Por qu¨¦ el beso no consentido de Rubiales roba protagonismo a la victoria de las campeonas
El gesto del presidente de la federaci¨®n a la jugadora Jenni Hermoso eclips¨® un momento hist¨®rico del deporte espa?ol con una catarata de reacciones en redes sociales
Ni un beso es solo un beso ni un nosotros es un nosotros cuando el beso lo planta el presidente de la Real Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol a una jugadora de la selecci¨®n al recoger su medalla como campeona del mundo y el nosotros lo dice el entrenador de esa selecci¨®n para explicar c¨®mo se siente justo despu¨¦s de que acabe el partido, la final del Mundial femenino: ¡°Somos campeones del Mundo¡±. El masculino gen¨¦rico que us¨® hace unas horas Jorge Vilda y el beso no consentido de Luis Rubiales a la n¨²mero 10, Jenni Hermoso, son reflejo de c¨®mo las jugadoras se enfrentan al machismo de algunos hombres incluso en un momento hist¨®rico al que llegaron por su trabajo, talento y esfuerzo; y a pesar de todas las turbulencias que han atravesado en los ¨²ltimos a?os y las desigualdades que permanecen, en sueldos, en condiciones, en recursos.
Hubo m¨¢s. La cronolog¨ªa fue la siguiente.
M¨¢s de 75.000 personas en el Accor Stadium de S¨ªdney, en Australia; casi nueve millones de espectadores solo en Espa?a frente a la televisi¨®n; la selecci¨®n se convierte en campeona del Mundo. En el palco, junto a la infanta Sof¨ªa y la reina Letizia, el presidente de la Real Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol lo celebra agarr¨¢ndose los test¨ªculos con la mano derecha en ese gesto tan visual y tan repetido por tantos hombres tantas veces que parece querer decir ¡°aqu¨ª estoy yo¡±.
Fuera del campo, el entrenador de la selecci¨®n da declaraciones a los medios de comunicaci¨®n: ¡°Somos campeones del mundo¡±, ¡°nosotros¡±, ¡°esto es de todos para todos¡±, Tori Penso es ¡°el ¨¢rbitro¡±. El piloto autom¨¢tico del lenguaje patriarcal que funciona, incluso, a pesar de la realidad.
En el centro del campo, a los 15 minutos, en la ceremonia para recoger las medallas y la copa, a las jugadoras las recibe la Reina, la Infanta, Gianni Infantino, el presidente de la FIFA, y Rubiales. Cuando Jennifer Hermoso llega hasta Rubiales, ¨¦l primero la abraza, luego se separa, le coloca las manos a ambos lados de la cabeza, sujet¨¢ndola, y le da un beso en la boca.
Ya en vestuarios, ellas celebran. Hermoso retransmite en directo por su cuenta de Instagram. Habla del beso: ¡°Pero ?qu¨¦ hago yo? M¨ªrame, m¨ªrame. No me ha gustado, ?eh?¡±. En medio de esa celebraci¨®n llega Rubiales. Se ve a trav¨¦s del directo, tambi¨¦n en Instagram, de Salma Paralluelo. El presidente de la RFEF coge a Hermoso por el hombro, la cadera de ella se inclina ligeramente hacia el lado contrario, separ¨¢ndose; ¨¦l insiste en seguir la broma: les promete un viaje a Ibiza y all¨ª, dice, ¡°celebraremos la boda de Jenni y Luis Rubiales¡±.
La imagen del beso y el v¨ªdeo de Hermoso en vestuarios est¨¢ dando la vuelta al mundo, solo entonces la RFEF env¨ªa un comunicado a la agencia EFE con declaraciones de Hermoso recogidas por la propia RFEF: ¡°Ha sido un gesto mutuo totalmente espont¨¢neo por la alegr¨ªa inmensa que da ganar un Mundial. El presi y yo tenemos una gran relaci¨®n, su comportamiento con todas nosotras ha sido de diez y fue un gesto natural de cari?o y agradecimiento¡±.
Del ¡°pero ?qu¨¦ hago yo?¡± que dice Hermoso en su v¨ªdeo al ¡°gesto mutuo totalmente espont¨¢neo¡± que dice la federaci¨®n que dice Hermoso pasan apenas unas horas.
Rubiales tambi¨¦n habla a distintos medios, entre ellos Marca y la Cope: que fue una ¡°gilipollez¡±, que fue ¡°un pico de dos amigos celebrando algo¡±, que quienes critican el beso son ¡°pringaos que no saben ver lo positivo¡±, que no hay que hacer caso ¡°de los idiotas y de los est¨²pidos¡±, y que, despu¨¦s de esa victoria, ¡°m¨¢s gilipolleces y tontos del culo, no¡±.
