As¨ª es (mal)vivir en 18 metros cuadrados
Algunas ciudades se est¨¢n llenando de espacios pr¨¢cticamente inhabitables por culpa de la especulaci¨®n inmobiliaria. La sociedad se vuelve de esta forma m¨¢s solitaria e individualista
Aunque no se lo crean, seg¨²n el portal Idealista, es posible alquilar un inmueble por menos de 500 euros en el centro de Madrid o de Valencia y por unos 600 en Barcelona. Eso s¨ª, olv¨ªdense de cualquier lujo, y con lujo me refiero a cualquier cosa que ocupe espacio, pues es m¨¢s que probable que la casa no supere los 20 metros cuadrados, 25 si est¨¢ de suerte. Entonces tendr¨¢ lavadora, la posibilidad de que la almohada no huela a comida o incluso c¨¦dula de habitabilidad. En esa web, los anuncios m¨¢s baratos rezan descripciones del tipo: ¡°Este estudio es unipersonal¡±, ¡°Solo j¨®venes estudiantes. ?Parejas no!, ?ni?os no!, ?animales no!¡± o ¡°Preparado para entrar a vivir con los muebles indispensables¡±. Ni uno m¨¢s, claro. En este ¨²ltimo anuncio, de una inmobiliaria, al menos eran sinceros y avisaban de que no es posible empadronarse por carecer de c¨¦dula de habitabilidad.
Algunos de quienes arriendan estos espacios para vivir se lo toman con humor, publican en sus redes sociales v¨ªdeos de la distribuci¨®n y la decoraci¨®n de sus diminutas casas y relatan c¨®mo es habitarlas. El usuario @davidporloscodos subi¨® hace unos meses a TikTok la cara que se le qued¨® a su amiga cuando entr¨® por primera vez en su piso de 18 metros cuadrados: completamente estupefacta durante m¨¢s de 20 segundos. Sus primeras palabras tras la sorpresa fueron: ¡°Eh, ?d¨®nde entran las cosas?¡±. ¡°Al menos tiene techos altos¡±, destac¨® al final, tratando de decirle algo positivo a su ilusionado amigo.
@davidporloscodos Mi amiga reacciona a mi piso de 18m2 en Madrid.
? sonido original - David
En esa red social tambi¨¦n hay perfiles de inmobiliarias ¡ªo de quienes las parodian¡ª. @inmosincero public¨® un v¨ªdeo en el que mostraba un piso de 25 metros cuadrados en Barcelona. ¡°?Piso diminuto!¡±, rezaba el primer sobret¨ªtulo y destacaba el estilo minimalista del apartamento, que ¡°pr¨¢cticamente no ten¨ªa humedad en el techo¡±. Con toda iron¨ªa, aseguraba que era indicado para ¡°personas que valoren mucho el espacio¡±. Otra usuaria, @ohhhfedra, hizo un tour por su piso de menos de 20 metros donde ella misma destacaba el tama?o del ba?o: ¡°Bastante grande para un apartamento tan chico¡±. ¡°Nada mal¡±, a?ad¨ªa.
@inmoconsejos #viral #realestate #barcelona #inversion
? Pascal Letoublon - Friendships£¨Remix£© - Ñîа
Algunas ciudades se est¨¢n llenando de espacios pr¨¢cticamente inhabitables por culpa de la especulaci¨®n inmobiliaria, que divide las viviendas grandes en peque?os apartamentos, y de la proliferaci¨®n de pisos tur¨ªsticos. Esto hace que el centro de capitales como Madrid o Sevilla se est¨¦ vaciando de vecinos, que huyen a la periferia. Recuerda Charles Montgomery en Ciudad feliz (Capit¨¢n Swing) que el prop¨®sito de las ciudades era fomentar el contacto entre las personas. La tecnolog¨ªa, el desarrollo y la mayor presencia de coches en las calles acab¨® reduciendo el espacio de socializaci¨®n, que pas¨® a las casas. Ahora, algunos solo pueden permitirse viviendas unipersonales ¡ªen muchos casos infraviviendas¡ª y esto disminuye a¨²n m¨¢s las posibilidades de contacto. Resumen: cada vez somos m¨¢s individualistas y solitarios.
Ello no es culpa de los ciudadanos. ¡°Cuando elegimos una forma de vivir o movernos, la mayor¨ªa no somos tan libres como pensamos. Nuestras opciones son notablemente limitadas y vienen definidas por proyectistas, ingenieros, pol¨ªticos, arquitectos, vendedores y especuladores que imprimen sus valores en el paisaje urbano¡±, escribe Montgomery. En Espa?a, las causas de calado que impiden encontrar una vivienda espaciosa y bien situada son dos: la precariedad de los empleos y la falta de una norma que regule los precios del alquiler. Y esto, sumado al af¨¢n por deshacer pasos dados en movilidad sostenible y por quitar (m¨¢s) espacio a los peatones nos va a dejar una sociedad fant¨¢stica.
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