Veinte a?os de Abu Ghraib
EE UU sigue sin compensar a las v¨ªctimas de torturas durante la guerra de Irak
Las im¨¢genes conmovieron al mundo: un reo encapuchado y con los brazos en cruz; una pir¨¢mide de hombres desnudos junto a soldados sonrientes. Solo era el principio. Aquellas fotos, tomadas en 2003 y filtradas un a?o despu¨¦s, demostraron el uso generalizado de malos tratos y tortura en la c¨¢rcel estadounidense de Abu Ghraib, en Irak, en plena invasi¨®n del pa¨ªs ¨¢rabe despu¨¦s de que el Gobierno del presidente George W. Bush acusara falsamente al r¨¦gimen de Sadam Husein de contar con armas de destrucci¨®n masiva.
Como denunci¨® esta semana la ONG Human Rights Watch, 20 a?os despu¨¦s aquellas v¨ªctimas siguen esperando una compensaci¨®n. Muchas salieron estigmatizadas de aquella prisi¨®n: varios reclusos sufrieron violencia sexual. Bush achac¨® esos abusos a ¡°unas pocas manzanas podridas¡±, pero estaban mucho m¨¢s extendidos. Ni eran unas pocas manzanas ni estaban ¨²nicamente en el Ej¨¦rcito, como reconoci¨® un informe de 2014 sobre los m¨¦todos empleados por la CIA en las ¡°guerras contra el terrorismo¡± en Irak y Afganist¨¢n. Se trata de un informe tan da?ino que contin¨²a en su mayor¨ªa clasificado porque detalla pr¨¢cticas como la simulaci¨®n de ahogamientos, ¡°alimentaci¨®n rectal¡±, privaci¨®n del sue?o o posturas forzadas y dolorosas.
Pese a que los defensores de esas pr¨¢cticas alegaron durante a?os su utilidad para obtener informaci¨®n, aquella investigaci¨®n demostr¨® que la tortura no sirve para nada m¨¢s que para crear dolor. Los interrogadores que recurrieron a esos m¨¦todos no consiguieron datos que impidieran atentados o condujeran a detener a dirigentes terroristas. Adem¨¢s, la inmensa mayor¨ªa de los detenidos eran inocentes: fueron detenidos por error o a ra¨ªz de denuncias interesadas.
El dolor y el trauma que generaron aquellos maltratos perduran. Este septiembre, un tribunal militar en la base de Guant¨¢namo ¡ªotro lugar marcado por los abusos contra los presos¡ª encontr¨® que uno de los sospechosos de los atentados del 11 de septiembre de 2011, Ramzi bin Alshibh, en manos de la CIA desde 2002 y trasladado a Guant¨¢namo en 2006, se encuentra tan da?ado mentalmente que no puede ser sometido a juicio. Su defensa afirma que es debido a malos tratos. No es el ¨²nico caso. Los antiguos reos de Guant¨¢namo liberados declaran padecer, cuando menos, estr¨¦s postraum¨¢tico, problemas para conciliar el sue?o o secuelas m¨¢s graves.
Desde Abu Ghraib, Washington ha anulado los protocolos que permit¨ªan la tortura. La Ley de Tratamiento a los Detenidos proh¨ªbe cualquier trato degradante. Pero, salvo algunos soldados, los responsables de aquellos desmanes nunca tuvieron que rendir cuentas. Por usar la definici¨®n que el propio Departamento de Estado utiliz¨® alguna vez para referirse a Guant¨¢namo, se trata de una mancha en la conciencia de ese pa¨ªs. Y de los que le apoyaron en aquella guerra.
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