Refer¨¦ndum eterno
Como Gueorgui Gospod¨ªnov comenta en su novela ¡®Las tempest¨¢lidas¡¯, si Europa no tiene futuro, lo l¨®gico es regresar al pasado. Si el ma?ana nos asusta, cobij¨¦monos en el ayer
En un universo paralelo, Pedro S¨¢nchez pacta un refer¨¦ndum con Junts, pero no sobre el futuro de Catalu?a o Espa?a, sino sobre su pasado: ?a qu¨¦ ¨¦poca querr¨ªa volver la mayor¨ªa de la poblaci¨®n si pudiera retroceder en el tiempo? ?Qu¨¦ d¨¦cada querr¨ªamos recrear, con su ropa, m¨²sica, perspectivas econ¨®micas y portadas del ?Hola!?
Es una cuesti¨®n absurda, pero rezuma sentido pol¨ªtico. Como ...
En un universo paralelo, Pedro S¨¢nchez pacta un refer¨¦ndum con Junts, pero no sobre el futuro de Catalu?a o Espa?a, sino sobre su pasado: ?a qu¨¦ ¨¦poca querr¨ªa volver la mayor¨ªa de la poblaci¨®n si pudiera retroceder en el tiempo? ?Qu¨¦ d¨¦cada querr¨ªamos recrear, con su ropa, m¨²sica, perspectivas econ¨®micas y portadas del ?Hola!?
Es una cuesti¨®n absurda, pero rezuma sentido pol¨ªtico. Como Gueorgui Gospod¨ªnov comenta en su novela Las tempest¨¢lidas, si Europa no tiene futuro, lo l¨®gico es regresar al pasado. Si el ma?ana nos asusta, cobij¨¦monos en el ayer. Las certidumbres de lo vivido nos evitar¨¢n las discusiones de lo que est¨¢ por vivir.
?Y a qu¨¦ a?os elegir¨ªamos volver los espa?oles en una consulta popular? En el mapa de las almas nacionales que dibuja Gospod¨ªnov, Espa?a es una de las naciones m¨¢s f¨¢ciles. Los alemanes se debaten entre el milagro econ¨®mico de los cincuenta, la reunificaci¨®n de los noventa o la seguridad de los ochenta bajo la batuta de Helmut Kohl. Algo parecido le sucede a Francia, escindida sobre qu¨¦ franja de sus Trente Glorieuses (1945-1975) escoger; o los pa¨ªses n¨®rdicos, dubitativos entre la prosperidad ligeramente culpable de los cuarenta, cuando se enriquecieron por su neutralidad en la guerra mundial, y la de los setenta, donde se beneficiaron de su equidistancia en la Guerra Fr¨ªa. Y de ABBA. Tras una encarnizada disputa, se impone el ritmo de Dancing Queen.
El dilema inverso atraviesa a las naciones del Este. ?Cu¨¢l es la d¨¦cada menos mala del p¨¦simo siglo XX, dividido entre las estrecheces del comunismo y las desigualdades del capitalismo? Y, aun as¨ª, esas terribles d¨¦cadas pasadas son mejores que un presente desde el que rumanos o b¨²lgaros solo ven las ruinas del futuro.
Pero, con Espa?a, Gospod¨ªnov no duda. Retornar¨ªamos a los ochenta. Con su movida colorida tras la par¨¢lisis gris¨¢cea del franquismo, su entrada en Europa y su ventana de oportunidades infinita, de la cultura del pelotazo a la de los estudios universitarios para los hijos e hijas de familias trabajadoras.
Cierro el libro, cambio de emisora en el dial, ojeo reels en las redes, y en todo resuena el pop rock y la est¨¦tica de los ochenta. Y pienso que Gospod¨ªnov, desde la biblioteca de Manhattan o el piso del mar Negro donde escribe, ha identificado bien el esp¨ªritu temporal de Espa?a. El 7 de septiembre de 1981 es nuestro aniversario.