Querido Puigdemont

Lo m¨¢s fascinante del verano (pol¨ªticamente hablando, se entiende) es contemplar c¨®mo el Partido Popular va encontr¨¢ndose con todas las piedras que cre¨ªa que estaban ah¨ª solo para que Pedro S¨¢nchez tropezara en ellas. Era bonito mirar desde la barrera, criticar y re¨ªrse cuando el PSOE lo hac¨ªa, pero ese momento ha pasado. Ahora el propio PP avanza para atravesar el mismo r¨ªo, se encuentra esas piedras (m¨¢s los cocodrilos que se ha echado a la espalda) y no sabe qu¨¦ hacer.

Como un adolescente que cre¨ªa conocer los secretos de la vida mejor que los adultos, el PP de Feij¨®o se ha jactado de demasiadas cosas con las que ahora tiene que tragar. Y ya le ha cambiado la cara. Despu¨¦s de menospreciar las aspiraciones de los nacionalistas, cae en la cuenta de que sus votos son tan valiosos como los de los dem¨¢s. Despu¨¦s de acusar a S¨¢nchez de pactar con los enemigos del Estado, saca la calculadora y comprueba que tambi¨¦n los necesita. Por eso vuelve su mirada hacia Junts.

¡°Tenemos que tener capacidad de hablar con todos¡±, ha dicho El¨ªas Bendodo. Y con eso lo ha dicho todo. Tambi¨¦n el PP necesita al partido de Puigdemont. Y ahora se da cuenta de que sus votantes son tan leg¨ªtimos y legales como los dem¨¢s.

Lamento aqu¨ª desafiar el descanso de las neuronas que estar¨¦is disfrutando estos d¨ªas, pero vayan ahora algunos n¨²meros para que nos entendamos:

El PP y Vox suman 170 votos, a los que apenas podr¨ªan a?adir uno de UPN y otro de Coalici¨®n Canaria. Les faltan cuatro para la mayor¨ªa absoluta.

El PSOE y Sumar suman 152 votos, que pueden ampliar con los 7 de ERC, los 6 de Bildu, los 5 del PNV y el del BNG hasta llegar a 171.

En ese escenario, los siete esca?os de Puigdemont inclinar¨¢n la balanza: si se abstienen ante cualquiera de las dos opciones, gana la derecha, que obtendr¨¢ m¨¢s s¨ªes que noes. Si votan no a cualquier opci¨®n, nadie tendr¨¢ nada que hacer. Y si prestan algunos de sus votos a favor de la izquierda, se reeditar¨¢ el Gobierno de coalici¨®n. El PP, por tanto, necesita su abstenci¨®n. El PSOE a¨²n m¨¢s: su apoyo.

Fin de los n¨²meros. Nuestras neuronas pueden volver a relajarse, pero las del PP no. Lo que est¨¢ dispuesto a hacer para recabar esas abstenciones decisivas rompe todo lo que el Partido Popular ha defendido hasta la fecha y adem¨¢s solivianta a su socio favorito, Vox (los cocodrilos de este r¨ªo que deben atravesar). En realidad, estar¨¢ haci¨¦ndolo bien. Pero es lo que se llama sanchismo.