Lecci¨®n del profesor pobre
?A qui¨¦n le interesa la degradaci¨®n laboral de los servicios p¨²blicos b¨¢sicos cuando lo que debe celebrarse son las inversiones extranjeras en nuestras ciudades globales?
Dudo. Sobre el tema, sobre c¨®mo estructurar esta columna. No s¨¦ si ser¨ªa mejor empezar con la escena de Kenia buscando habitaci¨®n en un portal o enfocar su coche entrando en el garaje del hospital Can Misses de Ibiza. Lo bueno de la primera opci¨®n: permitir¨ªa contemplar la angustia en el rostro de una joven profesora. Si no acepta la plaza estar¨¢ dos a?os sin poder acceder a listas y ver¨¢ interrumpida su trayectoria profesional, por eso est¨¢ dispuesta a trabajar cobrando para malvivir porque tiene la esperanza del traslado definitivo cerca de casa. Pero desde un punto visual, para conmover al lector, hip¨®crita como yo, nada m¨¢s intenso que seguirla durante su llegada a la plaza de aparcamiento. Momentazo. Desesperada, ha decidido que va a dormir, un d¨ªa, dos, los que sean, pero por suerte all¨ª descubrir¨¢ que no est¨¢ sola. ¡°Hola, me llamo Kenia¡±.
Otros trabajadores est¨¢n en su misma situaci¨®n. Un profesional de la hosteler¨ªa. Tambi¨¦n un polic¨ªa. Duermen en el coche porque no pueden pagarse ni remotamente un piso de alquiler ni una habitaci¨®n. Hay centenares de testimonios relatando experiencias parecidas. La mayor¨ªa, docentes. Una buena lecci¨®n. Y luego n¨²meros que se dieron a conocer hace pocos d¨ªas y que revelan un problema estructural en Baleares: faltaban profesores. Lo leo en el Diario de Ibiza: 22 en Mallorca, 20 en Menorca, 56 en Ibiza y 13 en Formentera. Al final Kenia encontr¨® una soluci¨®n. No pudo alquilar una habitaci¨®n entera, de acuerdo, pero s¨ª media por 490 euros mensuales (incluido el biombo para separarla del desconocido que dorm¨ªa en el mismo cuarto por el mismo precio). Final feliz, aunque sin dejar de ser una trabajadora pobre.
Algo m¨¢s de glamur tienen las peripecias que nos descubri¨® un reportaje de Luc¨ªa Boh¨®rquez. Por ejemplo, Carla. La profesora que se despierta en Mallorca, cada ma?ana viaja en avi¨®n a Ibiza, llega en autob¨²s al colegio, da sus clases, a las dos recoge sus cosas y realiza el viaje de vuelta para poder conciliar, tampoco podr¨ªa pagar habitaci¨®n y porque no quiere descolgarse de las listas. Si Carla fuese m¨¢s joven a lo mejor estar¨ªa en la misma situaci¨®n de ?lex. ?l est¨¢ dispuesto a dormir en la playa, declar¨® a eldiario.es desde Formentera este inicio de curso, pero por ahora disfruta de la gran alternativa que ofrece el Govern: dormir¨¢ en un albergue. Podr¨¢ compartir experiencias. Se parecer¨¢n. La llegada para cubrir una baja en teor¨ªa de pocas semanas, luego la amenaza de la temporada de verano, el sueldo que ni de lejos permite sobrevivir y otra baja m¨¢s. Alguno abandona. Otro ?lex ahora trabaja de jardinero.
Aunque pocos casos como el de la enfermera que hace a?os trabaj¨® precisamente en Can Misses y cambi¨® de Pitiusa. Ahora, por fin, ella vive en un peque?o estudio que le consigui¨® una amiga en Formentera. Tal vez ya no tenga que comer cada d¨ªa el men¨² del hospital donde trabaja ¡ª5,50 euros permiten ahorrar¡ª, pero poco a poco podr¨¢ olvidar la situaci¨®n l¨ªmite a la que lleg¨® durante un mes de agosto y parte de septiembre. No ten¨ªa donde vivir, no pod¨ªa pagar habitaci¨®n alguna porque llegaban los turistas. Al fin, aunque fuese ilegal, obtuvo permiso del vigilante: plant¨® su tienda de campa?a en un terreno anexo al hospital y all¨ª dorm¨ªa antes de empezar la jornada laboral.
Y sigo dudando. Porque, ?a qui¨¦n le interesa leer una columna sobre la degradaci¨®n laboral de los servicios p¨²blicos b¨¢sicos ¡ªsalud, educaci¨®n¡ª cuando lo que debe celebrarse son las inversiones extranjeras en nuestras ciudades globales o la suerte de tener centros tur¨ªsticos de referencia que quieren visitar millones y millones de personas? Como m¨ªnimo, la iron¨ªa. La periodista Anna Pacheco se col¨® en el sal¨®n The District que reuni¨® en Barcelona a directivos de los fondos de inversi¨®n de Real State. Se qued¨® sin tarjetas. All¨ª no parec¨ªa una distop¨ªa. Vend¨ªa un proyecto innovador: vivienda asequible usando la estructura de lavabos port¨¢tiles. Juntas dos y ya. Vaya mierda de columna.
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