Si me das a elegir... ?la amnist¨ªa o los obispos?

A¨²n no nos hemos repuesto del ¨²ltimo esc¨¢ndalo que afecta a la Iglesia, el de un sacerdote que supuestamente drogaba, violaba y grababa a sus v¨ªctimas, cuando nos llega la condena de los obispos a la amnist¨ªa. ?Vaya! ?Qu¨¦ prisa se han dado para posicionarse en el gran pulso pol¨ªtico nacional! Inmediatamente nos ilusionamos: ?estar¨¢ la Conferencia Episcopal inaugurando una nueva etapa de agilidad para reaccionar ante las cosas que nos preocupan? Ser¨ªa tal el avance que, por un momento, celebramos todas las posibilidades que se abren: eso les permitir¨ªa denunciar r¨¢pidamente a los abusadores que van apareciendo en sus filas y evitar as¨ª que sigan sumando v¨ªctimas en sus siguientes parroquias; tambi¨¦n, investigar con eficacia la pederastia a trav¨¦s de comisiones diligentes, como han hecho las iglesias de Alemania, Irlanda, Francia, B¨¦lgica, EE UU, Australia o Portugal, porque de la suya, la espa?ola, a¨²n estamos esperando conclusiones. Se abre ante nosotros un sinf¨ªn de posibilidades tan ilusionantes que merecen que husmeemos un poco m¨¢s. Veamos.

La di¨®cesis de M¨¢laga traslad¨® en enero a un sacerdote desde Melilla despu¨¦s de que su novia (?!) les comunicara que hab¨ªa hallado v¨ªdeos de violaciones en su casa. Su destino fue El Burgo y Yunquera, dos pueblos de la sierra de las Nieves que algo habr¨ªan hecho para merecer el castigo eclesial, es evidente. Se alegaron razones de salud y ni siquiera se abri¨® un proceso can¨®nico, que es la excusa que ha usado hist¨®ricamente la Iglesia para evitar el C¨®digo Penal.

Un momento: ?acaso la Iglesia estaba aplicando el perd¨®n cristiano antes del enjuiciamiento, de forma preventiva? ?Tal vez el cura se hab¨ªa confesado y hab¨ªa recibido la absoluci¨®n de Dios? Podr¨ªa ser.

Sin embargo, la condena de la amnist¨ªa que ha expresado el portavoz de la Conferencia Episcopal nos devuelve al terreno de la realidad: no es cuesti¨®n de perdonar as¨ª como as¨ª, la tolerancia tiene un l¨ªmite, no es el momento. ?En qu¨¦ quedamos, entonces? Encontrar la coherencia en los postulados de la Iglesia sigue siendo, como vemos, un imposible para despistados.

Como todos los espa?oles salvo los que est¨¢n negociando, lo ignoro a¨²n todo sobre la amnist¨ªa que prev¨¦ pactar el Gobierno. Y las dudas son inmensas. Pero la condena de la Conferencia Episcopal puede ser el mejor anuncio de publicidad a su favor porque, como expres¨® Aitor Esteban en el Congreso cuando espet¨® a Feij¨®o que entre la amnist¨ªa o ¨¦l elige amnist¨ªa, si nos dan a elegir entre la amnist¨ªa y los obispos, est¨¢ claro. ?Por Dios!