Demasiada investidura para tan poca palabra

Derogar el sanchismo fue el objetivo con el que Alberto N¨²?ez Feij¨®o se present¨® a las elecciones. Tan contundente y clarificador parec¨ªa su prop¨®sito que ni siquiera se detuvo demasiado a explicar las propuestas de un programa electoral del que, a d¨ªa de hoy, apenas se conoce nada. No le pareci¨® necesario perder tiempo en explicar qu¨¦ pa¨ªs propone la derecha para los pr¨®ximos cuatro a?os. Algo as¨ª resultaba demasiado sofisticado cuando el verdadero problema de Espa?a era uno: Pedro S¨¢nchez. Un ser perverso con una ambici¨®n ilimitada y capaz de pactar con el diablo si eso le permit¨ªa continuar en La Moncloa y viajar en Falcon. Pedro S¨¢nchez era, a su entender, alguien poco fiable. Un hombre sin palabra. La situaci¨®n era de tal gravedad que el PP se sent¨ªa en la necesidad de reclamar una mayor¨ªa suficiente para poder gobernar en solitario y derogar todo el arsenal legislativo del Gobierno de coalici¨®n. De no obtenerla, tambi¨¦n consideraban factible gobernar con la ultraderecha pues, en el fondo, la amenaza sanchista era de tal magnitud que la presencia de Vox era un peaje asumible.

El resultado de las elecciones del domingo demuestra que la mal¨¦fica descripci¨®n de quien ha dirigido el pa¨ªs en los ¨²ltimos cuatro a?os no ha colado. El PSOE de Pedro S¨¢nchez ha mejorado los resultados tanto en n¨²mero de votos como de esca?os y, aunque no ha ganado las elecciones, la distancia en votos que le separa del PP resulta insignificante. Con 136 esca?os, Alberto N¨²?ez Feij¨®o no ha logrado esa mayor¨ªa suficiente con la que algunas encuestas le hicieron so?ar. Tampoco ha conseguido sumar m¨¢s esca?os que los obtenidos por el PSOE (122) y Sumar (31); ni siquiera los esca?os de Vox (33) le permiten aspirar a una sesi¨®n de investidura m¨ªnimamente cre¨ªble. Menos a¨²n tras saber que el PNV se ha negado a abrir cualquier esfuerzo negociador con una fuerza pol¨ªtica que ha aceptado a la ultraderecha sin el m¨¢s m¨ªnimo reparo. Tambi¨¦n Coalici¨®n Canaria se muestra poco interesada en ser parte de una investidura que considera fantasma.

El intento de Alberto N¨²?ez Feij¨®o de mantener vivo el espejismo de una investidura imposible le ha impulsado a declarar desde Santiago de Compostela su voluntad de pactar con el PSOE de Pedro S¨¢nchez. Un partido de Estado, dice, que ha obtenido un resultado electoral muy importante. La cuesti¨®n tiene enorme calado y no solo porque evidencia la desesperaci¨®n de quien sabe que su victoria electoral encubre una derrota pol¨ªtica que, sin duda, traer¨¢ consecuencias para su propio liderazgo en el partido. La invitaci¨®n que hace Alberto N¨²?ez Feij¨®o al PSOE contiene, en esencia, una enmienda a la totalidad de la estrategia con la que pretendi¨® ganar las elecciones el pasado domingo. Ya no es tiempo de derogar el sanchismo, piensa el l¨ªder del PP, ahora es tiempo de pactar con el sanchismo. ?C¨®mo preservar el cr¨¦dito de quien afirma una cosa y la contraria? Perm¨ªtanme que lo diga de otra manera. Demasiada investidura para tan poca palabra.