La pol¨ªtica como experiencia religiosa
Los verdaderos creyentes est¨¢n arrebatados por una fiebre interna, subjetiva y personal, divorciada de las instituciones
En su influyente Las variedades de la experiencia religiosa, William James observa tres clases de creyentes. El primero es el creyente com¨²n, aquel que sigue las observancias convencionales de su pa¨ªs o su familia, ya sea este budista, cristiano o musulm¨¢n. La mayor¨ªa de la gente pertenece a este grupo, pero James descarta su experiencia por ser autom¨¢tica, inaut¨¦ntica, de segunda mano. ¡°Su religi¨®n ha sido creada para ¨¦l por otros, comunicada por tradici¨®n, determinada por formas fijas a trav¨¦s de la imitaci¨®n y mantenida por h¨¢bito¡±. No nos dice nada de la persona, fuera de su naturaleza conformista. Los verdaderos creyentes est¨¢n arrebatados por una fiebre interna, subjetiva y personal, divorciada de las instituciones. Entre ellos, distingue dos clases; las mentes sanas y las almas enfermas. Walt Whitman y Leo Tolst¨®i.
Los primeros tienen ojos color cielo que s¨®lo ven la bondad del mundo. No tienen que esforzarse: son criaturas optimistas y vitales, esp¨ªritus limpios que buscan la expansi¨®n de la consciencia a trav¨¦s de experiencias que generan sentimientos de alegr¨ªa, amor y unidad con lo divino. Los segundos son demasiado conscientes del mal en el mundo y tienen que luchar s¨®lo para encontrar la calma. Viven atormentados por la duda, el pecado, la culpa y la verg¨¹enza y buscan en la experiencia religiosa un camino hacia la redenci¨®n.
Para James, la experiencia religiosa trasciende el marco de las religiones e incluye como pr¨¢cticas espirituales la investigaci¨®n cient¨ªfica o la cosmovisi¨®n humanista. Un siglo m¨¢s tarde, pienso que su cat¨¢logo destacar¨ªa de forma prominente el f¨²tbol, la pol¨ªtica, QAnon y el activismo medioambiental. Aplicando su visi¨®n, son ecosistemas muy poco equilibrados. Hay muy poco Walt Whitman ¡°girando de nuevo en el l¨ªmpido espacio, amoroso, maduro, todo para m¨ª hermoso, todo pasmoso¡± y demasiada alma enferma buscando redenci¨®n. Pienso en el ¨²nico Whitman que he conocido en mi vida y el impacto que ha tenido sobre mi manera de ver el mundo. James se identifica con las almas enfermas y yo, tambi¨¦n.
El prop¨®sito de la religi¨®n es satisfacer ciertas necesidades inherentes al animal humano que no se compran ni se heredan. La necesidad de encontrar sentido a la vida, la de pertenecer a algo m¨¢s grande que uno mismo. La de encontrar una gu¨ªa en los momentos dif¨ªciles, un marco de principios b¨¢sicos en los que confiar cuando nada parece tener sentido pero debemos seguir movi¨¦ndonos en alguna direcci¨®n. La necesidad de encontrar identidad y prop¨®sito en el mundo, de tener testigos de lo que somos. La necesidad de importarle a alguien. De trascender.
El capitalismo se ha hecho fuerte parasitando esas necesidades sin satisfacerlas nunca. Las redes sociales son su ¨²ltima manifestaci¨®n. Pero el activismo y la pol¨ªtica pueden ser otra cosa y deben ser otra cosa. Pueden ofrecer respuestas adecuadas a trav¨¦s de pr¨¢cticas locales de resiliencia, acompa?amiento, apoyo mutuo y esperanza en el futuro. No la fe ciega de que hacer lo correcto dar¨¢ los resultados deseados sino la convicci¨®n de que merece la pena luchar para mejorar nuestra condici¨®n, independientemente del resultado. Que esa fiebre interna, subjetiva y personal, que nos incendia ahora no sirva para destruirnos. Que no alimente las antorchas que solo buscan oscuridad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.