IA, inteligencia alien¨ªgena
ChatGPT y los sistemas basados en modelos de lenguaje son solo una peque?a pieza del proyecto general de la inteligencia artificial, que es dise?ar sistemas que puedan razonar, planear y resolver problemas
En una pel¨ªcula de serie B, la crisis sociol¨®gica generada por ChatGPT se resolver¨ªa cuando el polic¨ªa descubriera que hay un marciano dentro de la m¨¢quina. Si la cinta fuera de serie A, el polic¨ªa se enamorar¨ªa de la m¨¢quina, tal y como predice la investigadora Kate Darling. Pero en ambos casos estar¨ªamos tratando con una inteligencia alien¨ªgena, por llamar as¨ª a una mente no humana. Los mejores escritores de ciencia ficci¨®n han especulado de vez en cuando con este vertiginoso concepto. ?Hay solo una forma de inteligencia o muchas, tal vez infinitas? Incluso la aguda imaginaci¨®n de esa tropa se ha quedado muy corta en este cap¨ªtulo. Los marcianos de la ficci¨®n no solo suelen tener dos brazos y dos piernas, sino tambi¨¦n algo muy parecido a un cerebro humano. Y mientras siga sin aparecer ET, no vamos a resolver la cuesti¨®n.
Pero ahora tenemos ChatGPT y otra media docena de sistemas similares basados en los llamados modelos grandes de lenguaje (large language models, LLM). Aunque estos modelos se inspiran vagamente en el cerebro humano, lo cierto es que funcionan de una forma muy distinta. Un beb¨¦ no necesita tragarse un bill¨®n de fotos de gatos para aprender a reconocer un gato, pero as¨ª es justo como funciona el aprendizaje de m¨¢quina que hace furor en nuestros d¨ªas. Los modelos de lenguaje no tragan im¨¢genes, sino textos, registrando obsesivamente qu¨¦ palabras suelen aparecer cerca de qu¨¦ otras. Su forma de construir frases no se basa en aprender conceptos ni reglas gramaticales. Es m¨¢s bien un ejercicio de fuerza estad¨ªstica. ChatGPT no entiende el concepto de verbo, pero lo usa correctamente porque ve c¨®mo lo usamos los terr¨ªcolas de carne y nervio, y solo con eso le salen bien las frases. Pero la m¨¢quina no sabe lo que est¨¢ diciendo (y no, no voy a hacer el chiste obvio del tertuliano).
Pero ahora f¨ªjate en dos cosas. La primera es que los datos crudos con los que nuestro cerebro construye un modelo interior del mundo no son mucho m¨¢s brillantes que los que usa el robot. Abrimos los ojos y vemos lo que hay delante con tal facilidad que no pensamos en el monumental problema de ingenier¨ªa natural que eso supone. En sentido estricto, lo ¨²nico que vemos son l¨ªneas de distintas orientaciones. Es nuestro cerebro visual quien abstrae esas l¨ªneas en ¨¢ngulos, pol¨ªgonos, poliedros y una gram¨¢tica de las formas que nos permite entender la escena que tenemos delante. No podemos descartar a la ligera que la m¨¢quina pueda formar algo similar a un concepto pese a que su material de partida sea tan modesto como la cercan¨ªa entre palabras.
La segunda cosa es que estos modelos de lenguaje son solo una peque?a pieza del proyecto general de la inteligencia artificial, que es dise?ar sistemas que puedan razonar, planear y resolver problemas. Parad¨®jicamente, esto va a implicar que los ingenieros resuciten los enfoques antiguos de la disciplina, que se basaban en ense?ar reglas y s¨ªmbolos al robot, en lugar de hacerle engullir la Wikipedia y la Biblioteca Nacional antes del desayuno. El historiador Yuval Noah Harari cree que ChatGPT es una amenaza para la civilizaci¨®n. Todav¨ªa no ha visto nada.
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