Condena, humanidad
La respuesta israel¨ª a la barbarie de Ham¨¢s debe ajustarse al derecho internacional
Cinco d¨ªas despu¨¦s del salvaje ataque de Ham¨¢s contra Israel, el ej¨¦rcito de este pa¨ªs afirma que ha conseguido controlar la frontera con la franja de Gaza. En ese lapso de tiempo no han cesado los combates, lo que prueba la magnitud de la cruenta incursi¨®n del grupo isl¨¢mico, considerado organizaci¨®n terrorista por la Uni¨®n Europea y EE UU. Fuentes oficiales israel¨ªes aseguraron haber contabilizado en su territorio los cad¨¢veres de 1.500 milicianos. A medida que pasan las horas van conoci¨¦ndose datos e im¨¢genes que dan la medida no solo de la violencia sino de los actos de barbarie ejercida por los milicianos de Ham¨¢s sobre personas inocentes, ni?os, j¨®venes, familias enteras.
Con el pa¨ªs en estado de shock, en Israel arrecian las voces, multiplicadas por las declaraciones del primer ministro, Benjam¨ªn Netanyahu, que piden una gran represalia contra Ham¨¢s, cuyos mort¨ªferos resultados ya han comenzado a verse, con centenares de v¨ªctimas civiles palestinas. La ofensiva a¨¦rea ha sido inmediata y Ham¨¢s amenaza con retransmitir en directo el asesinato de los secuestrados si no cesan los bombardeos sobre la Franja. En ese contexto, cualquier oferta de mediaci¨®n para rescatar los rehenes debe ser explorada. No solo por una cuesti¨®n de humanidad para los secuestrados y sus familias, sino tambi¨¦n para aprovechar el m¨ªnimo resquicio que ayude a frenar la espiral de violencia.
Israel es un Estado que tiene derecho a defenderse de un ataque, pero incluso en esas circunstancias est¨¢ obligado a respetar las leyes internacionales en materia de derechos humanos. Las muertes de civiles, entre ellos numerosos ni?os, causadas en Gaza por los bombardeos israel¨ªes tampoco se justifican en ninguna circunstancia. Solo sirven para causar otro da?o irreparable e injusto que, adem¨¢s, alimenta la ret¨®rica de Ham¨¢s y le sirve de pretendida justificaci¨®n de nuevas atrocidades. En ese mismo sentido habr¨ªa que calificar el castigo colectivo en forma de asedio con el corte de suministros de alimentos y electricidad a toda la Franja, donde malviven dos millones de personas. Resulta igualmente inaceptable el lenguaje empleado por algunos miembros del Gobierno israel¨ª, entre los que destaca el ministro de Defensa, Yoav Gallant, quien calific¨® de ¡°animales humanos¡± a los habitantes de la Franja. Nadie, pero menos un ministro de Israel, por razones que Gallant deber¨ªa conocer, puede deshumanizar a un pueblo. Los habitantes de Gaza son iguales en derechos y dignidad que cualquier otro habitante del mundo, y sus vidas deben ser preservadas. Por eso es urgente la apertura con todas las garant¨ªas de un corredor humanitario hacia Egipto.
Durante d¨¦cadas, en el conflicto palestino-israel¨ª se han acumulado agravios y ultrajes entre ambas partes, con una, la palestina, evidentemente m¨¢s d¨¦bil y perjudicada que la otra, la israel¨ª. Los campos ideol¨®gicos en Occidente se han ido alineando con cada una de ellas, pero esto no puede suponer la negaci¨®n de la realidad, aunque contravenga la simpat¨ªa hacia uno de los bandos. Tan criticable es que una parte de la izquierda no censure expl¨ªcitamente la barbarie de Ham¨¢s como que desde parte de la derecha se pretenda ignorar el sufrimiento acumulado de la poblaci¨®n palestina. Utilizar esta tragedia para la refriega partidista en Espa?a descalifica a quien la usa.
La guerra no es una salida inevitable. La comunidad internacional tiene la obligaci¨®n de implicarse en una cuesti¨®n que trasciende las fronteras de donde se produce. Y de esforzarse en conseguir una soluci¨®n pac¨ªfica y justa por dif¨ªcil que se presente la tarea.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.