Rubiales debe irse ya
El deporte espa?ol carece de herramientas para castigar conductas machistas que repudia la sociedad actual
La estrategia del Gobierno para apartar a Luis Rubiales como presidente de la Real Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol por un comportamiento que ha denigrado al deporte espa?ol sufri¨® este viernes un severo rev¨¦s. En aras de la pulcritud jur¨ªdica, el Consejo Superior de Deportes (CSD), que preside V¨ªctor Francos, solicit¨® el 25 de agosto al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) ¡ªel ¨®rgano que vela por la justicia deportiva¡ª abrir un expediente disciplinario a Luis Rubiales por abuso de poder y conducta indecorosa y contra la dignidad deportiva. Con la actual reglamentaci¨®n, solo un expediente por falta muy grave permitir¨ªa al CSD destituir al presidente de la federaci¨®n. Pero el tribunal ha abierto expediente ¨²nicamente por falta grave, al estimar que el beso no consentido a Jenni Hermoso tras ganar la selecci¨®n el Mundial no supone abuso de poder. S¨ª aprecia el TAD actitud indecorosa por haberse tocado los genitales en el palco en presencia de la Reina, pero este gesto solo est¨¢ tipificado como falta grave. Se da la circunstancia de que se ha recurrido a la normativa de la Ley del Deporte de 1990 porque la nueva norma no ha sido todav¨ªa desarrollada en su totalidad. La de 1990 consideraba falta muy grave el abuso de poder y falta grave las conductas indecorosas, mientras que en la nueva ley tambi¨¦n estas son consideradas falta muy grave.
El hecho de que el tribunal no haya apreciado abuso de poder salva a Rubiales de un cese inmediato a la espera de la resoluci¨®n del expediente, aunque la FIFA ya suspendi¨® al presidente del cargo por 90 d¨ªas. El m¨¢ximo organismo del f¨²tbol mundial no solo ha actuado con m¨¢s diligencia, sino que cuenta con herramientas de intervenci¨®n m¨¢s acordes a la sensibilidad de la sociedad en relaci¨®n con las agresiones machistas. Porque con la resoluci¨®n del TAD de nuevo estamos ante una interpretaci¨®n de los hechos cuando menos pol¨¦mica. Si la conducta de Rubiales, que, pese a sus pat¨¦ticos intentos de hacer creer lo contrario, en ning¨²n momento cont¨® con el consentimiento de la jugadora para que la besara en la boca, no es vista como un abuso de su posici¨®n preeminente, cabe preguntarse qu¨¦ concepto tiene el TAD del ejercicio del poder en el deporte.
El comportamiento que Rubiales ha exhibido en su resistencia numantina a admitir las consecuencias de sus actos no hace sino confirmar un concepto claramente autoritario y abusivo del cargo. No solo minti¨® para tergiversar los hechos afirmando que ella hab¨ªa consentido, sino que, cuando qued¨® al descubierto, recurri¨® a la estrategia t¨ªpica de los acosadores: presionar la v¨ªctima y movilizar los recursos del cargo para buscar la adhesi¨®n de quienes considera que tienen una relaci¨®n de subordinaci¨®n y dependencia econ¨®mica, para acabar culpabilizando a la v¨ªctima y declararse a s¨ª mismo objeto de una persecuci¨®n injusta. El CSD pedir¨¢ ahora al tribunal medidas cautelares para que Rubiales sea suspendido provisionalmente, pero, diga lo que diga el TAD, Rubiales no puede continuar al frente de la federaci¨®n y tampoco quienes lo han jaleado y exculpado. Debe irse no solo por los muy graves hechos que han merecido el repudio general y han provocado un esc¨¢ndalo internacional, sino tambi¨¦n por las maniobras torticeras utilizadas para defenderse y atrincherarse en el lucrativo cargo. Esos comportamientos demuestran la necesidad de cambios muy profundos en el deporte espa?ol y particularmente en la federaci¨®n de f¨²tbol. No se puede permitir que en un sector tan importante como el deportivo se ignoren las leyes de paridad y que el machismo m¨¢s retr¨®grado y el abuso de poder puedan ejercerse de forma tan estent¨®rea sin consecuencia alguna.
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