M¨¢s cr¨ªmenes machistas
El repunte de la violencia de g¨¦nero exige implicar a los m¨¢s pr¨®ximos en la denuncia y rechazar el negacionismo ultra
El pasado julio acab¨® con ocho mujeres asesinadas por una violencia machista que no da tregua. Las tres ¨²ltimas ten¨ªan menos de 30 a?os. El horror vuelve a imponerse en todos los detalles: uno de los asesinos confesos hab¨ªa planificado minuciosamente su crimen y la v¨ªctima m¨¢s reciente, golpeada en la cabeza hasta que expir¨®, hab¨ªa emigrado de su Nicaragua natal en busca de un mejor futuro. En lo que va de a?o suman 32 las fallecidas a manos de sus parejas o exparejas, 1.216 desde el inicio de la estad¨ªstica oficial hace dos d¨¦cadas ¡ªadem¨¢s de otros 34 cr¨ªmenes fuera de las relaciones personales, que se contabilizan desde 2022¡ª. El nuevo repunte llev¨® a convocar el martes por cuarta vez el comit¨¦ de crisis interinstitucional que fue creado el a?o pasado para hacer frente a momentos con especial concentraci¨®n de muertes, una iniciativa que, junto a todos los an¨¢lisis precisos, debe traducirse en medidas que limiten en lo posible el drama. El a?o 2023 registra ya cuatro asesinatos machistas m¨¢s que en el mismo periodo de 2022, que concluy¨® con 49 muertas.
El mes de julio es el que registra m¨¢s feminicidios ¡ª126 en los ¨²ltimos 20 a?os¡ª y, en general, vacaciones, fines de semana y festivos son los periodos de mayor riesgo, pero la cuesti¨®n de fondo es c¨®mo hacer frente a la interminable pesadilla de la violencia de g¨¦nero. Mejorar y reforzar los mecanismos de protecci¨®n a las mujeres en situaci¨®n de riesgo ¡ªel sistema VioG¨¦n del Ministerio del Interior mantiene activos m¨¢s de 78.500 casos¡ª se antoja imprescindible, pero quiz¨¢ resulte bald¨ªo sin una mayor implicaci¨®n de la sociedad en su conjunto que haga aflorar el maltrato oculto de las mujeres que no llegan a denunciar su situaci¨®n, muchas veces por el propio funcionamiento de la violencia machista. En 24 de los 31 asesinatos de este a?o no constaban denuncias previas. Siete de las ocho v¨ªctimas de julio no llegaron a hacerlo nunca.
Por eso mismo resulta atinado el llamamiento que ha hecho la delegada del Gobierno contra la Violencia de G¨¦nero, Victoria Rosell, a la colaboraci¨®n ciudadana para que se muestre ¡°intolerante¡± con cualquier forma de maltrato. Y que el entorno social no act¨²e como encubridor o c¨®mplice de una tragedia privada. La necesaria revisi¨®n de c¨®mo se est¨¢n dise?ando y aplicando las pol¨ªticas p¨²blicas es tan urgente como esa llamada a la concienciaci¨®n, sobre todo cuando en el 71% de las m¨¢s de 182.000 denuncias por violencia de g¨¦nero presentadas el pasado a?o el denunciante era la propia v¨ªctima, seg¨²n el ¨²ltimo informe del Poder Judicial. Las denuncias familiares, en cambio, supusieron apenas el 1,82%.
La violencia de g¨¦nero seguir¨¢ ah¨ª mientras persista ese caldo de cultivo en una sociedad todav¨ªa ampliamente machista en la que no dejan de crecer los mensajes, y ahora tambi¨¦n las pol¨ªticas, de quienes la relativizan o de forma directa cuestionan su existencia. Cuando el trabajo de las instituciones en la detecci¨®n precoz de la violencia machista y su implicaci¨®n sin vacilaciones frente al maltrato y en defensa de las mujeres resulta fundamental, estamos asistiendo a una serie de gestos y decisiones de administraciones en las que ha entrado Vox de la mano del PP que caminan en el sentido contrario a lo deseable. Y esto cuando, como Igualdad insisti¨® el martes, la falta de unidad en la batalla contra esta violencia atroz desprotege a las v¨ªctimas. Al igual que en el caso de la emergencia clim¨¢tica, en el drama de la violencia machista el negacionismo mata.
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