Gueorgui Gospod¨ªnov, ganador del Premio Booker Internacional: ¡°La gran tragedia no es la muerte, sino el proceso de envejecimiento¡±
El escritor b¨²lgaro visita la Feria del Libro de Madrid para firmar ejemplares de su novela ¡®Las tempest¨¢lidas¡¯, sobre la obsesi¨®n de vivir en el pasado en una ¨¦poca en la que el futuro ha sido abolido
¡°As¨ª ol¨ªa Madrid, a cerveza y orina, y es innegable que en ese olor hab¨ªa alegr¨ªa¡±. As¨ª se refiere a la capital espa?ola, en los felices a?os ochenta, el escritor b¨²lgaro de 55 a?os Gueorgui Gospod¨ªnov dentro de su novela Las tempest¨¢lidas (Fulgencio Pimentel). Dice que Madrid es un buen lugar para vivir una segunda juventud. Ahora el autor visita la ciudad en pleno siglo XXI para firmar su novela, reci¨¦n galardonada con el prestigioso Premio Booker Internacional, en la Feria del Libro. El pasado domingo en el parque del Retiro, entre casetas y gent¨ªos, no ol¨ªa a meado y birra, sino a primavera; pero hab¨ªa alegr¨ªa en una ma?ana tocada por el sol y la literatura. Alegr¨ªa, s¨ª, pero la justa.
Curiosamente, por estas fechas se celebra otra feria del libro en Sof¨ªa, la capital b¨²lgara, y all¨ª tambi¨¦n compareci¨® Gospod¨ªnov, con su flamante premio bajo el brazo, firmando la novela, con tanta afluencia de p¨²blico que, seg¨²n relata la traductora Mar¨ªa V¨²tova, tuvo que presentarse la polic¨ªa para disolver la cola cuando la feria cerraba sus puertas y los seguidores no cejaban en su empe?o de recibir la r¨²brica.
Las tempest¨¢lidas es un neologismo acu?ado por la editorial, regentada por C¨¦sar S¨¢nchez, para adaptar lo que en ingl¨¦s se titul¨® Time Shelter, algo as¨ª como ¡°refugio temporal¡± o ¡°cronorrefugio¡±. ¡°Eso sonaba a novela de ciencia ficci¨®n, y no es exactamente eso¡±, explica el editor. El t¨ªtulo en castellano suena a tempestad, o a cris¨¢lida: el argumento de la novela gira en torno a un personaje, Gaus¨ªn, que crea una especie de cl¨ªnica para gente que pierde la memoria donde se reproducen, en diferentes habitaciones, diferentes d¨¦cadas de la historia: los a?os sesenta, los ochenta, etc. ¡°La p¨¦rdida de la memoria es uno de los miedos que m¨¢s me afectan, que m¨¢s afectan a la sociedad, por eso escribo sobre ello. Supongo que es un miedo que ir¨¢ aumentando y ser¨¢ cada vez m¨¢s fuerte en sociedades cada vez m¨¢s envejecidas, en las que queremos ser cada vez m¨¢s longevos¡±, dice Gospod¨ªnov, sentado en un parque del Retiro. ¡°El precio de todo esto es la memoria¡±.
As¨ª, los afectados de desmemoria, de alzh¨¦imer, de demencia, pueden en la novela vivir en un confortable pasado. La idea tiene tanto ¨¦xito que las personas sanas tambi¨¦n demandan esos pasados y la cosa sobrepasa los l¨ªmites de la cl¨ªnica y se forman poblados, ciudades y hasta pa¨ªses enteros que viven en otro momento temporal. Se acaba por celebrar un refer¨¦ndum en Europa en el que cada pa¨ªs tiene que elegir el momento hist¨®rico en el que desea vivir, lo que acaba provocando algo as¨ª como un nuevo conflicto mundial. ¡°Con la actual guerra en Europa vemos que el sistema inmune contra la barbarie tiene agujeros¡±, dice el autor. ¡°Y puede llevarnos a un punto similar a la Segunda Guerra Mundial, como si Putin hubiese decidido batallar en una d¨¦cada pasada, la de los cuarenta¡å.
Las tempest¨¢lidas es una novela extra?a, fragmentaria, desestructurada, dicen que rara, que gira en torno al miedo a un futuro abolido, a la memoria, a la nostalgia. ¡°Mis tres novelas son raras, no lineales, no son como un tren que sale de un punto A y llega a un punto B¡±, explica el b¨²lgaro. ¡°Tienen muchos pasillos laterales, y a veces, el autor se detiene en uno de esos pasillos y empieza a hablar con el lector¡±. Con esa estructura ca¨®tica trata Gospod¨ªnov de recrear el car¨¢cter no lineal del pensamiento: el g¨¦nero de la novela es hoy en d¨ªa un caj¨®n muy flexible donde albergar diversos tipos de creaciones narrativas.
