivo, tras la implosi¨®n del bipartidismo. Es curioso que muchos barones, que ahora creen haber perdido gobiernos por su culpa el pasado 28-M, no recuerden que en 2019 lograron mejorar resultados tras su llegada a La Moncloa. La carambola de la moci¨®n de censura abri¨® una ventana de oportunidad impensable para la izquierda hace cinco a?os. Eran los tiempos en que parec¨ªa que la derecha gobernar¨ªa sine die, horizonte no tan lejano al que Espa?a puede arrojarse el domingo.
Aunque quienes repudian a S¨¢nchez no es tanto por su vocaci¨®n de verso libre, o por los errores en varias leyes de esta legislatura; castigan el hecho de haber roto una especie de sentido com¨²n bipartidista en 2015. Era una visi¨®n compartida desde el PP hasta el viejo PSOE sobre que ambos deb¨ªan replegarse juntos para salvarse contra la amenaza del independentismo y de los partidos extremos. Sin embargo, a la raz¨®n de Estado se ha llegado por la v¨ªa m¨¢s insospechada. La derecha y otros socialistas jam¨¢s reconocer¨¢n que si los morados y ERC se hundieron en las elecciones municipales de hace dos meses es en parte gracias al efector abrasador del a¨²n presidente del Gobierno. La entrada de UP al Ejecutivo revent¨® su faceta antisistema, al institucionalizarles y ponerles ante el espejo de sus contradicciones. El independentismo vira hoy desde la desafecci¨®n hasta el abstencionismo porque la mesa de di¨¢logo no ha dado ning¨²n refer¨¦ndum de ruptura.
En consecuencia, si el sanchismo muere este domingo solo puede ser de ¨¦xito frente a esos llamados ¡°enemigos de Espa?a¡±. Si el presidente no logra reeditar su Gobierno no ser¨¢ solo por los resultados del PSOE, sino por el estado convaleciente de quienes le ven¨ªan sustentando su presidencia. Es el servicio a nuestro pa¨ªs que algunos tanto le reclamaban. Hasta el posible acercamiento del PNV al PP, molesto por el protagonismo de Bildu en esta legislatura, es otro de los s¨ªntomas de un tablero pol¨ªtico donde el orden ya se ha impuesto al ¡°caos¡± que algunos vienen atribuyendo a los socios de S¨¢nchez.
Sin embargo, la derecha no quiere aceptar que ese orden ¨Centendido como la restauraci¨®n de ciertos marcos del viejo bipartidismo¨C sea tambi¨¦n efecto del sanchismo. Alberto N¨²?ez Feij¨®o es hoy el principal beneficiado del regreso a una pantalla lo m¨¢s parecida a antes del 15-M. Sin estos a?os de democracia histri¨®nica, de intensa repolitizaci¨®n de la sociedad espa?ola, su mantra de prometer una democracia aburrida no cuajar¨ªa. Lo que el l¨ªder del PP oculta es que la calma no llegar¨¢ de un Gobierno de la mano de Vox, levantando ya recelos desde Catalu?a hasta en las personas LGTBI.
El propio S¨¢nchez ha entendido que Espa?a cierra este 23-J un ciclo pol¨ªtico, con independencia del resultado que arrojen las urnas. Su apelaci¨®n al voto ¨²til parece a ratos una forma de dejar al PSOE en un resultado que le sea irreprochable, con la obsesi¨®n de no bajar del umbral de los 100 esca?os, as¨ª sea a costa de diezmar a Sumar y a los republicanos. Hay quien piensa que sus entrevistas de campa?a han servido m¨¢s al prop¨®sito de construir un relato para una ¡ªeventual¡ª derrota digna, que de suponer que pod¨ªa ganar las elecciones. Se trataba de acallar bocas que no han dejado de quejarse nunca.
Y la duda es qu¨¦ ocurrir¨¢ en adelante. Felipe Gonz¨¢lez sugiere dejar gobernar a la lista m¨¢s votada, cuando no haya otra opci¨®n. Hoy, como en 2015, la historia se repite en el universo del socialismo. El tiempo dir¨¢ si de la crisis en que podr¨ªa entrar la izquierda se sale con m¨¢s PSOE cl¨¢sico, o con otro verso libre. Aunque en la vida, como en la pol¨ªtica, los personajes decisivos suelen ser m¨¢s la consecuencia de un contexto latente, que el propio motivo del conflicto. Si la pol¨ªtica son ciclos, S¨¢nchez tal vez sea el exponente m¨¢s representativo del per¨ªodo 2015-2023. ?C¨®mo de fuertes ser¨ªan hoy Podemos, o la queja del independentismo, si el sanchismo jam¨¢s hubiera existido? La derecha y el viejo PSOE jam¨¢s se lo preguntan.
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