Desconfianza en Fukushima
Los vertidos al Pac¨ªfico de agua radiactiva de la accidentada central nuclear japonesa despiertan comprensibles recelos
Las secuelas del desastre nuclear de Fukishima siguen levantando controversia. El Gobierno de Jap¨®n ha comenzado el vertido de 1,34 millones de toneladas de agua radiactiva depurada al oc¨¦ano Pac¨ªfico procedentes de la planta nuclear de Fukushima Daiichi, donde prosiguen la demolici¨®n y la descontaminaci¨®n del complejo nuclear arrasado en 2011 a causa de un terremoto que alcanz¨® 9,1 puntos en la escala de Richter y dio lugar a un tsunami de 15 metros de altura. El agua devast¨® la planta y caus¨® 18.500 v¨ªctimas. Una tr¨¢gica combinaci¨®n de exceso de confianza de la compa?¨ªa Tokyo Electric Power (TEPCO), diversos fallos humanos y graves defectos en los sistemas de seguridad provocaron la fusi¨®n del n¨²cleo de tres de los seis reactores del complejo nuclear.
El agua utilizada en la refrigeraci¨®n de los restos se ha ido almacenando en tanques de acero que acumulan el equivalente a 500 piscinas ol¨ªmpicas, pero ya no queda espacio. Aunque el agua almacenada haya sido tratada para eliminar los elementos radiactivos, todav¨ªa contiene tritio, un is¨®topo de hidr¨®geno muy dif¨ªcil de separar. Ahora ha comenzado a bombearse al oc¨¦ano con una concentraci¨®n de tritio 40 veces inferior a la permitida, seg¨²n la compa?¨ªa, a trav¨¦s de un t¨²nel submarino de un kil¨®metro. Est¨¢ previsto realizar controles ambientales tras los primeros vertidos, que se prolongar¨¢n a lo largo de d¨¦cadas a un ritmo m¨¢ximo de 500.000 litros diarios.
Al pol¨¦mico proceso de retirada del combustible nuclear fundido se a?ade ahora el problema del vertido del agua, que fue aprobado por el Gobierno hace dos a?os como parte del plan de desmantelamiento y cuenta con la aprobaci¨®n del Organismo Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica (OIEA) de Naciones Unidas. Este organismo considera que el nivel de concentraci¨®n del is¨®topo radiactivo es muy bajo, y las descargas ¡°graduales y controladas¡± tendr¨¢n un impacto ¡°insignificante¡± sobre el medio ambiente y las personas. Sin embargo, organizaciones ecologistas, gran parte de la poblaci¨®n, el sector pesquero y varios de los pa¨ªses vecinos, entre ellos China, han expresado su oposici¨®n al vertido.
La desconfianza tiene su raz¨®n de ser. A lo largo de la grave crisis desencadenada por el accidente, tanto el Gobierno como la compa?¨ªa han ocultado informaci¨®n y maquillado los datos en varias ocasiones. TEPCO tard¨® en reconocer, por ejemplo, que se hab¨ªa producido la fusi¨®n de los n¨²cleos de tres reactores y en 2018 tuvo que admitir que el 70% del agua utilizada para enfriar los restos conten¨ªa m¨¢s elementos radiactivos de los declarados. En materia de seguridad nuclear, la confianza es fundamental y esta depende de la credibilidad de los datos y de la transparencia de las fuentes, algo en lo que, tanto el Gobierno como la empresa, han fallado.
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