As¨ª ser¨¢ el primer robot consciente
Ninguna m¨¢quina actual tiene una mente, pero no existen barreras t¨¦cnicas para que lleguen a tenerla
Al menos desde 2001: una odisea del espacio, la pel¨ªcula que Arthur Clarke y Stanley Kubrick escribieron a cuatro manos en 1968, la ciencia ficci¨®n nos tiene tan acostumbrados a los robots conscientes que casi todos damos por hecho que eso no tiene m¨¢s remedio que ocurrir, o incluso que ha ocurrido ya. Lo cierto es que las odiseas espaciales de 2023 ...
Al menos desde 2001: una odisea del espacio, la pel¨ªcula que Arthur Clarke y Stanley Kubrick escribieron a cuatro manos en 1968, la ciencia ficci¨®n nos tiene tan acostumbrados a los robots conscientes que casi todos damos por hecho que eso no tiene m¨¢s remedio que ocurrir, o incluso que ha ocurrido ya. Lo cierto es que las odiseas espaciales de 2023 est¨¢n llegando a Marte o estamp¨¢ndose contra la Luna con la inestimable ayuda de la inteligencia artificial, pero seguimos estando muy, muy lejos de ver una m¨¢quina que tenga algo parecido a una mente.
ChatGPT, Bard y el resto de conversadores electr¨®nicos que han erizado el vello de los fil¨®sofos, los historiadores y hasta de los propios tecn¨®logos que los han creado generan un lenguaje indistinguible del habla humana, pero no entienden ni una sola palabra de lo que est¨¢n diciendo. Son charlatanes muy eficaces que han superado el test de Turing ¨Dle parecen humanos a un interlocutor humano¡ª, pero carecen por completo de consciencia, una facultad que seguramente poseen hasta las cucarachas. Son un prodigio de la ingenier¨ªa, pero se quedan muy cortos en comparaci¨®n con la biolog¨ªa. Un siglo de computaci¨®n no puede alcanzar a 4.000 millones de a?os de evoluci¨®n.
El fil¨®sofo Peter Singer es el principal impulsor del animalismo, la extraordinaria idea de que al menos los grandes monos ¨Dchimpanc¨¦s, gorilas, orangutanes¡ª son titulares de ciertos derechos humanos, como el derecho a la vida y a no sufrir torturas. A finales del siglo pasado, le pregunt¨¦ si un ordenador consciente deber¨ªa tener derechos humanos, y para mi sorpresa me dijo que s¨ª. El a?o pasado, se reafirm¨® en que las m¨¢quinas deber¨¢n disfrutar alg¨²n d¨ªa de esos derechos, aunque a?adi¨® enseguida: ¡°Seguimos sin ver perspectivas de una m¨¢quina consciente, una capaz de sufrir y de disfrutar de la vida¡±. La computadora HAL concebida por Clarke y Kubrick, que de puro consciente desarroll¨® hasta una psicosis, sigue sin saltar a la estanter¨ªa de no ficci¨®n.
Sin embargo, hay que ser muy chauvinista de la especie humana para considerar imposible que las m¨¢quinas lleguen a tener consciencia. No hay nada m¨ªstico en la biolog¨ªa. Nuestra mente no es m¨¢s que un trozo de cuerpo, y como cualquier otro trozo de cuerpo consiste en un conjunto de ¨¢tomos, mol¨¦culas, informaci¨®n gen¨¦tica y grupos celulares organizados seg¨²n unos principios tan mecanicistas como los circuitos de un computador. Si fuera imposible que los robots alcancen la consciencia, tambi¨¦n lo ser¨ªa que la alcancemos nosotros.
Entonces, ?c¨®mo sabremos que un robot ha alcanzado la consciencia? Un grupo de 19 fil¨®sofos, neurocient¨ªficos e ingenieros de la computaci¨®n han debatido a fondo la cuesti¨®n y han publicado un documento de 120 p¨¢ginas con sus conclusiones. No proponen una actualizaci¨®n del test de Turing, sino una lista de 14 criterios que la m¨¢quina deber¨ªa superar para que la podamos considerar una mente consciente. Al aplicar esos 14 criterios a los sistemas actuales m¨¢s avanzados, concluyen que ninguno de ellos es consciente, pero tambi¨¦n que no hay ninguna barrera t¨¦cnica para que lleguen a serlo. Los chauvinistas deber¨ªan leer estas cosas antes de inventarse imposibilidades en el cuarto de ba?o.