Europa contra la prostituci¨®n
El Parlamento de Estrasburgo pide la abolici¨®n del comercio sexual
El Parlamento Europeo se ha pronunciado a favor de promover en toda Europa una legislaci¨®n sobre prostituci¨®n de corte abolicionista que penaliza tanto a quienes se lucran con ella como a los clientes. El informe de la Euroc¨¢mara no es vinculante, pero implica un pronunciamiento relevante: adem¨¢s de instar a los 27 miembros a adoptar este enfoque legislativo, pide a la Comisi¨®n Europea que elabore directrices comunes para la protecci¨®n e inserci¨®n de las prostitutas. El documento entiende que el comercio sexual es una forma de violencia contra las mujeres que act¨²a a la vez como causa y consecuencia de la desigualdad.
Estrasburgo aboga as¨ª por la convergencia normativa en una materia en la que las diferencias legislativas permiten que los clientes se desplacen de los lugares de regulaci¨®n m¨¢s estricta a los m¨¢s permisivos, a veces movi¨¦ndose apenas unos kil¨®metros. Es lo que ocurri¨® a partir de 2016 con el aumento de la prostituci¨®n en la zona fronteriza de La Jonquera (Girona) cuando entr¨® en vigor en Francia la ley que castigaba a los clientes. En la Uni¨®n Europea conviven diferentes enfoques. Hay pa¨ªses, como Noruega o Islandia, que aplican el modelo abolicionista implantado en Suecia en 1999 o parecidos, como B¨¦lgica, Dinamarca o Finlandia. En el otro extremo se sit¨²an los que han optado por legalizar la prostituci¨®n como una actividad con obligaciones fiscales y derechos laborales. Es el caso de Holanda, Alemania, Suiza o Austria. Espa?a, donde ejercen unas 45.000 mujeres, tiene a¨²n que decidir qu¨¦ modelo sigue.
En el debate entre regular y prohibir siempre se planea la misma cuesti¨®n: la dificultad para controlar una actividad muy lucrativa para quienes la explotan, pero que en la inmensa mayor¨ªa de los casos no es voluntaria y se nutre de la extrema vulnerabilidad de las mujeres. En los pa¨ªses donde est¨¢ prohibida la prostituci¨®n no ha desaparecido totalmente y la que queda se ejerce a veces en condiciones clandestinas de alto riesgo. Pero los datos demuestran que se ha reducido dr¨¢sticamente y que el nuevo marco normativo favorece un cambio cultural. Por su parte, en los pa¨ªses donde se ha optado por la regulaci¨®n, la prostituci¨®n ha aumentado sin que la trata haya desaparecido. La legalizaci¨®n ha contribuido adem¨¢s a banalizar la compra de sexo como una opci¨®n m¨¢s de ocio masculino.
La debilidad de las legislaciones abolicionistas radica en la falta de recursos para la reinserci¨®n de las prostitutas, como se ha puesto de manifiesto en Francia, donde a los cinco a?os de la nueva ley apenas 161 mujeres hab¨ªan dejado la calle. Por eso, el informe del Parlamento Europeo insta a aplicar programas que garanticen a las prostitutas el acceso a la Seguridad Social y planes de integraci¨®n laboral y social que les permitan subsistir. Es el camino que Espa?a debe seguir.
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