Negacionismo progresista
En la Cumbre de la Amazonia, el colombiano Petro conquist¨® el protagonismo y demostr¨® la incoherencia de la izquierda que Lula representa
El pa¨ªs era Brasil, el anfitri¨®n Luiz In¨¢cio Lula da Silva, pero el centro de las atenciones fue Gustavo Petro, de Colombia: ¡°[Los gobiernos de] derecha tienen una salida f¨¢cil, que es el negacionismo. Niegan la ciencia. Para los progresistas es muy dif¨ªcil. Entonces genera otro tipo de negacionismo: hablar de transiciones¡±, afirm¨® en la Cumbre de la Amazonia, en los d¨ªas 8 y 9 de este mes. Petro se refer¨ªa al discurso de la ¡°transici¨®n energ¨¦tica¡±, que utilizan gobiernos como el de Lula para justificar que se sigan explotando los combustibles f¨®siles. El colombiano intent¨® convencer a sus hom¨®logos de que pactaran el fin de la exploraci¨®n de petr¨®leo en la Amazonia, pero se qued¨® solo. Su aislamiento puso de manifiesto la incapacidad de la izquierda que Lula representa para hacer frente a los desaf¨ªos de un planeta en mutaci¨®n clim¨¢tica.
Al se?alar que el negacionismo progresista se articulaba bajo el escudo supuestamente responsable de la transici¨®n energ¨¦tica, el presidente colombiano afirm¨® que era un ¡°disparate total¡± hablar de emergencia clim¨¢tica y seguir prospectando combustibles f¨®siles. La coherencia del discurso puso de manifiesto el dilema de Lula y Brasil. Hasta finales del a?o pasado, el pa¨ªs estaba gobernado por Jair Bolsonaro, un extremista de derecha que incentivaba la destrucci¨®n de la selva y garantizaba impunidad a los deforestadores. Hoy, Brasil lo dirige Lula, un hombre de centroizquierda que forj¨® su carrera pol¨ªtica en el sindicalismo fabril. El petr¨®leo como gran fuente de riqueza para Brasil fue una verdad que se difundi¨® durante m¨¢s de medio siglo de propaganda nacionalista. Molde¨® el coraz¨®n y la mente de pol¨ªticos como Lula. La imagen que se convirti¨® en s¨ªmbolo de su segundo mandato, que concluy¨® en 2010, fueron las manos del presidente manchadas de petr¨®leo. Que 13 a?os despu¨¦s vuelva al poder con el petr¨®leo convertido en un villano es algo que incluso puede llegar a admitir en alg¨²n discurso pronunciado para reforzar su imagen de defensor de la Amazonia. Pero la idea de renunciar al petr¨®leo no le cabe en el cuerpo, ni en la mentalidad de gran parte de su partido.
Tanto es as¨ª que la exploraci¨®n de petr¨®leo en la cuenca de la desembocadura del r¨ªo Amazonas ha generado una gran escisi¨®n en el primer semestre del tercer mandato de Lula. El ministerio de Marina Silva, Medio Ambiente y Cambio Clim¨¢tico, suspendi¨® el proyecto de Petrobras, la estatal brasile?a de combustibles f¨®siles. Pero la mayor parte del Gobierno no lo encaj¨® bien. Ni siquiera el presidente. D¨ªas antes del inicio de la cumbre, Lula declar¨® en una entrevista que los habitantes de la Amazonia pod¨ªan ¡°seguir so?ando¡± con la exploraci¨®n de petr¨®leo.
El mundo acaba de vivir el mes de julio m¨¢s caluroso de la historia. Solo en los ¨²ltimos d¨ªas fen¨®menos extremos han generado cat¨¢strofes desde Haw¨¢i hasta China. Pero la izquierda que Lula representa cree que el ser humano sigue controlando el clima. En el documento final de la Cumbre de la Amazonia se utiliza cuatro veces la expresi¨®n ¡°punto sin retorno¡± para referirse al momento l¨ªmite al que est¨¢ llegando la selva a un ritmo acelerado. Sin embargo, en la cabeza de pol¨ªticos como Lula, podemos planear la transici¨®n energ¨¦tica mientras ¨¦l fomenta la compra de coches de combustibles f¨®siles e invita a los colegas a una parrillada de carne de buey de la Amazonia. Y, aun as¨ª, Lula es lo mejor que tenemos.
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