El enfrentamiento entre Finlandia y Rusia en la II Guerra Mundial da una idea de c¨®mo podr¨ªa acabar la guerra de Ucrania
La invasi¨®n del pa¨ªs n¨®rdico en 1939 y la posterior p¨¦rdida de territorio en un acuerdo a cambio de estabilidad es un buen precedente para aventurar escenarios del actual conflicto
Durante una visita reciente a las regiones nororientales de Finlandia tuve ocasi¨®n de reflexionar sobre la llamada Guerra de Invierno de 1939 y 1940 y lo que nos dice sobre la situaci¨®n actual en Ucrania. Rusia invadi¨® Finlandia a finales de noviembre de 1939 para proteger Leningrado, la actual San Petersburgo, que en aquel momento se encontraba a solo 32 kil¨®metros de la frontera finlandesa. Los sovi¨¦ticos hab¨ªan pedido a Finlandia que trasladara la frontera unos 30 kil¨®metros hacia el oeste, y despu¨¦s de que esta se negara, la invadieron. La guerra dur¨® poco m¨¢s de tres meses. Aunque las tropas finlandesas no eran rivales para el Ej¨¦rcito Rojo, las t¨¢cticas guerrilleras que emplearon fueron sorprendentemente eficaces y frenaron el avance sovi¨¦tico. Los rusos sufrieron numerosas bajas. La Guerra de Invierno termin¨® en marzo de 1940 con el Tratado de Paz de Mosc¨². Finlandia cedi¨® el 9% de su territorio, la parte m¨¢s importante del cual era la zona oriental de Carelia, una regi¨®n al este de Helsinki que se extend¨ªa casi hasta Leningrado. Los sovi¨¦ticos se apoderaron del lago Ladoga y de la franja de tierra entre el lago y el golfo de Finlandia. Tambi¨¦n se quedaron con una regi¨®n del noreste del pa¨ªs. La mayor¨ªa de los finlandeses que viv¨ªan en esos territorios fueron repatriados a Finlandia.
Al cabo de poco m¨¢s de un a?o, la Alemania nazi y Finlandia intentaron reconquistar juntas Carelia en lo que se conoce como guerra de continuaci¨®n, que fue parte de la II Guerra Mundial. Una vez finalizado el conflicto, en 1944, Finlandia cedi¨® m¨¢s territorio: la provincia de Petsamo, en el noreste de Laponia, que ahora forma parte de la provincia de Murmansk.
Me limito a trazar paralelismos concretos, con la advertencia de rigor de que la historia no se repite de manera exacta. Las guerras rusofinlandesas se desarrollaron en dos partes. El segundo tratado de paz, firmado en 1944, fue el que logr¨® sentar las bases para un largo periodo de estabilidad a lo largo de la frontera rusofinlandesa.
La guerra de Ucrania podr¨ªa terminar de forma parecida, con Ucrania cediendo parte de su territorio a cambio de un acuerdo que garantice su seguridad despu¨¦s.
Esto es exactamente lo que sugiri¨® Stian Jenssen, jefe de gabinete de Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN: que Ucrania se uniera a la OTAN despu¨¦s de alcanzar un acuerdo de paz con Mosc¨². M¨¢s tarde se vio obligado a desdecirse y a pedir disculpas ante las protestas de Ucrania. Pero, como siempre, la metedura de pata nos dice m¨¢s que la retractaci¨®n.
Jenssen no ha sido el ¨²nico. Robert Brieger, actual presidente del Comit¨¦ Militar de la Uni¨®n Europea, advert¨ªa en una entrevista con el diario alem¨¢n Die Welt de la posibilidad de una guerra de desgaste sin vencedores. Conclu¨ªa que Rusia tiene capacidad para resistir durante mucho tiempo y que es improbable que Ucrania recupere todos los territorios ocupados. Lo que esto significa es que las personas con informaci¨®n privilegiada ahora hablan de escenarios y desenlaces de los que antes no hablaban.
El ingreso de Ucrania en la OTAN tendr¨¢ que formar parte de cualquier acuerdo cre¨ªble. De lo contrario, un armisticio o un acuerdo de paz no durar¨ªa mucho. Rusia se reagrupar¨ªa y volver¨ªa a atacar dentro de unos a?os. El acuerdo contemplado por Jenssen conceder¨ªa a Putin el derecho a jactarse de haber obtenido territorio en el este de Ucrania, adem¨¢s de un reconocimiento oficial de Crimea, a cambio de que Ucrania pasara a formar parte de la OTAN y la UE.
Yo a?adir¨ªa un punto m¨¢s. El apoyo occidental a Ucrania es fuerte, pero no infinito. Una encuesta alemana sobre si Alemania debe suministrar misiles de crucero a Ucrania mostraba que el 52% del electorado se opone, y solo un 36% est¨¢ a favor. El apoyo del electorado al suministro de armas a Ucrania se ha ido debilitando tanto en Estados Unidos como en Alemania, dos de los tres mayores proveedores de armas y ayuda financiera a Ucrania. El otro es Reino Unido.
Es probable que Ucrania descubra una desagradable verdad sobre la UE. A los europeos del continente, que no est¨¢n muy versados en asuntos militares, se les da muy bien alardear de virtudes, pero no tan bien el seguimiento. La opini¨®n p¨²blica europea apoyar¨¢ al equipo Ucrania s¨®lo mientras gane. En muchos pa¨ªses, el debate p¨²blico sobre seguridad evidencia una falta de madurez.
Ucrania ha hecho algunos progresos en su contraofensiva, pero hasta ahora no ha conseguido el avance definitivo. Cuando llegue noviembre y se instale el invierno, la campa?a se suspender¨¢ durante otros cuatro o seis meses. Ucrania y Occidente subestimaron el impacto de las minas terrestres, los drones rusos y la superioridad de la defensa a¨¦rea rusa.
A muchos partidarios de Ucrania en Occidente esto les sorprender¨¢. Est¨¢ claro que el acuerdo previsto por Jenssen no satisfar¨¢ a aquellos occidentales que se envolvieron con la bandera azul y amarilla en los primeros d¨ªas de la guerra, y que no aceptar¨¢n nada que no sea la victoria total, incluida la reconquista de Crimea. Los partidarios de Ucrania, especialmente en los medios de comunicaci¨®n occidentales, han estado tranquiliz¨¢ndose con una falsa sensaci¨®n de seguridad por los pron¨®sticos de la inminente desaparici¨®n de Vlad¨ªmir Putin. Cuando Yevgeny Prigozhin lanz¨® su fallido golpe de Estado, los medios occidentales lo consideraron un signo de debilidad de Putin. Cuando el golpe fracas¨®, redoblaron la apuesta y afirmaron que hab¨ªa dejado a Putin en una situaci¨®n de vulnerabilidad. Ahora que Prigozhin ha muerto, volvemos a escuchar lo mismo. Los comentarios occidentales sobre Rusia son todo un ejercicio de pensamiento ilusorio. El problema con Putin no es que sea d¨¦bil, sino que es peligroso.
Uno de los factores que favorecieron a Rusia en la Guerra de Invierno de 1939 y 1940 fue el invierno excepcionalmente fr¨ªo en Carelia, donde las temperaturas alcanzaron los 40 grados cent¨ªgrados bajo cero. Los enemigos de Rusia en Occidente siempre han subestimado el efecto del invierno.
Mi pron¨®stico es que nos encontramos bien ante una guerra que durar¨¢ dos inviernos y terminar¨¢ con un acuerdo sucio, o bien una guerra de desgaste que terminar¨¢ por agotamiento. El apoyo pol¨ªtico occidental se agotar¨¢ primero.
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