Derecho de autoindeterminaci¨®n
Frente a la combinaci¨®n de nacionalismo y neoliberalismo y frente a la procrastinaci¨®n pol¨ªtica del sedicente nacionalismo de izquierdas es necesario rescatar la vieja noci¨®n de autodeterminaci¨®n
Resulta sospechoso que la autodeterminaci¨®n de los pueblos, con y sin Estado, suela oponerse a la autodeterminaci¨®n de los individuos, normalmente sin dinero. De hecho, cuando Pico della Mirandola estamp¨®, en el siglo XV, que la dignidad del ser humano se basaba en su capacidad para autodeterminarse, el romanticismo no hab¨ªa inventado la noci¨®n de ¡°pueblo¡±, y lo realmente urgente era liberar al individuo de la opresi¨®n feudal y religiosa. La ocasi¨®n merec¨ªa un mito, vestido de gala de las i...
Resulta sospechoso que la autodeterminaci¨®n de los pueblos, con y sin Estado, suela oponerse a la autodeterminaci¨®n de los individuos, normalmente sin dinero. De hecho, cuando Pico della Mirandola estamp¨®, en el siglo XV, que la dignidad del ser humano se basaba en su capacidad para autodeterminarse, el romanticismo no hab¨ªa inventado la noci¨®n de ¡°pueblo¡±, y lo realmente urgente era liberar al individuo de la opresi¨®n feudal y religiosa. La ocasi¨®n merec¨ªa un mito, vestido de gala de las ideas. Los dioses habr¨ªan creado, primero, a los animales, dotando a cada especie de un atributo espec¨ªfico. El le¨®n ser¨ªa valiente, el zorro astuto, el cordero temeroso¡ Pero, al crear al ser humano, vieron que se hab¨ªan quedado sin atributos. Decidieron, entonces, d¨¢rselos todos en potencia, para que ¨¦l decidiese, con sus acciones, cu¨¢les quer¨ªa actualizar. Su capacidad para autodeterminarse lo colocaba por encima de animales y ¨¢ngeles, que son lo que son por nacimiento, mientras que ¨¦l, verdadero ornitorrinco existencial, pod¨ªa decidir qui¨¦n quer¨ªa ser.
Que el sujeto de la autodeterminaci¨®n sea el individuo no implica que este viva s¨®lo para s¨ª, pues sus potencias ¨¦ticas y pol¨ªticas solamente pueden actualizarse en una sociedad democr¨¢tica, y su libertad no puede desplegarse en una sociedad injusta. As¨ª que, en el n¨²cleo del individualismo humanista e ilustrado late, como m¨ªnimo, el proyecto socialdem¨®crata. Cosa que al poder no le interesaba. Por eso, de un lado, el reaccionarismo alz¨®, contra el derecho a la autodeterminaci¨®n de los individuos, el derecho a la autodeterminaci¨®n de los pueblos, gracias al cual dejaba para un ma?ana que nunca hab¨ªa de llegar la justicia y la igualdad. Del otro lado, el capitalismo degrad¨® la autodeterminaci¨®n en puro individualismo; ego¨ªsta, en el ¨¦xito, y autoculpabilizador, en el fracaso.
Por eso, frente a la combinaci¨®n de nacionalismo y neoliberalismo, que ostentan numerosos partidos de derecha, allende y aquende, y frente a la procrastinaci¨®n pol¨ªtica del sedicente nacionalismo de izquierdas, es necesario rescatar la vieja noci¨®n de autodeterminaci¨®n. Quiz¨¢s ser¨ªa conveniente hablar de derecho (o incluso deber) de autoindeterminaci¨®n (sic), pues debemos luchar contra el determinismo que nos imponen las desigualdades socioecon¨®micas; y deso¨ªr a todos aquellos que pretenden definirnos, y enfrentarnos, en nombre de quimeras interesadas. S¨®lo as¨ª lograremos hacernos, como dir¨ªa Cervantes, ¡°hijos de nuestras propias obras¡±.