Votamos sobre cambio clim¨¢tico
El futuro de la agricultura y la pesca en Europa, a medio plazo, depende de la fortaleza pol¨ªtica para implantar estas medidas que protejan los ecosistemas
La negaci¨®n del cambio clim¨¢tico es, a corto plazo, una pol¨ªtica sanitaria nefasta y, a medio, una pol¨ªtica econ¨®mica catastr¨®fica. Al mismo tiempo es absurdo negar que la transici¨®n para frenar el calentamiento global, adem¨¢s de necesaria, va a tener unos costes sociales, pol¨ªticos y econ¨®micos descomunales. Hoy tambi¨¦n votamos c¨®mo enfrentarnos a esta realidad, m¨¢s urgente de lo que cre¨ªamos, m¨¢s parad¨®jica de lo que aparenta.
La presidencia de Von der Leyen, iniciada el 1 de diciembre de 2019, estableci¨® como prioridad empezar a dar respuesta a esta contradicci¨®n con el Pacto Verde. Las crisis imprevistas y encadenadas, primero la pandemia y luego la guerra con su crisis energ¨¦tica asociada, trastocaron aquellos planes de transformaci¨®n industrial. Ante la excepcionalidad, la Uni¨®n podr¨ªa haber dado un paso atr¨¢s, abdicar de su potencialidad pol¨ªtica y facilitar que cada estado reaccionase en funci¨®n de sus intereses nacionales. Ha ocurrido m¨¢s bien lo opuesto. Durante esta legislatura, amenazada desde su origen por los populismos eur¨®fobos, se han explorado mecanismos de federalizaci¨®n que han reforzado la institucionalidad del proyecto europeo. Pero esa din¨¢mica de reforzamiento podr¨ªa estar amenazada, precisamente, por pol¨ªticas vinculadas al avance efectivo de la transici¨®n verde.
Lo ejemplific¨® hace 10 d¨ªas la ajustada votaci¨®n sobre la moci¨®n que pretend¨ªa desactivar la Ley de la Restauraci¨®n de la Naturaleza, la parte del Pacto Verde centrada en la biodiversidad. En virtud de dicha ley en 2030 los Estados miembros deber¨ªan realizar acciones con el prop¨®sito de restaurar el 20% de las ¨¢reas deterioradas en sus territorios, ya sean marinas o terrestres, y en 2050 estas acciones deber¨ªan haberse aplicado a todas esas ¨¢reas. Es l¨®gico que agricultores y pescadores reaccionen oponi¨¦ndose a la nueva ley, otra m¨¢s sumada a las que condicionan el desarrollo de un sector m¨¢s bien precarizado. Este malestar leg¨ªtimo tiene consecuencias pol¨ªticas. Se ha visto ya en Holanda, a trav¨¦s de la presi¨®n ejercida por el partido que representa los intereses agrarios. Lo estamos viendo en Espa?a.
De una manera premeditada y program¨¢tica Vox explota el malestar del campo. No es ¨²nicamente un discurso demag¨®gico de campa?a electoral. Al entrar en gobiernos regionales, nuestro partido nacionalpopulista tiene como prioridad ejercer una cartera en apariencia menor como es la de agricultura. Pero es precisamente en estas consejer¨ªas, como est¨¢ pasando ya en Castilla y Le¨®n, desde donde est¨¢n dando la batalla cultural contra el vigente proyecto europeo y contra la agenda liberal que se impone luchar contra el cambio clim¨¢tico como obligaci¨®n para la supervivencia del planeta. Los europe¨ªstas deben hacerse cargo de la contradicci¨®n y resolverla garantizando la transici¨®n justa y, a la vez, dot¨¢ndose de una visi¨®n de prosperidad en com¨²n. Porque el futuro de la agricultura y la pesca en Europa, a medio plazo, depende de la fortaleza pol¨ªtica para implantar estas medidas que protejan los ecosistemas. Es una cuesti¨®n de salud y de almacenaje de CO2, tambi¨¦n de garantizar la viabilidad del sector primario. Lo razonan los cient¨ªficos. Con zonas marinas protegidas, aumentar¨¢n los bancos de peces. Mantener la producci¨®n agr¨ªcola va a depender de la protecci¨®n de la biodiversidad.
En el debate del mi¨¦rcoles en RTVE, el candidato de Vox se refiri¨® a esta ley. Afirm¨® que su aplicaci¨®n tendr¨ªa consecuencias devastadoras para los agricultores. No sabemos cu¨¢l es la valoraci¨®n del candidato popular. No solo porque no asisti¨® al debate. Estas cuestiones tampoco han formado parte de su discurso de campa?a. Lo que s¨ª sabemos es que la moci¨®n contra la Ley en Bruselas fue impulsada por el Partido Popular europeo: una demostraci¨®n inquietante de c¨®mo las posiciones regresivas pueden infiltrarse en los partidos moderados para alejarlos de la centralidad que tiene su mejor horizonte de futuro en el Pacto Verde. Se est¨¢ gestando un ¡°golpe verde¡± en Europa, como escribi¨® Nathalie Tocci en The Guardian. Parar este golpe, pensando en el futuro, es hoy el reto m¨¢s trascendente para los que votamos tambi¨¦n en clave europea. Tambi¨¦n en esta clave, la de las mayor¨ªas europeas en el Consejo, deber¨¢n interpretarse el resultado de las elecciones.
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