La importancia del mensaje

No dejo de pensar en Mar¨ªa. Mar¨ªa juega al f¨²tbol en un equipo local mixto, por edad, a¨²n puede. Est¨¢ perfectamente integrada, el equipo es una gran familia, ella es una m¨¢s. Se juega la final del torneo de su liga. Mar¨ªa marca y convierte a su equipo en campe¨®n. Lo celebra corriendo por la banda y sus compa?eros van hacia ella exultantes de la emoci¨®n. Se abrazan y varios de ellos cogen la cara de Mar¨ªa, la inmovilizan con sus manos, le plantan un beso en la boca y le dan un cachete en el culo. ?Por qu¨¦? Porque pueden. Porque es la forma, socialmente aceptada, con la que los hombres celebran ...

No dejo de pensar en Mar¨ªa. Mar¨ªa juega al f¨²tbol en un equipo local mixto, por edad, a¨²n puede. Est¨¢ perfectamente integrada, el equipo es una gran familia, ella es una m¨¢s. Se juega la final del torneo de su liga. Mar¨ªa marca y convierte a su equipo en campe¨®n. Lo celebra corriendo por la banda y sus compa?eros van hacia ella exultantes de la emoci¨®n. Se abrazan y varios de ellos cogen la cara de Mar¨ªa, la inmovilizan con sus manos, le plantan un beso en la boca y le dan un cachete en el culo. ?Por qu¨¦? Porque pueden. Porque es la forma, socialmente aceptada, con la que los hombres celebran los triunfos de las mujeres. Si lo perpetrado el pasado domingo por Luis Rubiales, el presidente de la Real Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol, no tiene consecuencias graves, el mensaje que este gesto env¨ªa a nuestros ni?os y j¨®venes ser¨¢ claro: chicos, ellas pueden jugar al f¨²tbol, incluso mejor que vosotros, pero su cuerpo a¨²n os pertenece.

Sara Paz Su¨¢rez. Los Campos (Asturias)

Ser madre

Quiz¨¢ lleve m¨¢s de 20 minutos mirando embobada el punto de cruz del babero de mi hija reci¨¦n nacida. Quiz¨¢ haya llorado en este rato y no lo he percibido. Me cuesta percibir ciertas cosas en estos momentos tan extremos. De los que nadie habla, por cierto. Hablo de los de las tres de la ma?ana, el pecho dolorido, el ni?o con hambre, un mal agarre, el pelo sucio, las s¨¢banas manchadas de sangre, todo por medio y un nudo enorme en la garganta que no te explicas. Ojal¨¢ las mujeres dej¨¢semos de intentar cubrir la naturalidad y crudeza de la maternidad para hacer visible la dureza y crueldad que tiene, como si eso hiciese querer menos a tu hijo. Maternar ser¨¢ lo m¨¢s generoso, bonito y salvaje que haga nunca, pero eso no quiere decir que, en ocasiones, no sea una aut¨¦ntica mierda.

Carla Mart¨ªnez Almansa. Pinto (Madrid)

Mucho camino por recorrer

Todas somos ganadoras del Mundial de f¨²tbol; s¨ª, todas. Felicito a las jugadoras y les agradezco lo que han hecho por nosotras. No solo hemos ganado una copa; hemos dado un paso m¨¢s hacia una normalidad a¨²n muy lejana. L¨¢stima que mi escrito no est¨¦ ¨ªntegramente dedicado a ellas, a nosotras. Una vez m¨¢s, tenemos que lamentar el gesto de un se?or que no es capaz de entender que lo que ha hecho no es correcto, pero lo que m¨¢s preocupa es que, como ¨¦l, a¨²n demasiada gente resta importancia a estos gestos. Lamentablemente, queda mucho camino por recorrer. Un se?or que act¨²a as¨ª, tanto en el palco como en el campo, no puede representarnos. Tengo la esperanza que la federaci¨®n de f¨²tbol reflexione y cese a esta persona; creo que ser¨ªa un buen mensaje para la sociedad, otro paso adelante.

Elena V¨¢zquez Losada. Barcelona

Leer a Sartre

Nuestro premio Nobel Mario Vargas Llosa nos recuerda que leer a Sartre debiera ser de obligado cumplimiento. Tengo 86 a?os, y en la mesita que tengo junto a mi sill¨®n de trabajo est¨¢n sus obras publicadas por Losada, hace qu¨¦ s¨¦ yo los a?os. La ¨²ltima de las obras rele¨ªdas es La mujerzuela respetuosa. ?Volveremos a verla alg¨²n d¨ªa en Espa?a? Sartre es insuperable.

Manuel Mart¨ªnez Mediero. Badajoz