La calle, ?de qui¨¦n es?
A veces, en pol¨ªtica se emplean t¨¦rminos que quieren decirlo todo y en el fondo no dicen nada
Dijo el otro d¨ªa El¨ªas Bendodo que la calle ahora es del PP y es verdad que varias ciudades tienen una calle que se llama de Feij¨®o, pero Bendodo no dio m¨¢s explicaci¨®n y acab¨® por entenderse que quer¨ªa decir lo mismo que se gritaba en la Barcelona del proc¨¦s, aquello dels carrers seran sempre nostres. Quiz¨¢ espantando por esa rima, o por el eco de Manuel Fraga, fue tambi¨¦n El¨ªas Bendodo el que afirm¨® al d¨ªa siguiente que las calles que hab¨ªan sido del PP en realidad no eran de nadie.
Desde luego, no son de Pedro S¨¢nchez, que apenas puede pisarlas, seg¨²n la teor¨ªa que el Partido Popular sustenta en episodios como el que vivi¨® ?scar Puente a bordo de un tren en Valladolid o los abucheos contra el propio S¨¢nchez este 12 de octubre en Madrid. Se?al¨® una vez Alfonso Guerra que en ese desfile hab¨ªa quien abucheaba a un presidente y aplaud¨ªa a una cabra, aunque esta vez no consta que Guerra se vaya a pronunciar ni el sentido en que lo har¨ªa.
A veces, en pol¨ªtica se emplean t¨¦rminos que quieren decirlo todo y en el fondo no dicen nada: la calle es como la gente o el pueblo o el mundo y, al final, uno no sabe si est¨¢ escuchando a un pol¨ªtico o a un coro cantando un himno. Repetir la calle como hace ahora el PP y antes hicieron otros supone imaginar a los ciudadanos como una sola entidad que piensa de la misma manera y que solo es capaz de entender aquel que la menciona. Por no hablar de la idea que subyace en buscarle a la calle un due?o. Tampoco es extra?o que pretenda busc¨¢rselo ese peque?o grupo que silb¨® y ment¨® al terrorista Txapote justo en el d¨ªa del desfile nacional: si se han apropiado de los s¨ªmbolos, nada les impide suponer que su siguiente paso pueden ser las avenidas.
Ojal¨¢ existiera un sistema concreto que midiese lo que opina eso que en teor¨ªa es la calle y pudiera saberse qu¨¦ prefiere cada uno de esos ciudadanos que parece que quieran siempre la misma cosa. Podr¨ªan servir llamadas de tel¨¦fono basadas en una muestra. Encuestas, se llamar¨ªan, a las que habr¨ªa que pedir que no generasen expectativas de m¨¢s. Y si no, qu¨¦ s¨¦ yo: quedar¨ªa la opci¨®n de consultar lo ¨²ltimo que se hubiese votado. No vaya a ser que la gente ya haya dicho en la calle qu¨¦ quiere que pase en el pueblo y ese resultado est¨¦ a la vista de todo el mundo.
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