Mi verano con un asesino

A muchos nos ha pasado que durante un viaje se nos enganche alg¨²n pesado. Por lo general, suele tratarse de un viajero solitario, algo megal¨®mano, en busca de compa?¨ªa y conversaci¨®n ¡ªla suya b¨¢sicamente¡ª. Los espec¨ªmenes m¨¢s densos pueden llegar hasta esperarnos cada ma?ana en la puerta del hotel, convirtiendo la estancia en una verdadera pesadilla de la que solo los m¨¢s expertos consiguen escapar. Pero ?qu¨¦ ocurrir¨ªa si a medida que van pasando los d¨ªas uno se da cuenta de que ese plomo veraniego es tambi¨¦n un asesino?

A finales de junio, Miriam y Yanis, dos turistas franceses veintea?eros de roadtrip por Catalu?a conocen a un tal Victor en una playa en Tarragona. Es belga y tiene unos 40 a?os. Les explica que est¨¢ viajando por Espa?a para mejorar su espa?ol. ¡°Un tipo un poco raro pero que no parec¨ªa peligroso¡±, cuenta @papeeyohn, la viajera francesa, en un hilo de Twitter titulado C¨®mo pas¨¦ cinco d¨ªas con un asesino a la fuga (a¨²n no me lo creo). ?l les dice que le gustar¨ªa tatuarse y Miriam, que es tatuadora, le propone hac¨¦rselo ella misma gratuitamente en el pueblo medieval de Montblanc, donde los franceses tienen su alojamiento.

Ante la incredulidad de los dos amigos, Victor decide por su cuenta instalarse con su tienda de campa?a en el jard¨ªn. Les propone actividades constantemente y les bombardea con todo tipo de cuentos: asegura haber sido bombero, maestro de escuela, fot¨®grafo y hasta campe¨®n de triatl¨®n. Les habla de sus hijos que ya no ve y que le odian, de sus conquistas pasadas, sin jam¨¢s mencionar a la madre de los ni?os. Incluso revela que ha estado un tiempo en la c¨¢rcel sin explicar bien el motivo. Miriam tiene un mal presentimiento. Yanis siente lo mismo. Ambos se dan cuenta de que cada vez hay m¨¢s indicios sospechosos.

Empiezan entonces a recopilar detalles curiosos: V¨ªctor solo paga en efectivo, no tiene tel¨¦fono m¨®vil ni correo electr¨®nico. M¨¢s llamativo a¨²n, d¨ªas antes, al evocar una an¨¦cdota, Yanis recuerda que Victor se llam¨® a s¨ª mismo Adrien, fingiendo un lapsus. ?Y si fuera un criminal a la fuga?, se pregunta el joven mientras teclea en Google: ¡°Adrien buscado belga¡±, sin cre¨¦rselo demasiado. Entonces aparece un art¨ªculo de prensa titulado: Adrien Rompen, condenado a 20 a?os de c¨¢rcel por el asesinato de su mujer, sigue huido despu¨¦s de 11 d¨ªas. La fotograf¨ªa que acompa?a el texto no deja lugar a duda: es ¨¦l. ¡°Victor¡± es en realidad un asesino que ha aprovechado un permiso para escaparse de prisi¨®n. Un machista sin ninguna empat¨ªa, como lo describieron los jueces que lo juzgaron en 2015, capaz de ahorcar, tirar por la escalera y golpear hasta la muerte a su mujer delante de su hija.

Los dos amigos se quedan l¨ªvidos. Han quedado con Victor esa misma tarde. ?A qu¨¦ se arriesgan si lo denuncian? ¡°Solo imaginar lo que nos pod¨ªa hacer para vengarse nos pon¨ªa de los nervios¡±, recuerda Miriam. Deciden llamar a la polic¨ªa y los agentes les ordenan mantener la cita: lo detendr¨¢n apenas llegue al lugar del encuentro. Al final, la operaci¨®n es un ¨¦xito.

¡°Para resumir esta historia, desconfiad de la gente que no conoc¨¦is. Este mundo est¨¢ lleno de locos¡±, escribe Miriam a modo de conclusi¨®n en un hilo que no tiene nada que envidiar a los mejores podcasts de true crime. Pese a haber pasado sin duda el peor verano de su vida, la tuitera no pierde el sentido del humor. ¡°Mi pr¨®xima misi¨®n ser¨¢ encontrar a Xavier Dupont de Ligonn¨¦s ¡ªpresunto asesino de su familia, es uno de los hombres m¨¢s buscados de Francia desde que se volatiliz¨® en 2011¡ª. Con mi karma negativo, seguro que me lo encuentro alg¨²n d¨ªa¡±.