Est¨¢ hablando de quienes vieron en su beso las implicaciones y el contexto. Jenni Hermoso, tambi¨¦n en esa cadena de radio, afirm¨® que ¡°no hay nada m¨¢s all¨¢ y que se va a quedar en una an¨¦cdota¡±, que son ¡°campeonas con una estrella bajo el pecho¡±. ?Qu¨¦ se espera que haga o diga una jugadora de la selecci¨®n justo despu¨¦s de ganar el Mundial recogiendo su medalla en un escenario en el centro de un estadio con medios de comunicaci¨®n de todo el mundo enfocando, el presidente de la FIFA, la Reina y la Infanta al lado, cuando el presidente de la federaci¨®n de su pa¨ªs le planta un beso en la boca?
Rubiales pidi¨® perd¨®n horas despu¨¦s en una suerte de disculpas a medias en las que hizo alusi¨®n a c¨®mo se hab¨ªa ¡°empa?ado¡± el momento. No lo arruina quien lo se?ala, sino quien lo perpetra, y el hecho objetivo es que fue el propio Rubiales quien manch¨® esa victoria hist¨®rica, tambi¨¦n para la federaci¨®n a la que representa. Que es, adem¨¢s, la que resta importancia a gestos y actos que remiten no solo a una absoluta falta de respeto, sino a la cultura de la violaci¨®n: las creencias, estereotipos y conductas que alimentan la idea de que las mujeres, y por lo tanto sus cuerpos, son propiedad del hombre.
La idea de que Rubiales pudiera besar en la boca a Hermoso sin plantearse que pudiera pasar algo por hacerlo, sin plantearse c¨®mo pod¨ªa sentirse ella y cu¨¢l era su voluntad es sintom¨¢tica de la falta de cultura del consentimiento. La efusividad y la emoci¨®n del momento de la que hablan algunos medios, el ¡°bueno, no es para tanto¡± es en realidad no saber d¨®nde est¨¢ el l¨ªmite porque, para algunos hombres, esos l¨ªmites no existen. Y hacerlo delante de millones de personas en el epicentro mundial del deporte como lo era ayer el Accor Stadium es la visibilizaci¨®n de hasta qu¨¦ punto esa cultura de la violaci¨®n est¨¢ inserta y se ejerce con ligereza, y con impunidad.
Irene Montero, ministra de Igualdad en funciones, public¨® anoche en su cuenta de Twitter: ¡°No demos por hecho que dar un beso sin consentimiento es algo ¡°que pasa¡±. Es una forma de violencia sexual que sufrimos las mujeres de forma cotidiana y hasta ahora invisible, y que no podemos normalizar. Es tarea de toda la sociedad. El consentimiento en el centro. Solo s¨ª es s¨ª¡±. Ione Belarra, la ministra de Derechos Sociales, la reposte¨®: ¡°Lo que todas pensamos, si hacen eso con toda Espa?a mirando, qu¨¦ no har¨¢n en privado. La violencia sexual contra las mujeres tiene que terminar. Un abrazo a las CampeonAs!¡±.
La violencia sexual a la que se refieren las ministras es la que recoge la Ley de Libertad Sexual como ¡°cualquier acto que atente contra la libertad sexual de otra persona sin su consentimiento¡±; y, ¡°en todo caso¡±, ¡°se consideran agresi¨®n sexual los actos de contenido sexual que se realicen empleando¡±, entre otras cuestiones, ¡°abuso de una situaci¨®n de superioridad¡±.
Tambi¨¦n la Ley del Deporte establece la obligatoriedad de que las federaciones y las ligas profesionales cuenten ¡°con un protocolo de prevenci¨®n y actuaci¨®n¡± para situaciones como esta, que ¡°deber¨¢ ponerse en conocimiento del organismo sancionador dependiente del Consejo Superior de Deportes cualquier actuaci¨®n que pueda ser considerada discriminaci¨®n, abuso o acoso sexual y/o acoso por raz¨®n de sexo o autoridad, para ser sancionada como falta grave¡±. Las consecuencias, de haber ocurrido en Espa?a, van desde una amonestaci¨®n p¨²blica, hasta una multa de entre 600 y 3.000 euros o la inhabilitaci¨®n para ocupar cargos en la entidad deportiva por un periodo comprendido entre un mes y dos a?os.
La espa?ola es la ¨²nica selecci¨®n hasta ahora campeona del mundo sub-17, sub-20 y absoluta, de forma simult¨¢nea. Han levantado esos trofeos en menos de un a?o, de agosto de 2022 a agosto de 2023. La victoria de anoche no fue solo deportiva sino tambi¨¦n social, simb¨®lica por su difusi¨®n, su retransmisi¨®n, su seguimiento y todo lo que ello implica para la igualdad en el deporte y los referentes para ni?os y ni?as de todo el mundo. Pero ni siquiera as¨ª, ni siquiera anoche, con la Copa del Mundo en la mano, son solo campeonas del mundo, sino mujeres vistas por hombres desde una perspectiva patriarcal en la que ellos, sea hablando en masculino o dando un beso que nadie ha pedido, necesitan ejercer lo que ellos entienden que es su cuota de poder.
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