El tema de la Feria del Libro de este a?o es la ciencia, por eso es una bonita casualidad que esta se infiltre continuamente en la obra de Gospod¨ªnov. Si esta novela tiene que ver con el tiempo y lo neurol¨®gico, las anteriores est¨¢n relacionadas con la f¨ªsica (F¨ªsica de la tristeza) y la historia natural (Novela natural, ambas publicadas por Fulgencio Pimentel). ¡°Siempre he pensado que la literatura puede echarle una mano a la ciencia¡±, explica el autor, que no tiene inconveniente en detenerse, ponerse la mano en el ment¨®n, enfocar su mirada azul al suelo del parque y tomarse unos segundos para pensar las respuestas.
La gran tragedia del envejecimiento
¡°La gran tragedia no es la muerte, la gran tragedia sobre la que nadie escribe odas es el proceso de envejecimiento¡±, sentencia, ¡°por eso tengo un di¨¢logo con el paso del tiempo: creo que narrando las cosas lo ralentizamos. El tiempo se distrae si nos ponemos a contarle algo¡±. Tanto le obsesiona el tiempo que ya a los 10 a?os escrib¨ªa poemas sobre envejecer. Los mayores le re?¨ªan: un ni?o tan peque?o no deb¨ªa ocuparse en esas cosas. ¡°Pero a los ni?os les interesa la muerte¡±, dice.
?Ayudan las redes sociales a dejar constancia de cada d¨ªa y as¨ª ralentizar el tiempo? ¡°Eso es una memoria externa¡±, piensa el escritor, ¡°creo que son parte de camino hacia el olvido¡±. Y evoca los di¨¢logos de Plat¨®n (se refiere al Fedro), donde se considera que el verbo por escrito puede perjudicar a la memoria, por fomentar su abandono. Tambi¨¦n recuerda una apor¨ªa de Zen¨®n: si una flecha est¨¢ quieta en cada instante durante su movimiento, el movimiento no existe. Si anot¨¢semos cada instante del tiempo, el tiempo se detendr¨ªa. Quiz¨¢s por eso dejamos constancia de cada momento en las redes. Son especulaciones.
Gospod¨ªnov naci¨® en la Bulgaria comunista y en su libro habla de cierta nostalgia del comunismo entre la juventud, que lo entiende como un lifestyle (un estilo de vida). ¡°Hay ciertos traficantes que venden un pasado falso, ficticio, no elaborado; son pol¨ªticos populistas que intentan reavivar un nacionalismo ligado al comunismo, siempre entremezclados¡±, explica el autor. Por eso tantos pa¨ªses eligen los a?os ochenta como un buen lugar donde vivir: en Espa?a se acababa una dictadura, en Bulgaria y los pa¨ªses del este, el totalitarismo. Sin embargo, Gospod¨ªnov elegir¨ªa pasar una tarde en 1968: ¡°Fue el a?o en el que nac¨ª, mis padres eran j¨®venes, todo el mundo era joven, hasta Mick Jagger¡±. ¡°Pero ser¨ªa diferente a lo esperado, porque nadie es consciente de que vive un momento hist¨®rico hasta que no ha pasado el tiempo¡±, a?ade. En el libro aparece un personaje al que le gustar¨ªa tener 12 a?os en cada una de las d¨¦cadas.
Los extremos de Europa
Entender lo que une a Bulgaria y a Espa?a, dos pa¨ªses en los extremos opuestos de Europa, podr¨ªa ser entender la esencia, lo que nos hace ser europeos. El escritor ve precisamente similitudes en ese pasado dictatorial y la posterior apertura. ¡°Creo que tanto en Bulgaria como en Espa?a hay tristeza acumulada, en Bulgaria no ha sido narrada, y eso es peligroso¡±, dice el autor. Hay una diferencia entre ambos pa¨ªses: en el suyo hay un anhelo m¨¢s grande por Europa, antes inaccesible, tras el Tel¨®n de Acero. Los padres de Gospod¨ªnov no pod¨ªan viajar a Londres, a Par¨ªs, a Madrid. Es curioso: en la novela habla de la aceptaci¨®n que ten¨ªan las pel¨ªculas del ¡°destape¡± espa?ol en su pa¨ªs, como forma de esparcimiento er¨®tico que cruzaba todo el continente.
¡°Los tiempos anodinos son m¨¢s f¨¢ciles de habitar¡±, se lee en la novela. Habla Gospod¨ªnov de futurofobia, de ese futuro abolido tan propio de esta ¨¦poca en la que el cat¨¢logo de fines del mundo es diverso y parecemos chocarnos con un muro. Intenta analizar las razones por las que el pasado nos inunda como una riada tan f¨¢cilmente, por qu¨¦ nos embarga la nostalgia. ¡°Eso tiene que ver con el d¨¦ficit de futuro¡±, explica. Antes sol¨ªa decir que el futuro estaba cancelado, pero una madre de un ni?o peque?o le rog¨® que, por favor, dejara alg¨²n hueco para la esperanza. As¨ª que desde entonces prefiere hablar de un futuro aplazado. ¡°Como los vuelos en los aeropuertos¡±, explica. ?Es posible vivir sin una idea de futuro asegurado? ¡°Esa es la gran pregunta¡±, agrega, ¡°creo que es muy dif¨ªcil. En realidad, el futuro no es un lugar, nunca viviremos en el futuro, siempre estar¨¢ m¨¢s all¨¢. Pero es necesario disponer de esa perspectiva¡±.
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